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¡Se nos secó el alma- dice el Negro!

Fuentes: Rebelión

El canto de la tambora y el sonido de la marimba zumbaban en el fondo del latido de los Afros traídos a estas tierras, el flujo cultural de ingleses, holandeses, alemanes, españoles entre otras culturas, alimento el choque entre lo tradicional y lo moderno de estas tierras. Pero dice el Negro en medio de la […]

El canto de la tambora y el sonido de la marimba zumbaban en el fondo del latido de los Afros traídos a estas tierras, el flujo cultural de ingleses, holandeses, alemanes, españoles entre otras culturas, alimento el choque entre lo tradicional y lo moderno de estas tierras. Pero dice el Negro en medio de la reunión, con una botella y una sonrisa en sus labios- si falta algo, falta contar y escribir la historia de los que llegamos secuestrados, y aquellos que el fuerte peso de las cadenas opacaron el silencio pero no las ansias por ser libres. Y tal silencio que todavía se ha propagado a lo largo de la historia de las tierras del Pacífico- Colombiano. Véase: http://www.elpais.com.co/elpais/valle/noticias/voces-resistencia-radiografia-lideres-luchan-para-sacar-buenaventura-adelante

Pero, que lastima, han pasado ya casi tres siglos y todavía no se ve una diferencia estructural en aquella región de negros, mestizos, mulatos e indígenas un espacio, que según él Maestro Rodolfo Stavenhagen constituye un proyecto de resistencia frente a la lógica extractivista del capitalismo, la expropiación de los bienes comunales y el sin freno de la mercantilización de la vida. Un conjunto de prácticas que van en contravía de las contradicciones del capital, la vida y la lógica prepotente de los grandes poderes transnacionales.

Pero que ha pasado en la tierra donde el negro exclamo «Se nos seco el – Alma», suena de nuevo la marimba, se comparten el viche y el olor del tabaco llega a la mesa, dice don Fernando- tranquilo » Se nos seco – el Alma» si el alma por intentar vivir dignamente desde hace tres siglos pero la realidad es cada vez más decadente, una región en crisis, llena de problemáticas y sobre todo un espacio de riqueza, donde la maldad está presente, como lo pronuncia el Obispo Héctor Epalza, si es la cruda versión del Negro que tomando y tocando son cubano decía en sus labios, se nos está secando el amor, el respeto y la diferencia por pensar desde las comunidades la autonomía por los territorios antes que los intereses políticos de las familias de esta » nación». Véase: https://www.youtube.com/watch?v=ie31jDcczRs y https://www.youtube.com/watch?v=xJ8ofoJ11wM

En sus manos rezaba un poco en dialecto africano – entonando un canto a sus viejos príncipes entre ellos Bioho Beiko, se mojaba las manos con ceniza de tabaco y suspiraba muy fuerte mientras en la mesa se ofrecía más aguardiente, arrecho y mucho maduro asado. Seguía mencionando los problemas de la privatización del puerto, la ampliación de la asociación portuaria, la expropiación de los manglares – la mentalidad decadente por hacer de Buenaventura, Tumaco, Quibdó y otras «ciudades» un espacio para la productividad nacional pero no para el diario vivir de las familias. Véase https://www.youtube.com/watch?v=txeYFbE_VeU

Por supuesto, su crítica resulta ser la memoria histórica que guarda al ver la desintegración del sindicato, la persecución a las asociaciones civiles, el exterminio periodizado de la vocación pesquera, el triste sabor de que los jóvenes ya no amen con fuerza las tradiciones y sólo conviva en un espacio entre la muerte, la miseria y la violencia.

Vuelve a gritar «Se nos seco el Alma – dice el Negro» si el alma de darnos cuenta que la lucha es un acto político de resistencia contra los gobiernos neoliberales, la implementación de los megaproyectos y la privatización de lo público ha sido garrafal, la ruptura del tejido social, y en particular la transnacionalización de las fiestas, los carnavales, el mercado, los bienes comunales y la victimización de las comunidades es cada vez más profundo. Así es parte de la realidad del Pacífico, una tierra inmensidad donde se dice «Estamos mal pero no nos damos mala vida» continua la vocación por una mejor ciudad, una espacio para la paz y un momento para suspira la brisa del mar y el calor de la selva.

Después de todo, el canto ha finalizado y la reunión termino con un toque a la vida, una sonrisa a la felicidad y un trago para olvidar las malas penas. En particular, un mensaje profundo «Se nos seco el alma- dice el Negro» pero «Todavía está arrecha la esperanza».

Notas

1 No es una cuestión peyorativa hacer referencia a la palabra negro como un sujeto inferior, sino que el lenguaje popular en el pacífico y la versión oral del entrevistado, manifestó en sus propias palabras esta frase » Se nos secó el alma dice el Negro»

2 José Javier Capera Figueroa es Politólogo de la Universidad del Tolima (Colombia), Analista político y columnista del Periódico el Nuevo Día (Colombia) y de Iberoamérica Social: revista-red de estudios sociales (España). Correo:[email protected]

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.