El pasado 24 de agosto murió en Suiza, en el olvido y el silencio, Ota Sik, el reformador checo, con 84 años de edad. En 1968 los checoslovacos iniciaron la llamada Primavera de Praga, un intento de reforma del socialismo tipo soviético para dotarlo, decían, de «un rostro humano». Ota Sik estaba revestido de gran […]
El pasado 24 de agosto murió en Suiza, en el olvido y el silencio, Ota Sik, el reformador checo, con 84 años de edad. En 1968 los checoslovacos iniciaron la llamada Primavera de Praga, un intento de reforma del socialismo tipo soviético para dotarlo, decían, de «un rostro humano». Ota Sik estaba revestido de gran prestigio porque había participado activamente en la resistencia patriótica contra la ocupación nazi y terminó la guerra en el campo de concentración de Mathausen.
El Primer Ministro Alexander Dubcek pretendía crear una «Tercera Vía» entre el capitalismo y el comunismo. En abril de 1968 Sik fue designado Viceprimer ministro y Ministro de Economía y comenzó a desarrollar un nuevo modelo económico que comprendía un parcial cese de la planificación central y algunas normas de la economía de mercado capitalista.
Esa coyuntura fue aprovechada por los elementos más reaccionarios y anticomunistas que pretendieron apartar a Checoslovaquia del campo socialista. La respuesta soviética fue enviar sus tanques al corazón de Praga, una medida que fue muy examinada y criticada, incluso, dentro de las fuerzas progresistas del mundo. A muchos irritaba la agresiva decisión rusa mientras se escatimaba la ayuda a Vietnam y a otros países del Tercer Mundo. Cuando las fuerzas del Pacto de Varsovia entraron en Checoslovaquia, Ota Sik se hallaba de vacaciones en Yugoslavia y no regresó. Se estableció en Suiza donde fue profesor de la Universidad de Saint Gallien.
Al ocupar el gobierno el títere norteamericano, Vaclav Havel, pretendió nombrar de nuevo a Ota Sik, pero este rechazó la designación y realizó severas críticas a la política de privatizaciones que se iniciaba y predijo con exactitud las plagas económicas que sobrevendrían, entre ellas el desempleo generalizado y el descenso del nivel de vida. En 1990, en una entrevista concedida al diario Berliner Zeitung denunció el capitalismo salvaje instaurado por Havel. Los partidarios de las llamadas reformas sancionaron el descuartizamiento del estado checoslovaco con la separación de Eslovaquia, en 1993.
En la actualidad el estado checo está zarandeado por la intensa actividad de las mafias, entre ellas la poderosa mafia rusa que trafica con armas, prostitución, narcotráfico, migración clandestina y servicios tarifados de asesinos por encargo. El ministro del Interior checo, Stanislav Gross, ha admitido este descontrol social.
Recientemente la mafia ha pasado a animar una nueva variante: la criminalidad financiera. Los delincuentes están adoptando fachadas legales, como la de compañías inmobiliarias o bancos que se encargan del lavado de dinero. Las nuevas estructuras comerciales están infiltradas por maleantes y estafadores. Quien hace negocios con la República Checa debe tener buen cuidado de no caer en manos de esos embaucadores. También es notoria la corrupción de la administración pública y los casos de malversación y soborno son frecuentes. La mafia ha penetrado hasta los partidos políticos donde tiene ya agentes operativos que inclinan las acciones partidistas a favor de los forajidos.
Un reciente reportaje de la periodista Donna M. Hughes, en la publicación norteamericana National Review, informa que el negocio de la prostitución en la República Checa ha llegado a una cifra de operaciones que sobrepasa los cien millones de dólares anuales. La prostitución infantil tiene un amplio desarrollo. Muchas mujeres son esclavas sexuales, secuestradas por la mafia mediante el control de sus pasaportes y la amenaza de denuncia de su inmigración ilegal. Según el Ministerio del Interior ha 860 burdeles en aquél infortunado país. El turismo británico y alemán en busca de placeres ilícitos está visitando Praga masivamente, donde prestan sus servicios quince mil prostitutas. Recientemente el alcalde de la ciudad, Rudolf Blazer, declaró que esta situación era intolerable, pero el Ministerio del Interior está planteando la posibilidad de legalizar el oficio más viejo del mundo. Es interesante constatar que ninguno de los grandes medios de difusión ha pronunciado una sola palabra sobre ese vasto cáncer social de la delincuencia, el narcotráfico y la prostitución que asolan a la sociedad checa.
No es de extrañar que en medio de esa podredumbre, instaurada por Vaclav Havel, se congregue en Praga una conferencia de la contrarrevolución cubana que empezará el próximo 17 de septiembre. Convocado por el Ministro de Relaciones Exteriores de la República Checa, al evento asistirá un distinguido repertorio de neofascistas entre los cuales se encuentra el pelele José María Aznar, así como Luis Alberto Monge, de Costa Rica y Patricio Aylwin de Chile. Reaccionarios del mundo ¡uníos!, es la consigna.