Esta vez no nos estamos refiriendo solamente a los caníbales políticos criollos que abundan en nuestros países, que si bien son agentes sumisos del tronco principal, del sistema capitalista y la dictadura global a la cabeza del imperio norteamericano y otras potencias mundiales, que se disputan con EE.UU. el título de gendarmes del mundo, no […]
Esta vez no nos estamos refiriendo solamente a los caníbales políticos criollos que abundan en nuestros países, que si bien son agentes sumisos del tronco principal, del sistema capitalista y la dictadura global a la cabeza del imperio norteamericano y otras potencias mundiales, que se disputan con EE.UU. el título de gendarmes del mundo, no tienen autonomía propia para encarar políticas nacionales por cuenta propia, sino siempre obedecen a sus amos de afuera. La preocupación principal es sintonizarnos en contra de los principales caníbales actuales, que continúan agrediendo a pueblos y naciones, llevando muerte y desolación, por que no comparten su visión del mundo y se resisten a ser sumisos seguidores de sus políticas de saqueo y por el irreparable daño que ocasiona este sistema de canibalismo humano y ecológico a la humanidad y al planeta, nos obliga a todos los que queremos la continuidad de las especies y su entorno natural la tierra, a redoblar todos los esfuerzos, para poner atajo a tanta barbaridad con el membrete burlesco, de ser los «defensores de la paz y las libertades «.
Todo lo que continúa ocurriendo en varias partes del mundo como en Irak, Afganistán, Gaza, Libia y otros países, invadidos y sometidos bajo la vigilancia de «bases militares» del poder imperial, debe parar, para bien y beneficio de la humanidad, pues no habrá paz ni concordia mientras esta situación se siga repitiendo. Todo lo que viene ocurriendo no son castigos de la naturaleza ni del destino, es el sistema capitalista que está llegando a su tope y ya no da para más y lo más importante, los pueblos ya no lo soportan y esta vez se han decidido a luchar todos y en todos lados. Los pueblos donde están las cabezas de los caníbales actuales, empiezan a entender que la vida no sólo es comer mejor, sino que es más amplia la misión de estar en este mundo, como es la solidaridad y el bienestar, no para algunos, sino para todos los habitantes del planeta, en paz, en solidaridad en igualdad y en correspondencia con la naturaleza, como condición única para lograr la pervivencia de toda la humanidad.
El capitalismo como escribió años atrás mi hijo «es una utopía», cientos de años de promesas, buenas intenciones y cantos de sirenas, su existencia sólo ha agravado los problemas del planeta y de la humanidad, ¿quién puede negar honestamente esto?, para sobrevivir el sistema hasta aquí, ha necesitado guerras mundiales, bombas atómicas, dictaduras fascistas, desapariciones forzosas, invasiones de países, millones de asesinatos, depredación galopante del medio ambiente, agotamiento de las energías no renovables, contaminación de los reservorios de aguas dulce y todo esto sólo para beneficiar a pequeños sectores de los grupos de poder y en franco desmedro de las mayorías del planeta.
Hasta hoy día en los pueblos donde no residen los principales y directos responsables, sino sus agentes criollos de este canibalismo moderno llamado sistema capitalista, la lucha fue y sigue siendo franca, no sólo por mejores condiciones de vida, sino por atacar el mal principal, el sistema responsable de toda la situación.
Si nosotros y todos los pueblos donde radica la cabeza de la serpiente, de los caníbales actuales, apuntamos directamente al objetivo primordial que es atacar primero al sistema capitalista cuando planteamos nuestras reivindicaciones, de trabajo, bienestar, salud, salarios, contra los recortes y por el no aumento de la edad de jubilación, dignidad, etc., estaremos dando una batalla política sincronizada para frenar tanta barbaridad y así no permitir que los caníbales, sigan sembrando papas en nuestras espaldas.
El capitalismo es una utopía, vamos por un sistema que vele por la realidad del ser humano, sostenible, de paz, trabajo, igualdad, solidaridad y justicia social donde todo sea de todos y para todos, la otra opción es el retorno a la época de las cavernas si aún quedara tierra y vida, no lo permitamos. Luchar es vivir.
* José Justiniano Lijerón es ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB)
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.