Se leyó un párrafo de Lázaro Cárdenas: «Hace muchos años vi que los ex presidentes no deben intervenir en la vida política del país»: una ovación. No preparada, ensayada, ni puesta para entusiasmar. Hubo ocho mil personas en la Arena de Madrid para recordar al presidente de México Lázaro Cárdenas, que acogió barcos y barcos […]
Se leyó un párrafo de Lázaro Cárdenas: «Hace muchos años vi que los ex presidentes no deben intervenir en la vida política del país»: una ovación. No preparada, ensayada, ni puesta para entusiasmar. Hubo ocho mil personas en la Arena de Madrid para recordar al presidente de México Lázaro Cárdenas, que acogió barcos y barcos de republicanos españoles que huían de la matanza de Franco: de la «liberación» más paradójica de la historia de España, de los sublevados dispuestos a entregar el alma de Dios de sus enemigos matándoles en martirio. Hubo banderas republicanas, gritos a la República; había canciones y versos de hoy.
Tenía un significado la emigración, la huida de la muerte y la tortura, de la que ahora somos protagonistas inversos: los que alzamos muros, pateamos heridos, devolvemos a un Marruecos de cultura violenta a los que se juegan la vida años para huir de la muerte. El ejemplo de México acogiendo como a hermanos a los refugiados no lo devolvemos bien con los africanos, que llamamos subsaharianos. Puede un día ser el mismo día: puede ser el día de Cárdenas y el de los negros asesinados, o pateados por uno de nuestros héroes de la defensa, y devueltos a países donde manda una canalla militarizada y armada, donde se viola, se mata, se esclaviza. No hay que tener miedo a la derecha, señores gobernantes, señor ministro del Interior, cuya acción debía ser la última antes de la dimisión, ya que no la hizo cuando Roquetas, o cuando debía haber sido duro con los que mataron, aunque entonces mandó usted algunos jueces que siguen siéndolo, un director general que sigue apegado al Gobierno que tanto le ama.
Hay otras lecciones de la historia perfectamente contrarias. Todo se acumula en un país de efemérides. Pasado mañana será el día que ha ido cambiando de nombre, el día de la Raza, que se quitó cuando se decidió que no había razas (¿y los subsaharianos?), o el de la Hispanidad, cuando se pensó que era egoísta que tomara nuestro nombre. El del Pilar, patrona de la Guardia Civil. Ya he visto las tribunas para el desfile, me han dicho que hay gente para insultar a los soldados de Venezuela y a los de Cuba: Castro, Chávez, sucesores de Cárdenas.