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Razonamiento imperial

Fuentes: Rebelión

El decreto firmado por el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, representa hasta ahora un ultimátum al pueblo y gobierno de Venezuela. Sin embargo, la gran potencia bélica norteamericana podría ejecutar una intervención militar a mediado plazo en el territorio venezolano, argumentando que la nación suramericana representa «una amenaza inusual y extraordinaria para la […]

El decreto firmado por el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, representa hasta ahora un ultimátum al pueblo y gobierno de Venezuela. Sin embargo, la gran potencia bélica norteamericana podría ejecutar una intervención militar a mediado plazo en el territorio venezolano, argumentando que la nación suramericana representa «una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos de América»; imputación que obviamente en el mundo entero es considerada totalmente falsa y desproporcional. Ahora bien, apelando a un ligero análisis geopolítico, donde para nada se incluya la dialéctica, es preciso encontrar las verdaderas causas de la embestida imperial contra el pueblo de Venezuela. Al respecto, los argumentos esgrimidos por los voceros del Departamento de Estado, donde vinculan los derechos humanos de la oposición venezolana, resultan estrambóticos; por lo que es preciso recurrir a la sindéresis, en aras de respetar la audiencia en esta comedia de Charles Adams.

En este contexto, la cacaraqueada emergencia nacional de la potencia militar más grande del mundo (USA), obedece más bien a una campaña de desinformación contra Venezuela, que en realidad pretende ocultar los verdaderos propósitos geoestratégicos del imperio, orientados a torcer el brazo a Rusia. Es decir, la finalidad es impedir que esta nación del este de Europa, ascienda nuevamente como superpotencia mundial, bajo el impulso de los BRICH; lo que provocaría, debido a la arrogancia y deseos hegemónicos de Estados Unidos, la generación de un escenario similar al de la llamada Guerra Fría. En este orden, ya es evidente el cerco militar a esta nación, a través de la OTAN, con el argumento de proteger la soberanía de Ucrania. No obstante, el constante envío de material bélico a Ucrania, Polonia, Alemania y los países bálticos, representa literalmente la ocupación de estas naciones para convertirlas en barricadas y/o bases, ante una inminente agresión militar contra Rusia.

Ahora bien, ¿por qué se vinculan las injerencias de Estados Unidos contra Venezuela, con las operaciones de la OTAN en el este de Europa? Pues, evidentemente, existen paralelismos en todos estos preparativos…, mientras se consolida el atropello del Decreto Obama contra Venezuela; simultáneamente Estados Unidos se acerca diplomáticamente a Cuba, casualmente después de más de 50 años de agresiones constantes y un brutal bloqueo económico contra la isla. En otras palabras, EE.UU. pretende consolidar de esta forma la agresión del bloque (OTAN) a Rusia, mientras protege su territorio, al impedir que el líder ruso, Vladimir Putin, fundamentado en la amistad recíproca entre Cuba, Venezuela y Rusia, pudiera solicitar el acceso al espacio territorial y marítimo en cualquiera de los dos países caribeños, en función de albergar cualquier tipo de infraestructura bélica rusa, en el marco de una eventual contraofensiva legítima de esta potencia bélico nuclear euroasiática. Esta hipótesis, tiene cierta consistencia, entre otras cosas porque las tres naciones comparten el mismo rechazo a las políticas imperiales de los Estados Unidos. Lógicamente, los norteamericanos son conscientes que un acuerdo con estas particularidades conllevaría a la vulnerabilidad de su territorio; por tanto, emprendieron las acciones para amenazar con el garrote a Venezuela y obsequiarle la zanahoria a Cuba, buscando evadir el problema.

Por otra parte, en el tablero estratégico de El Pentágono, es considerable la amenaza (no simbólica) que representan los submarinos rusos para los buque tanques petroleros que logren zarpar del conflictivo Oriente Medio, los cuales atravesarían serias dificultades para marchar a su destino final, sobre todo en el Atlántico. La posibilidad del hundimiento de estos cargueros, durante una conflagración OTAN-Rusia, incorpora una amenaza adicional a la economía de los Estados Unidos y la Europa Occidental, al mismo tiempo que preocupa a los responsables del abastecimiento energético de las flotas mercenarias de la guerra. Sin la energía proveniente del Medio Oriente, Venezuela se ubica en el ojo del huracán, por su cercanía y relativa facilidad para extraer (hurtar) su petróleo mediante una invasión yanqui en su territorio.

La gran potencia imperial tendría que claudicar si no se cumplen estas condiciones, tendría obligatoriamente que pasar de la arrogancia a la fragilidad y vulnerabilidad ante la Gran Patria Rusa en tiempos de guerra. Incluso, en tiempos de paz, Estados Unidos, ha acariciado la idea de invadir a Venezuela para satisfacer la gigantesca demanda de hidrocarburos. Sin embargo, las anteriores administraciones de la patria de Bolívar, les facilitaron las cosas, cuestión que no es igual en la actualidad. De proseguir, las tendencias hacia la conflagración entre las dos superpotencias bélico-nucleares, los consejeros del imperio entenderían finalmente la necesidad de virar hacia el sur, para optar a la reconstrucción nacional de los Estados Unidos; pues deben estar conscientes del significativo impacto de los misiles cruceros estratégicos rusos Tópol M y Bulavá, en tierras norteamericanas.

A las razones geopolíticas y energéticas expuestas, se le suma la caracterización propia de la Revolución Bolivariana; la cual ha venido inspirando rápidamente a los pueblos hacia la toma del poder político, mediante la elección de gobiernos progresistas en la región, buscando apartase del experimento neoliberal de Margaret Thatcher Y Ronald que se inició en los años 80 del pasado siglo. En esta larga lista podría entrar México muy pronto, complicando aún más la situación de aislamiento de los Estados Unidos en el continente. Hoy se observa el repliegue obligado en ámbito diplomático de la poderosa nación imperial, casi que exclusivamente a las históricas naciones coloniales del occidente europeo.

Una vez analizados los riesgos que plantan la incertidumbre en Venezuela, es necesario perfeccionar el equilibrio y la unidad entre el pueblo y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), con el propósito de inspirar a los combatientes de la patria nueva a entonar con fuerza las gloriosas notas del himno nacional. Existen experiencias, Vietnam es el ejemplo clásico, donde la guerra de guerrillas junto al pueblo, lograron echar de sus tierras al enemigo imperial, permitiendo al pueblo construir su propio destino.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.