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Silencio y extremidades

Fuentes: De igual a Igual

Voy a patentar el silencio. Y cobrar canons o royalties o alguna otra palabra angloparlada. Las copias serán sólo ilegales. Sólo cobraré el auténtico silencio. Pero las copias también. Como idea. Visitaré los enterramientos y cobraré por cada uno que vea llorando sin apliques sonoros, cobraré a aquel que de tanta pena se haga hasta […]

Voy a patentar el silencio. Y cobrar canons o royalties o alguna otra palabra angloparlada. Las copias serán sólo ilegales. Sólo cobraré el auténtico silencio. Pero las copias también.

Como idea. Visitaré los enterramientos y cobraré por cada uno que vea llorando sin apliques sonoros, cobraré a aquel que de tanta pena se haga hasta eco para adentro. Me pagará, sabe que lo pillé delinquiendo, le daré de vuelta, un emotivísimo abrazo de condolencia, de franca unión en su dolor. En esa comunión emocional no del todo inventada.

Cobraré también los minutos de silencio, los cronometrados oficiales en los estadios o los momentos anónimos, inmediato posteriores a una discusión por ejemplo, cuando los discutientes y en este caso, ¿amantes?, se adentran en un penetrante y estoposo silencio, después de haberse dicho lo que no saben callarse. No saben/quieren/pueden decirse lo mucho que debieran amarse y sólo se escupen lo mucho que se estorban. Ahí entraré yo, a cobrarles por mi patente exclusiva. Y les cobraré de más, por no saber echarse de menos, frente a frente, el uno al otro. Y por tontos.

Cobraré el silencio. Todo el silencio imaginable. Por supuesto que denunciaré a todos los gobiernos por esas noches que no dicen nada y por esos parajes donde ni el viento sopla, por no atreverse. ¿Quién me paga a mí daños y perjuicios de todo ese silencio?

¿Cómo y cuándo podemos hablar de silencio?. ¿Qué se aprende del silencio? El silencio, capital y provincia. Silencios de ayer y hoy o silencios más famosos. Silencio y extremidades. Geografía del silencio. Silencio, mi tío el del pueblo. Muerte silenciosa. Ángulos del silencio y aritmética. ¿Es ético el silencio? Silencio como sustantivo. Literatura del silencio, grandes obras. ¿Es silencio la escultura?

Redactaré mis estatutos, contrataré los más influyentes abogados y estableceré vínculos con los armados oficiales del estado, expondré mis artilugios. Me haré rico y montaré una franquicia en el lucrativo, ilegal e inexplorado negocio del silencio.

Crearé un imperio, comenzaré por macrodiscotecas sin altavoces, o mejor, lo llenaré de algún instrumento donado por la tecnología que minimice los sonidos. Seré el empresario acaparador de mi patente. Grabaré discos por supuesto… silencios de jazz, el boom silencioso, cántame mucho pero en silencio… y denunciaré los intervalos de canciones y los plagios. Películas también haré, donde no se digan nada. Silencio total, silencio total II, silencio total III… Serán un éxito, lo estoy viendo. Crearé una línea de ropa estupendísima y de cosméticos que mientan mejor sobre los rostros. Publicaré revistas para adolescentes (entiéndase, como todos los que adolecen o carecen de algo) y comenzaré por una televisión local por cable hasta acaparar catódicamente, todo lo acaparable.

Después, una vez dado a conocer el producto y su mercado. Expiatorio, donaré al mundo mi patente… y desde esa libertad reconquistada, aprenderemos el valor, que no el precio, de los silencios verdaderos.

No digan nada del dinero. Guarden silencio.