La renta básica (RB) es una asignación monetaria a toda la población sin ningún tipo de condición. Es una propuesta formalmente laica, se percibiría, en efecto, independientemente del sexo al que se pertenezca, del nivel de ingresos que se posea, de la confesión religiosa que se profese (si alguna) y de la orientación sexual que […]
La renta básica (RB) es una asignación monetaria a toda la población sin ningún tipo de condición. Es una propuesta formalmente laica, se percibiría, en efecto, independientemente del sexo al que se pertenezca, del nivel de ingresos que se posea, de la confesión religiosa que se profese (si alguna) y de la orientación sexual que se tenga. La RB ha obtenido la atención creciente a lo largo de los dos o tres últimos años de medios de comunicación, activistas sociales, partidos políticos y académicos. Una parte de la explicación puede entenderse porque la RB resulta espectacular: ¿dinero a cambio de «nada»? Pero otra parte de la explicación de esta atención masiva es menos superficial. Se trata de una combinación de razones viejas con otras mucho más recientes.
Empecemos por algunas de las viejas razones
1. El fracaso de los subsidios condicionados. Para ser precisos, por fracaso debe entenderse la diferencia entre lo que pretendían y lo que han conseguido estos subsidios condicionados. Hay quien se siente muy molesto con esta crítica porque considera que los subsidios condicionados «han hecho mucho». Sí, no se trata de negar una evidencia. Comparados con no tener nada está muy bien tenerlos. Pero eso es trivial. El punto realmente interesante es: los subsidios condicionados han mostrado sus limitaciones que son muy grandes. ¿Qué limitaciones? Muchas, solamente apuntaré tres, por otra parte muy conocidas.