Las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) volvieron a fracasar esta semana en Montevideo y ambos bloques admitieron que no habrá un Tratado de Libre Comercio (TLC) este año y las perspectivas para 2019 tampoco se ven promisorias. El tiempo político para el TLC UE-Mercosur se venció: en tres semanas hay elecciones […]
Las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) volvieron a fracasar esta semana en Montevideo y ambos bloques admitieron que no habrá un Tratado de Libre Comercio (TLC) este año y las perspectivas para 2019 tampoco se ven promisorias.
El tiempo político para el TLC UE-Mercosur se venció: en tres semanas hay elecciones en Brasil -con cambio de gobierno en enero- y en mayo en Europa. Y en 2019 también en Argentina habrá elecciones presidenciales, a las que el presidente Mauricio Macri quería llegar con el acuerdo firmado, aun cuando era repudiado por trabajadores, movimientos sociales y gremios industriales y empresariales.
El ministro de Comercio de Corea del Sur, Kim Hyun-chong.
Paralelamente, el Mercosur y Corea del Sur iniciaron en Montevideo negociaciones con representantes de alto nivel de>Corea del Sur para llegar a un posible acuerdo de Tratado de Libre Comercio (TLC), que busca fomentar un intercambio comercial de unos 10.000 millones de dólares.
Los cuatro países del Mercosur exportaron a Corea del Sur unos 3.700 millones de dólares en 2017 en productos agrícolas y acero, mientras que importaron productos -en especial eléctrónicos y vehículos- por unos 6.300 millones.Durante 2018, las exportaciones del Mercosur llegaron a los 835 millones de dólares, mientras que las importaciones ascendieron a 1.165 millones.
Además de Corea del Sur, el Mercosur sostiene reuniones en busca de un acuerdo comercial con la Unión Europea, Canadá, Singapur y el EFTA, grupo que integran Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein-.
El fallido TLC con la UE
El apuro mostrado durante los ocho meses y medio transcurrido en este año se basaba, en parte, a que si las elecciones en Brasil eran ganadas por el Partido de los Trabajadores, difícilmente avalaría el TLC.
Uno de los focos de los negociadores «mercosureños»estaba puesto en la cuota ofrecida por el bloque europeo para la importación de 99.000 toneladas de carne y 150.000 de azúcar por año procedentes del Mercosur, que es considerada «bastante limitada» y un pedido para que no se apliquen aranceles dentro de esa cuota. En Montevideo, reclamaron, además, que la UE mejorara las ofertas agrícolas, pero la respuesta fue negativa.
Pese a los esfuerzos hechos, en especial por Argentina y el gobierno de facto de Brasil, En medio de un hermetismo extremo, fuentes del Mercosur aseguraron que «las conversaciones están muy difíciles, ya que la UE tiene poco margen para ser flexible teniendo en cuenta la ola de populismo que hay en Europa». «Queremos cerrar pero no a cualquier precio», manifestó un negociador argentino, dispuesto a firmar de cualquier forma, en una postura menos rígida para alcanzar un acuerdo de libre comercio.
Los dos bloques llevan casi 20 años negociando el acuerdo y, aunque los gobiernos de ambos lados del Atlántico expresan su interés en cerrarlo próximamente, quedan por resolver cuestiones relativas al acceso de productos, reglas de origen, lácteos, indicaciones geográficas, patentes, entre muchos otros, que lo hacen inviable hoy en día.
Ante estas realidades, el mandatario de Uruguay (presidente pro tempore del Mercosur) Tabaré Vázquez, citó a una reunión de presidentes del Mercosur para abordar la agenda internacional del bloque, que podría concretarse durante este mes de setiembre.
Periodista económico argentino, analista asociado a al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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