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Carta abierta a Rubén Blades

Rubencito, lo tuyo es mental

Fuentes: Rebelión

«Que pena me da tu caso, lo tuyo es mental…»   ¿Recuerdas ese verso Rubencito? Lo cantaba nuestra gran Celia con la orquesta de Johnny Pacheco (Celia & Johnny-1974). La verdad es que lo tuyo contra Venezuela y contra nuestro Presidente es obsesivo, ya raya con lo patológico. La canción que interpretaba la Guarachera de […]

«Que pena me da tu caso,

lo tuyo es mental…»

 

¿Recuerdas ese verso Rubencito? Lo cantaba nuestra gran Celia con la orquesta de Johnny Pacheco (Celia & Johnny-1974).

La verdad es que lo tuyo contra Venezuela y contra nuestro Presidente es obsesivo, ya raya con lo patológico. La canción que interpretaba la Guarachera de Cuba encaja perfectamente para describir tu situación.

«Vete a ver con un psiquiatra a ver que te da.

De veras lo tuyo es grave, grave de verdad – Enajenado mental».

Resulta triste ver de que manera optaste por alinearte con lo más rancio de la derecha latinoamericana. Dime qué ganas con destruir esa tu propia imagen de persona justa y de cantautor comprometido con las luchas de nuestros pueblos, con la que yo y muchos otros de mi generación nos nutrimos en nuestra adolescencia, cuando bailando al son de tus canciones podíamos a la vez reflexionar acerca de la necesidad de construir un futuro digno, soberano y trabajar para una Latinoamérica unida, «la que Bolívar soñó».

¡Qué caso tan triste y penoso el tuyo, carajo!

Fíjate que cuando un grupo de corruptos convictos y confesos del Senado de nuestro admirado y verde Brasil se empeñó, no sólo en destituir a la legítima Presidenta Dilma Rousseff, elegida por la bicoca de 54,5 millones de votos (3,5 millones sobre su más cercano competidor), sino también en destruir su imagen y la de Lula Da Silva, no pronunciaste una sola palabra. Y mira que Lula te ha ofrecido un argumento como para que desarrollases otra de tus posibles y excelentes canciones, cuando dice: «Nuca pensé que poner un plato de comida en la mesa de un pobre generaría tanto odio en una élite que se harta de tirar la comida a la basura» (Lula Da Silva).

Pero tu ya no estas para la labor que te caracterizó en tus años de mocedad.

Recientemente, cuando los «narco-uribistas» llevaron a cabo una guerra sucia para abortar el Proceso de Paz en Colombia, tampoco dijiste ni «esta boca es mía». Y antes, cuando la derecha hondureña y paraguaya arremetieron contra gobiernos legítimos como el de Zelaya (2009) o el de Lugo (2012), tu mutismo fue elocuente. Ahora se entiende que tu silencio es un silencio cómplice.

Rubén, cuantas bellas canciones hubieses podido componer si hubieses mirado, si quiera desde lejos, hacia Iguala (México), para arrimarte al dolor de las madres de los 43 estudiantes normalistas masacrados en Ayotzinapa, o si te hubieses asomado por una ventana al desastre humanitario que han provocado los gringos en Irak, Libia y Siria, o si te hubieses dignado pensar en el drama de los millones de sirios que huyen de una guerra absurda y que son retenidos, pateados o cazados con perros en las fronteras europeas. Pero eso es imposible pues ya no tienes los ojos que tenías cuando compusiste «Siembra». Viste alguna de las fotos de los niños muertos en las costas del Mediterráneo? Voy a utilizar tus propias palabras. Tu «sed de protagonismo individualista» que «es contraria a la solidaridad» te impide ver que, como dice Fito Páez, «no todo el mundo tiene primaveras». Rubén, «tus omisiones son irracionales e irresponsables».

«Hablas de más y no das pa’na… se le acabo el aceite a tu lámpara«. Ahora lo tuyo son las cámaras de Hollywood y quieres ejercer de «opinólogo» especializado en la historia contemporánea de Venezuela, «sin saber el oficio y sin vocación», como diría Serrat en «Cenicienta de porcelana«. Pues déjame decirte Rubén que, en este campo no eres más que un «Saco etrampas«.

Te pongo en autos. Paso a darte un muy breve repaso. Venezuela está sufriendo una crisis, eso es indudable, pero no es una crisis de gobierno, porque el nuestro, más que un gobierno legitimado por las urnas (que sin duda lo es), es un Proceso Revolucionario. Lo que vivimos es una crisis estructural, histórico-cultural, como es natural en todo país que decide romper con viejos y anquilosados esquemas. Lo nuestro es una crisis de crecimiento. Venezuela ha vivido más de cien años de soledad, sumergida en un sueño de abundancia y dependencia rentista-extractivista que atrofió nuestro destino. Hemos vivido ciegos y aceptábamos nuestra esterilidad. Pero un día nuestro Comandante, Hugo Rafael Chávez Frías, nos hizo despertar de ese profundo y fatal letargo y nos invitó a caminar por la senda revolucionaria, retomando las propuestas de ese gran pedagogo que fue Simón Rodríguez. Hoy asumimos que «Inventamos o erramos». Pero supimos desde el principio que este no sería un camino de rosas. Nadie nos dijo que hacer Revolución sería sencillo. Estamos viviendo un «cambio de época», como bien lo ha apuntado nuestro respetado amigo, el Presidente Rafael Correa. Hemos entrado en la crisis existencial de quien se atreve a enfrentarse a sus propias farsas, dispuesto a romper espejos deformantes. Pero hemos perdido el temor de encontrarnos con nosotros mismos. Y sabemos que vamos hacia delante, sin complejos y que el socialismo no es una opción sino, una condición de futuro.

La abrupta y planificada baja de los precios del barril de petróleo (macabra jugada política del Imperio) nos ha permitido mirarnos al espejo sin piedad, razón por la cual nuestro gobierno revolucionario, que cuenta con la legitimidad que le otorgaron las urnas y la historia, ha encendido los motores para la tan necesaria diversificación de nuestra matriz económica. Ya te lo aviso Ruben, haremos de nuestra debilidad, virtud. Estamos trabajando por cerrar el ciclo de nuestra verdadera independencia, que comenzó en el siglo XIX pero que, aún no se ha completado. Antes nos emancipamos del Imperio Español, ahora nos estamos liberando del neo imperialismo y del modelo de dependencia petrolera, que no sólo es económico, sino también cultural. Es cierto que los petrodólares nos robaron el alma y nos dejaron sin voluntad, pero ahora estamos luchando por conjurar ese terrible hechizo.

«Pa’que puedas ubicarte, un mapa tengo que darte«. No te resulta curioso que aún con la escasez provocada por la Guerra Económica a la que estamos siendo sometidos, generada por una burguesía parasitaria y apátrida, no se ha producido una eclosión social en Venezuela, del tipo «Caracazo» de 1989, aún a pesar de todo el bombardeo del circo mediático, de cuyo elenco principal de payasos tú formas parte? Te doy un par de pistas para ver si lo comprendes Rubén. Hoy tenemos Patria y estamos dispuestos a cualquier sacrificio para defenderla y hacer respetar nuestra soberanía y nuestro derecho a la autodeterminación y además, recuerda que nos aprendimos aquella canción que dice: «Palo paque aprenda que aquí si hay honor«.

¿Te suena esa letra?

Gracias a la Revolución Bolivariana (eso que tu llamas «chicha ideológica») nos estamos adentrando en nuestro propio ser, en nuestro pasado y presente para proyectar un futuro emancipado. Somos conscientes de que la Revolución es una búsqueda no exenta de confusiones y contradicciones, pero es a través de ella que queremos reconciliarnos con nosotros mismos sin temores, sin autocompasión y sin complejos.

Ahora paso a aclararte lo que está pasando en Venezuela con el Referendo Revocatorio (RR), herramienta que como tu bien deberías saber, es un mecanismo constitucional que sólo existe en nuestro país. Porque, que yo sepa en Panamá, ni en los EEUU existe derecho a Referendo Popular, verdad?

El RR fue implementado en la Venezuela Bolivariana por una Revolución que se trazó como uno de sus objetivos superar el viejo modelo de «Democracia Representativa», porque aspiramos alcanzar lo que entendemos como un modelo de Democracia Real y Participativa, en el cual la brecha existente entre actores políticos y pueblo es superada. Hoy día, en Venezuela la política ha dejado de ser un mero espectáculo protagonizado por una élite (clase política) y se ha transformado en un ritual en el cual todas y todos participamos activamente. Pero no te dejes confundir, para participar en el juego democrático es menester respetar las reglas establecidas, las cuales no pareces estar interesado en conocer, porque todo apunta a que te aprendiste un pobre discurso que te vendieron tus panas escuálidos y desde entonces vas repitiendo como loro la misma cancioncita, que ya aburre.

El Consejo Nacional Electoral es un órgano con independencia, que representa a uno de los poderes del Estado y es quien se encarga de velar porque la normativa del sufragio se cumpla, así como el Tribunal Supremo de Justicia, desde la Sala Constitucional, se encarga de velar por el estricto apego, cumplimiento y respeto a nuestra Carta Magna. Por cierto, nuestra Carta Magna, que es la única que nació y fue refrendada por el pueblo en toda la historia de América, nació con la Revolución a la que tanto criticas.

Déjame que te cuente que son tus amigos venezolanos de la oposición quienes se empeñan en violar las normas establecidas, porque en realidad nunca quisieron convocar ningún RR. Ínstalos a que te digan la verdad y que tomen el camino correcto al que sólo se llega a través del respeto a la institucionalidad, como tu bien apuntas. Te aseguro que no lo harán, porque no son honestos contigo, ni con nadie. Otra cosa es el show que proyectan hacia el exterior, pero si hubiese sido su verdadera intención convocar un RR, hubiesen cumplido los tiempos establecidos por la ley. Tu sabes que en cualquier país del «mundo democrático», el pueblo tiene derecho a elegir a sus representantes, pero los tiempos y calendario para llevar a cabo los procesos eleccionarios no pueden ser impuestos por aquellos que hacen oposición, por muchas ansias de poder que tengan.

Como es de conocimiento público, la derecha ganó la mayoría de escaños para la Asamblea Nacional en diciembre de 2015. Desde entonces se trazaron como objetivo derrocar al Presidente Nicolás Maduro, para lo cual procedieron a debatir internamente cual sería la vía más adecuada: exigir la renuncia; enjuiciamiento; declarar incapacidad mental; anulación de las elecciones por ser (según ellos) nacional colombiano; enmienda constitucional para acortar el período de mandato presidencial; convocar una constituyente; ejercer presión social callejera (lo que los vascos llaman «kale borroka» y que condena el gobierno español en su país pero apoya en el nuestro); o convocar un Referendo Revocatorio.

Rubén, tus amigos opositores si pretendían activar el Referendo Revocatorio han debido hacerlo en enero de 2016 y no como lo hicieron, en abril ya que, los lapsos previamente establecidos por la normativa que regula su activación y convocatoria establece un procedimiento que dura más de 260 días, con lo cual, se hace imposible llevarlo a cabo durante este año.

Tus amiguitos, burgueses de las colinas del este de Caracas, o sea los escuálidos, debían recoger unas 195 mil firmas del registro electoral, lo cual representa un 1% del total del registro, sin embargo presentaron 1.957.779 firmas, de las cuales fueron detectadas en un proceso de auditoría (en el cual participaron representantes de todos los partidos) 605.727 firmas fraudulentas, entre las cuales se encontraron: 10.995 personas fallecidas; 53.658 personas no inscritas en el Registro Electoral; 3.003 menores de 18 años; 1335 personas inhabilitadas por delitos graves y más de 9 mil denuncias por usurpación de identidad.

Comprobados estas irregularidades, el 20 de octubre pasado siete tribunales nacionales, basados en denuncias de ciudadanos afectados, dictaron medidas cautelares, ordenando al Consejo Nacional Electoral (CNE) que suspendiera todos los procedimientos que se generaron como consecuencia de la recolección del 1% de las firmas, por haberse evidenciado usurpación masiva de identidades. En cumplimiento de estas ordenes judiciales el CNE, el Poder Electoral, que es un poder independiente, suspendió la recolección del 20% de las firmas, lo cual está establecido como siguiente paso a seguir en la normativa. Recuerda que el Consejo Nacional Electoral (CNE) es el mismo que supervisó las pasadas elecciones parlamentarias, reconociendo y comunicando la victoria de la oposición derecha el 6 de diciembre 2015.

El que quiere jugar, debe comprometerse a respetar y acatar las reglas del juego. Eso es una norma fundamental de la convivencia en Democracia.

Por otra parte, quienes están al frente de la Asamblea Nacional han decidido desconocer las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia, con lo cual han entrado en desacato, por tanto, todas sus actuaciones son consideradas inconstitucionales e inválidas, hasta que decidan ajustarse a derecho y respetar la Constitución. Tu deberías conocer algo de esto, porque estudiaste derecho, ¿verdad?

Rubén, Rubencito, ya te he dicho antes que no vamos a dejar de escuchar y bailar tus canciones, porque nos pertenecen, se democratizaron, a pesar de ti. «Pablo Pueblo», por ejemplo, seguirá siendo un himno para los hijos de la clase trabajadora de Nuestra América. Ahora bien, apréndete otra canción, porque te aseguro que con esa que vas cantando sobre Venezuela y contra nuestro Presidente Nicolás Maduro, aunque te paguen bien los vecinos del norte, no vas a hacer bailar a mucha gente aquí en el sur.

Rubencito, ahora ya sabemos «de que color es tu mentira» pero recuerda que, «sobre la mentira brilla siempre la verdad».

José Gregorio Bracho Reyes. Musicólogo con Doctorado en Historia del Arte por la Universitat de Barcelona-España.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.