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Renta básica universal: experimentos, debates, ¿y voluntad política?

Fuentes: El Salto

Mientras se analizan experimentos pilotos y se introduce el debate sobre la renta básica en ayuntamientos y comunidades autónomas, quienes defienden esta herramienta se preguntan: ¿habrá voluntad política para aplicarla?

«El experimento de renta básica no incrementó el nivel de empleo de los participantes en su primer año de desarrollo. Sin embargo, al final del experimento los receptores de una renta básica manifestaron un mayor bienestar respecto al grupo de control». Así valoraba la agencia Kela -la seguridad social finlandesa- y el ministerio de salud y asuntos sociales el experimento sobre Renta Básica realizado en los años 2017 y 2018 en una nota de prensa lanzada el pasado 8 de febrero, con algunos resultados que, advertían, «son hasta cierto punto preliminares, todavía no es posible trazar conclusiones firmes respecto a los efectos del experimento de renta básica».

«La renta básica fracasa en su intento de impulsar el empleo», resumía para el público español la agencia Europa Press, retomando declaraciones de la ministra de salud y asuntos sociales Pirkko Mattila, quien había explicado que los participantes no fueron más eficaces a la hora de acceder a puestos de trabajo de lo que lo fue el grupo de control, es decir, que la renta básica ni incentivó ni desincentivó la búsqueda de empleo.

«Yo le daría la vuelta a esa conclusión y diría que lo que Finlandia está demostrando es que la renta básica no crea vagos», comenta a El Salto Julen Bollain, recordando que uno de los principales argumentos de quienes se oponen a la renta básica es la posibilidad de que empuje a sus receptores a retirarse del mercado laboral. Bollain, parlamentario de Elkarrekin Podemos, es un economista especializado en renta básica incondicional, y un firme defensor de esta medida. Por ello ha seguido con interés la experiencia llevada adelante por el gobierno de centro-derecha finlandés, el cual transfirió durante dos años una renta de unos 560 euros al mes a 2000 desempleados, con el objetivo de comprobar empíricamente cómo esta medida funcionaría en términos de protección social.

Bollain evoca un recuerdo de cuando estuvo en el último congreso de la Red Mundial de la Renta Básica (BIEN en sus siglas en inglés) que tuvo lugar el pasado agosto en Tampere, Finlandia. «Había un tipo muy raro con unos pantalones verdes, botas con punta y algo como una chistera, que decías, este tiene que tener cuatro pájaros en la cabeza», cuenta. Ese tipo tan raro, según descubrió el parlamentario vasco, formaba parte del experimento piloto, y se dedicaba a dar talleres de circo gratis en los institutos, «ahí vemos cómo la renta básica visibiliza muchos otros trabajos que no son empleos como tal, que probablemente no aumenten el PIB de una nación ni se consideren como riqueza, pero que socialmente son muchísimo más útiles que lo que pueda hacer un broker metido en Times Square no sé cuántas horas al día».

Por último rescata un tercer foco de análisis, los datos sobre la mejora en el bienestar de las personas y su mayor confianza en el futuro, lo que resultaría en una mejora en la salud mental. «El experimento de Finlandia ha dado resultados bastante interesantes en este sentido sobre cómo reduce el estrés de las personas el hecho de tener una existencia material garantizada», una seguridad que puede amortiguar la tendencia que presenta los problemas de salud mental como una problemática en aumento. «Ponemos variables económicas sobre la mesa y se nos olvida el sentido filosófico que está detrás de la idea», insiste el investigador, se refiere al principio republicano de libertad que defiende que una persona «nunca será libre si vive bajo el principio de dominación, si no tiene su existencia material garantizada, si no puede recorrer su camino en la vida». 

«La renta básica o de ciudadanía es una forma de seguridad social que provee a cada ciudadano de una suma de dinero regular para vivir. (…) Definida como universal, individual, incondicional y suficiente para asegurar vivir con dignidad y participar en la sociedad, una renta básica aliviaría la pobreza absoluta mientras eliminaría los elementos que desincentivan al trabajo (…) Además, aportaría ingresos a quienes realizan formas de trabajo informal, trabajo parcial, quienes están subempleados o realizan trabajos no pagos (…)».

El párrafo anterior constituye el punto 3 del documento con el que la italiana Nunzia Catalfo, integrante del Comité de Asuntos Sociales, Sanidad y Desarrollo Sostenible del Consejo de Europa, defiende que este organismo, en el que están representados todos los estados del continente -salvo bielorrusia- y del que emana el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, promueva la Renta Básica a nivel europeo. Lo consiguió, en enero del año pasado, el 51% de los integrantes del Consejo apoyó una resolución que instaba a los estados miembros a debatir la renta básica y avanzar hacia su implementación.

En A Coruña. Rodrigo Gil Cedillo llevaba ya una década fascinado con la idea de la renta básica. Un día en agosto de 2018 descubrió que en Santiago de Compostela, se había presentado una moción en el ayuntamiento en la que se instaba a la corporación municipal a que siguiese las recomendaciones del Consejo de Europa. Gil Cedillo se puso en marcha, contactó con las redes de renta básica en Galicia con la intención de armar un grupo que pudiese activar una acción similar en su ayuntamiento. En poco más de un mes, el grupo estaba preparado. Armaron la moción a imagen de la de Santiago y contactaron con los grupos municipales para asegurar que progresaría en la votación.

«El 8 de octubre del año pasado la moción fue al pleno y resultó aprobada por unanimidad. La verdad, nos sorprendió porque, aunque imaginábamos que el partido socialista no iba a votar en contra, podía haberse abstenido, al final votó a favor. Más sorprendidos nos dejó que el PP votara a favor, pero creo que lo hicieron para atacar la renta social municipal que es la medida estrella de Marea Atlántica aquí en Coruña». Según explica el activista se trata de una renta condicionada a la que optan quienes no tienen cobertura por parte de la renta de inserción gallega u otro tipo de subsidios extraordinarios. «Me consta por motivos familiares que dicha renta funciona mejor que la de la comunidad, la cuantía es mayor y está pensada en términos menos asistencialistas, pero no deja de ser una renta condicionada». 

El Partido Popular acusaba al ayuntamiento de meterse en un terreno que no le correspondería, pues las rentas para personas en necesidad deberían ser estatales. Sin embargo, son las comunidades autónomas quienes las aplican. Gil Cedillo es consciente de que desde los ayuntamientos no se puede implementar la renta básica, de momento su grupo está trabajando en unas jornadas para finales de este mes en las que se abordará la cuestión. A las mismas acudirán Daniel Raventós, David Cassasas o Lluìs Torrens , rostros visibles en la lucha por la implementación de la renta básica universal en el estado español.

En el último año, el activista ha visto cómo se han multiplicado las mociones: «Fui al simposio de la Red de Renta Básica del año pasado, que fue en Barcelona en octubre, y me encontré con Paco Alarcón que es concejal de Podemos de Guardamar del Segura, en Alicante, y resulta que iban a presentar una moción unos días después y el cuerpo de la moción se lo había copiado a un ayuntamiento asturiano y ese ayuntamiento nos lo había copiado a nosotros, mientras que nuestra moción se basó en gran parte en la de Santiago».

Lo importante ahora es ver cómo se va articulando este movimiento que es «un trabajo de hormiguita», un trabajo complicado que implica a cada ayuntamiento con sus peculiaridades. Gil Cedillo confiesa que, a ratos, «uno se pregunta, hasta qué punto esto sirve de algo. Yo creo que sirve porque abre el debate sobre el tema» y mientras, el mensaje se expande.

Hablar con los partidos políticos, convencerles de que trasladen el debate y el reclamo a nivel estatal -En Marea y el BNG son los grupos más permeables a esta medida- está en la hoja de ruta de los colectivos de renta básica que se están articulando en Galicia. Sin embargo, no hace muchos años, hubo un partido que incluyó la Renta Básica Universal en un programa electoral y durante unos meses, intentó defenderla.

EXPEDIENTE PODEMOS

Cuenta Ernesto Rodríguez que si él se sumó a Podemos en 2014 fue porque el partido se había atrevido a llevar la renta básica en su programa. Muchos de los que estaban en el Círculo de renta básica de Podemos se fueron yendo cuando el partido relegó la propuesta: «Se han vivido estos años con mucha decepción, muchos abandonos, ha habido mucha gente que se ha ido, y gente que va perdiendo la fe en que esto se lo vayan a tomar en serio».

Rodríguez sacó sus propias conclusiones: entiende que al entrar el partido en el «chip electoralista» no iba a plantearse perder votos, también que la de la renta básica no es una medida fácil de defender, ni tan siquiera en su barrio, donde la gente la necesitaría y todavía persiste el sentido común de que no se podría pagar o solo produciría parásitos. «No querían arriesgarse por una cosa que ahora no tiene demanda popular, o que en la televisión te van a atacar fácilmente, te van a ridiculizar fácilmente».

Tamara Ruiz estaba en Podemos durante la elaboración del programa en el que la renta básica se convirtió en una renta garantizada. «El programa de las Europeas en principio lo hizo un pequeño grupo de gente porque antes de las europeas éramos cuatro gatos». Rememora que quien introdujo la propuesta pertenecía a la red renta básica, pero que según le comentaría el mismo Daniel Raventós más tarde, la idea ni siquiera estaba bien desarrollada.

«No es que fuera un programa muy elaborado, se hizo a lo rápido pensando que igual sacábamos un europarlamentario, no sabíamos que íbamos a sacar cinco». Constituido el partido lo que tocaba era elaborar un programa electoral, «nos pidieron que todas las propuestas que hiciéramos tenían que ser realizables a corto plazo, cosas que se pudieran hacer, no un brindis al sol, teníamos que adjuntar en todas una memoria económica». Para la cúpula de Podemos de aquel momento, señala, ese realismo era imprescindible «sabían que uno de lo argumentos que iban a utilizar contra nosotros iba a ser que proponíamos cosas que no se podían hacer, que éramos cuatro hippies del 15m, cuatro colgados».

La renta básica universal pasó a ser una renta garantizada. «Tal como fue ideada la renta garantizada debía ser progresiva para avanzar hacia una renta básica universal. Después en la redacción del programa esto no quedó reflejado. Ha sido algo que Podemos ha dejado en el tintero por ese miedo a ‘nos van a cuestionar, nos van a decir que esto no se puede hacer'». Ruiz considera que la precaución era razonable y recuerda cómo atacaron a Calorina Bescansa en noviembre del 2014 cuando habló en la Sexta Noche de la propuesta. Sin embargo, como trabajadora social, tiene clara la necesidad de rentas no condicionadas.

«Por urgencia social necesitamos una renta básica. Si algo sabemos las profesionales de este ámbito, es que los tipos de renta garantizada que se han implantado en España no han funcionado, no funcionan, relegan a las personas a la trampa de la pobreza, porque si trabajas pierdes la prestación». Coincide en señalar que una renta básica incondicional haría a la gente más libre, y liberaría a los profesionales de la carga de decidir quién tiene derecho a la prestación y quién no. Considera que la renta garantizada que propone Podemos en todo caso supone un avance, porque implicaría unos mínimos comunes, actualmente las prestaciones cambian según la comunidad.

LA CONFUSIÓN DE LAS RENTAS 

Rodríguez cree que hasta que no se aclare la cuestión de las prestaciones y se diferencien claramente los conceptos, la lucha por renta básica universal e incondicional está hipotecada. Por ello, en el marco de Participa Sevilla se presentó una moción en el Ayuntamiento instando a evitar que la propuesta de renta básica universal se confundiera con los subsidios condicionados. Además, Rodríguez, que es también vocal por el distrito Sur, presentó una enmienda a Adelante Andalucía «Eran dos compromisos: difundir la renta básica correctamente, con todos los medios a nuestro alcance y reclamar a nivel estatal su implantación» el documento fue aprobado «otra cosa es la voluntad política de dejar eso en un cajón, en papel mojado, o realmente quererlo cumplir».

Rodríguez señala que el hecho de que en los últimos años muchos subsidios condicionados tengan nombres que incluyen las palabras renta, o básica, responde al «ánimo de confundir y al oportunismo». «En Andalucía a lo que es el salario social de toda la vida, le han cambiado los requisitos y no para facilitarlo, le han reducido el presupuesto y le han llamado renta mínima de inserción (el remis). Lo de llamar, o bien renta o bien básica, o si es posible utilizar los dos conceptos, eso gusta en todos los sitios, y eso incluso Podemos lo ha hecho en Baleares o en Canarias», denuncia.

Bollain se muestra algo escéptico con la proliferación de mociones y estima, él también, que lo realmente necesario es la pedagogía: «Especialmente en Extremadura y Andalucía, que tienen en su estatuto una renta básica, o en Euskadi, pues la renta mínima de nuestra comunidad entre 2000 y 2008 se llamó renta básica también». Pedagogía clara para explicar que no se está hablando de lo mismo. «En los últimos tres o cuatro años se están haciendo muchas jornadas, pero todavía yo creo que nos falta bastante», explica.

También faltó pedagogía -prosigue el parlamentario vasco- cuando Podemos se planteó abanderar la lucha por la renta básica: «Hubo varios debates en los que nuestros líderes tampoco supieron defender la renta bien, tampoco sé si es porque no creían en ella o no estaban bien documentados, pero yo entiendo que debió haber más comunicación y debió haber esa valentía para llevarla a los medios y defenderla». Esa falta de convicción, sugiere el diputado de Elkarrekin Podemos, «es uno delos errores que hemos tenido en podemos».

Justamente el partido al que pertenece Julen Bollain llevó en su programa para las elecciones al Parlamento vasco de 2016 la renta básica. El investigador señala que además de los experimentos que se vienen haciendo en todos los continentes -junto de Finlandia recordemos que ha habido experiencias en Canadá, Holanda, Alaska, Alemania, Namibia o India por citar solo algunos, y que todos adolecen de algún límite: o no afectan a una comunidad, o no funcionan a largo plazo, o no son fácilmente contrastables- en lugares como el País Vasco cuya renta garantizada es una de las más generosas del estado español, pueden observarse las fallas del sistema de protección condicionada. De hecho en un artículo escrito junto a Daniel Raventós identificaron cinco problemas propios de estas prestaciones que se solventarían con la renta básica incondicional: la limitación presupuestaria, los errores de cobertura -es decir, el no llegar a todos los potenciales beneficiarios-, la estigmatización de las personas receptoras y los costes administrativos que implican el acceso y el control. El último sería la trampa de la pobreza.

¿Habrá algún partido que traslade a nivel estatal la lucha por la renta básica incondicional y universal?, ¿la recuperará Podemos?. Los entrevistados recuerdan que la propuesta de una renta básica universal ha sido la medida más votada diversas veces por la militancia del partido político, y que a título individual, varios de los miembros de Podemos de cada una de las corrientes, la han defendido con vehemencia. Sin embargo, eso no ha tenido un reflejo orgánico. A nivel estatal, Equo sería el único partido que la incorpora abiertamente en consonancia con su grupo parlamentario, el de Los Verdes, la sola agrupación política que defiende a la renta básica en la Unión Europea, según señala Bollain.

Tanto él, como Gil Cedillo y Rodríguez coinciden en algo central: es una cuestión de tiempo, la renta básica está en camino. Si la izquierda no defiende una herramienta redistributiva serán otros quienes impongan su modelo: «Hay que temer a los organismos internacionales como el foro de Davos o el FMI, advierte Bollain, una renta básica en detrimento de los derechos sociales no nos interesa.» «La batalla que queda ahora no es si se tiene que aplicar o no, si no quién la abandera y eso va a determinar cómo se financia, y eso va a determinar si sirve para dar libertad real, si es un gran paso, o si va a suponer un caramelo envenenado, una trampa para que te vuelvan a poner de rodillas», advierte el activista sevillano.

Mientras tanto, nadie habla de renta básica en las múltiples campañas para la primavera electoral que se avecina.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/renta-basica/renta-basica-universal-experimentos-debates-y-voluntad-politica-