El coronel fugitivo, Oswaldo García Palomo, buscado por las autoridades venezolanas por su implicación en el magnicidio frustrado del pasado 4 de agosto, es uno de los que, tentados por Washington, la secretaría general de la OEA y Bogotá, intenta «atraer gobiernos para una opción militar» contra Venezuela. Según la agencia noticiosa y financiera trasnacional […]
El coronel fugitivo, Oswaldo García Palomo, buscado por las autoridades venezolanas por su implicación en el magnicidio frustrado del pasado 4 de agosto, es uno de los que, tentados por Washington, la secretaría general de la OEA y Bogotá, intenta «atraer gobiernos para una opción militar» contra Venezuela.
Según la agencia noticiosa y financiera trasnacional Bloomberg, en las últimas semanas García Palomo ha estado haciendo llamamientos a los militares venezolanos para que se levanten, atribuyéndose la responsabilidad del golpe fallido llamado «Operación Constitución» que buscaba secuestrar al presidente Nicolás Maduro el 20 de mayo.
Ahora, de cara a la asunción del nuevo mandato de Maduro el 10 de enero, destaca la evidente cartelización que existe entre estos grupos y las distintas fracciones antichavistas en confluir en una mal llamada «Junta de Transición» que luego de un golpe convoque a nuevas elecciones. De allí, la elevación del perfil público de García Palomo en un medio financiero como Bloomberg busca proyectar la percepción de que se acerca un inminente desenlace devenido de un nuevo intento golpista.
En sus declaraciones, el exmilitar no niega las coordinaciones hechas en EEUU y Colombia y que da mayor peso a las denuncias del Gobierno venezolano sobre la vinculación del eje Bogotá-Miami en el intento de magnicidio y otras conspiraciones. El golpe fue frustrado por Venezuela: consistía en asfixiar la capital, ocupar las carreteras, aeropuertos, centros de comunicaciones y capturar a docenas de altos funcionarios gubernamentales y militares.
Según relata, para coordinar el plan, Palomo cruzó la frontera colombiana a pie y llegó a Caracas para reunirse en una urbanización de clase alta, donde él cree que el plan fue infiltrado. Aseguró que mantiene contactos con la oposición venezolana para consultarle sobre sus próximos planes y agradeció personalmente al Gobierno de Juan Manuel Santos por permitirle que algunos de sus compañeros detenidos fueran llevados a la frontera con Venezuela, para coordinar los planes de golpe.
El senador estadounidenses Marco Rubio, preparó el ambiente cuando el 9 febrero escribió que «El mundo apoyaría a las Fuerzas Armadas si deciden proteger a la gente y restaurar la democracia eliminando a un dictador».
Una semana antes, el ex secretario de Estado Rex Tillerson, había sugerido en la Universidad de Austin, Texas, que los militares venezolanos podrían hacerse cargo de la situación en el país. «Cuando las cosas están muy mal y los líderes militares se dan cuenta de que ya no pueden servir al pueblo, ellos se encargan de una transición pacífica», afirmó Tillerson un día antes de comenzar su gira por América Latina.
Como era de esperar, Estados Unidos desmintió conocer la existencia de un plan militar para derrocar a Maduro justamente en el contexto de la desarticulación de la cédula armada de Óscar Pérez, inspirada en motivos políticos y religiosos evangélicos, y respaldadas por voceros antichavistas desde Miami y Florida.
En la entrevista ofrecida a Bloomberg (firmado por Andy Rosati y Ezra Fieser), el ex coronel de la Guardia Nacional afirma buscar el apoyo de «gobiernos amigos» para un nuevo plan golpista tras el fallidfo intento de asesinar al presidente con drones con explosivos en agosto de este año.
«Nuestros colegas en Venezuela deben saber que estamos trabajando todos los días para unir fuerzas internacionales y nacionales, y eliminar al gobierno mediante el uso de armas para que el país no siga sangrando y muriendo», dijo García Palomo, que plantea instalar una junta de transición con cabeza civil para eventualmente convocar a elecciones.
Además, en un video reciente trasmitido por redes sociales, García Palomo insta a los miembros de la Fuerza Armada a «asumir su responsabilidad su familia, dios, la ley, su país y el resto del mundo», repitiendo la misma diatriba política religiosa que el ex piloto Óscar Pérez utilizara para llamar al derrocamiento de Maduro. Afirmó, incluso, que trabaja para que «gobiernos amigos» ayuden a los golpistas a concretar sus planes.
García Palomo organizó gran parte de sus planes golpistas desde Colombia, a donde huyó tras su participación en el ataque armado al Fuerte Paramacay, Valencia, realizado por un grupo de ex militares relacionados con el ex capitán Juan Carlos Caguaripano y Óscar Pérez, ex inspector del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas.
Tras fracasar el terror callejero (las llamadas guarimbas) en 2014 y 2017, células armadas paramilitares e irregulares pretenden asumir el papel de vanguardia en el conflicto contra el Estado venezolano, grupos integrados por militares, policías, delincuentes comunes y miembros de la denominada «Resistencia», entre los que se pregona un discurso fundamentalista en lo político y lo religioso.
Lo del título: Washington busca un militar de alto grado para encabezar un golpe cívico-militar en Venezuela. La solicitudes se reciben en Miami, Washington y Bogotá.
Victoria Korn: Periodista venezolana asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la )
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