Como dijo en 1999, desde su primer poema, «Cavando», en su labor poética Seamus Heaney se ocupó de acercarse a la «tierra de la memoria, del ser y de la posibilidad poética». Era poeta, lo que le proporcionaba una doble vida: la autobiográfica y la mítica, que le permitía en ocasiones «caminar por los aires». […]
Como dijo en 1999, desde su primer poema, «Cavando», en su labor poética Seamus Heaney se ocupó de acercarse a la «tierra de la memoria, del ser y de la posibilidad poética». Era poeta, lo que le proporcionaba una doble vida: la autobiográfica y la mítica, que le permitía en ocasiones «caminar por los aires». Diagnosticado recientemente de una enfermedad grave, de la que su familia no dio mayores detalles, el mayor poeta irlandés desde Yates y ganador del premio Nobel de Literatura en 1995, pasó ayer definitivamente al lado mítico al morir a los 74 años en un hospital de Dublín, ciudad en la que residía desde 1976.
De este hombre humilde y accesible, a quien el ministro de Artes irlandés, Jimmy Deenihan, agradecía ayer su papel de embajador de Irlanda -«era una enorme figura internacional, un gran embajador para la literatura y para Irlanda»-, destaca su gran obra poética y su compromiso como irlandés. Nacido el 3 de abril de 1939 en una granja cercana a Derry, en Irlanda del Norte, fue el primero de los ocho hijos de una familia católica. Su abuelo y su padre heredaron de sus antepasados una pala para cavar la tierra. «Pero no tengo pala para seguir a hombres como ellos/ Entre mi índice y mi pulgar/ la corpulenta pluma descansa/ Cavaré con ella», manifestaba en uno de sus poemas más célebres, «Digging», incluido en su «Death of a Naturalist» (1966).
Estudió literatura inglesa en la Queen’s University de Belfast, universidad a la que volvería en 1966 como profesor. Sus trabajos iniciales, publicados en 1962 bajo el seudónimo Incertus, ya reflejaban su ideología contraria al dominio británico de Irlanda del Norte, postura que siempre mantuvo dentro y fuera de su obra. «The Troubles [el conflicto de Irlanda del Norte] nos convirtió en portavoces, personas a los que los medios buscaban y retrataban; éramos comentaristas además de individuos creativos, y por lo tanto figuras señeras para la comunidad», recordaba en una entrevista reciente sobre aquel grupo de autores que en los setenta creaban y vivían en Belfast.
Su compromiso le llevó a desplazarse con su familia a la República de Irlanda en 1972 y, una vez allí, abrió su poesía a temas más universales que denotaban su fascinación por el simbolismo. En 1975 volvió a la enseñanza, que ejerció en universidades de todo el mundo, hasta que en la década de los ochenta pasó a ocupar la cátedra de Poesía en la Universidad de Oxford.
Su obra cumbre, «North» (1975), es una alusión a la guerra de resistencia católica por la ocupación británica de Irlanda del Norte. En ella confiesa comprender su «pasión por la venganza tribal». Con él se va la figura más destacada de la poesía irlandesa desde William Butler Yates (1865-1939); como Yates, Heaney obtuvo el premio más prestigioso de su profesión y, también como él, su reputación e influencia fue más allá de los círculos literarios. Autor de diez libros de poesía («Death of a Naturalist» y «Field Work», entre ellos) y una «Antología Poética», también se dedicó a escribir ensayos («The Government of the Tongue») y una obra de teatro («The cure at Troy»). En euskara ha sido traducido por Patxi Ezkiaga y Luigi Anselmi (se pueden ver en la página web armiarma.com).
Fuente: http://gara.naiz.info/paperezkoa/20130831/420098/es/Seamus-Heaney-memoria-tierra