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Rafael Correa: «Respeto a los comunistas pero no soy comunista»

Fuentes: Rebelión

El presidente Rafael Correa, durante la entrevista realizada el día martes 12 de enero, expresó una frase que vale la pena tomar en cuenta para la reflexión: «respeto a los comunistas pero no soy comunista». Las distintas interpretaciones y calificativos que han realizado distinto «actores» de la política nacional e internacional a lo largo de […]

El presidente Rafael Correa, durante la entrevista realizada el día martes 12 de enero, expresó una frase que vale la pena tomar en cuenta para la reflexión: «respeto a los comunistas pero no soy comunista».

Las distintas interpretaciones y calificativos que han realizado distinto «actores» de la política nacional e internacional a lo largo de los 9 años de la Revolución Ciudadana, hacia el Presidente, han dado como resultado que, no pocas veces, aclare -Rafael Correa- su no vinculación con el comunismo, sin embargo, notoriamente ha mostrado respeto hacia quienes forman parte de esta corriente.

Pero, porqué los comunistas apoyan a quien no es comunista. Esta es una pregunta que pasa por la cabeza de la ciudadanía y, más aún, de la propia militancia.

Para los marxistas, el asumir el momento histórico concreto con situaciones concretas, permite entender – más no exigir- cuales son las etapas y los mecanismos necesarios para avanzar hacia la construcción del socialismo.

Los objetivos estratégicos a largo plazo son, en cierta medida, las diferencias más marcadas entre las posiciones de Rafael Correa conjuntamente con el Movimiento País y el programa de los comunistas agrupados en el Partido Comunista Ecuatoriano.

Para todos es conocido que los objetivos estratégicos, son procesos a largo plazo y que se realizarán en un tiempo futuro, estos se van construyendo mediante la consolidación de los objetivos tácticos en un presente y futuro inmediato. Por ello, anteponer las definiciones nominales, el «deber ser» y las diferencias estratégicas, sería caer en un círculo vicioso de una permanente oposición a priori de este y cualquier otro proceso político que no sea «bautizado» como comunista ciento por ciento.

Sin embargo, son en los movimientos y posiciones tácticas, en medio de condiciones reales y presentes y leyes objetivas, donde se encuentran Rafael Correa con los comunistas y viceversa. En ese sentido, las tácticas son, en este momento de la historia, el vínculo, la relación y unidad entre el Presidente, el Movimiento País y el Partido Comunista Ecuatoriano.

Las tácticas comunistas se ejecutan sin poner en juego ningún principio y sin perder de vista el objetivo estratégico de la construcción del socialismo, esté último conceptualizado desde el socialismo científico y el marxismo – leninismo.

A pesar de las diferencias estratégicas – más aún doctrinarias- es válido precisar distintos elementos tácticos que conducen al Presidente Rafael Correa, Movimiento País y Partido Comunista Ecuatoriano a levantar las mismas banderas y plataformas de lucha.

Las características de la revolución en cada país responden imprescindiblemente a las condiciones vigentes, por eso, la necesidad de que los objetivos tácticos tengan que ser forzosamente caracterizados. En un país capitalista desarrollado, el movimiento obrero, el proletariado, tiene una importancia mayor que en los países no desarrollados, en estos países el movimiento comunista maneja distintos objetivos para avanzar al socialismo, además de distintas formas tácticas que no tienen que ver con luchas por la independencia nacional. En cambio, en los países dependientes se presentan problemas específicos, tales como su dependencia al imperialismo y las subsistencias de rasgos semi-feudales, por este motivo, para fijar los objetivos de la revolución en un país determinado debemos tener presente los problemas específicos y las soluciones inmediatas.

Ecuador a lo largo de la historia, ha estado vulnerado por la subordinación económica, política, cultural, etc. En consecuencia, el primer objetivo que tiene que enfrentar el pueblo ecuatoriano es alcanzar la independencia de la dominación imperialista. Se debe destruir la dependencia del país respecto al imperialismo y romper el dominio que el imperialismo ejerce sobre la economía, la política, la cultura y todos los aspectos de la vida ecuatoriana, por ese motivo la lucha conjunta de Rafael Correa y los comunistas es el anti-imperialismo.

De la misma manera, el imperialismo no podría realizar efectivamente esta tarea sin tener aliados al interior de los países, es por ello que las oligarquías aliadas al imperialismo se constituyen como los enemigos internos a los cuales se deben enfrentar. Por este motivo, la necesidad de consolidar el carácter anti-oligárquico y que en cierta medida se ve reflejada en la Revolución Ciudadana.

El nacionalismo de los países imperialistas tiene una posición dominadora con otros pueblos. El nacionalismo de los países en proceso de desarrollo, aún el nacionalismo de la burguesía, de estos países, tiene un contenido de liberación e independencia, por ende, un contenido soberano y anti-imperialista. Lo nacional y popular de los países dependientes es un nacionalismo revolucionario que plantea la confrontación con la dominación imperialista. Este ha sido un elemento priorizado por el Presidente Rafael Correa durante los nueve años de mandato y en concordancia con los postulados comunistas.

En este proceso político, una táctica importante ha sido y es la democratización del país; el dominio del imperialismo y de las oligarquías capitalistas, han creado en el Ecuador un Estado falto de democracia, participación peor aún de resolución colectiva. La recuperación institucional es uno de los logros innegables que permite el fortalecimiento necesario del Estado y la salida del neo-liberalismo.

El progreso del país y la conquista de una vida mejor, exige la destrucción de esos rezagos semi-feudales, por ello, la necesidad de una reforma agraria. Este tema es, sin duda alguna, uno de los elementos tácticos que durante el tiempo de la RC no se ha podido conseguir, por ello, la necesidad de la profundización y radicalización del proyecto político.

Como se ha descrito en breves rasgos, se afirma que los elementos tácticos caracterizados por el anti-imperialismo, anti-oligarquía, democracia, nacional popular y por la reforma agraria son las banderas de unidad y plataformas que deben consolidarse y muchos de ellos realizarse, pero que unen en una lucha conjunta entre Rafael Correa y el Partido Comunista Ecuatoriano. Estas luchas tácticas, que no son necesariamente la realización del socialismo o comunismo en nuestro país, son con el fin de conseguir el proceso de liberación nacional y social pero que además, para los comunistas, es el periodo de transición que abre camino al socialismo.

En el actual periodo de transición no es necesaria -y es contra-revolucionaria- la diferenciación y división nominal. Es imperativa la gran alianza y unidad táctica que vaya desde los cristianos, ecologistas, feministas, nacionalistas, socialistas, comunistas, etc., y de todos quienes tengan un espíritu anti-imperialista que fortalezca la soberanía, la democracia y el desarrollo nacional.

Marx decía que el criterio de verdad de la teoría es la práctica. La historia ha demostrado que en estos nueve años – con aciertos y errores- Rafael Correa presenta una posición revolucionaria y consecuente con el momento histórico y sin definirse como comunista.

Sin duda una reflexión y crítica sincera para todos aquellos que se auto-definen como revolucionarios, comunistas y hasta vanguardia del pueblo y paradójicamente hacen alianzas con la partidocracia, la oligarquía y el imperialismo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.