En su relato de una manifestación en apoyo a los palestinos celebrada en Roubaix el 19 de julio, un periodista de Nord Eclair, Bruno Renoul, se ofendió al ver una bandera que presentaba una bandera israelí sobre la cual la estrella de David había sido reemplazada por un esvástica. Ese reportero dice que Israel no […]
En su relato de una manifestación en apoyo a los palestinos celebrada en Roubaix el 19 de julio, un periodista de Nord Eclair, Bruno Renoul, se ofendió al ver una bandera que presentaba una bandera israelí sobre la cual la estrella de David había sido reemplazada por un esvástica. Ese reportero dice que Israel no es un Estado totalitario y que no se le puede comparar con el estado nazi. Y para reforzar su argumento, añade que la comparación de Israel con el Tercer Reich es «ofensiva para las víctimas del nazismo, de las cuales las principales fueron judíos.»
En primer lugar hay en ese texto una primera contradicción. Israel sería pues el estado de los judíos, lo que lleva a considerar cualquier crítica a la política de ese estado como una forma de antisemitismo, una argumentación que desafortunadamente es demasiado común.
Pero lo que importa, lo que es más importante que la ecuación lapidaria «sionismo=nazismo», es la búsqueda de lo que hay de común en esas dos ideologías, las cuales se basan ambas en el concepto de Estado-nación, tal como fue teorizado por Herder a finales del siglo XVIII, y que se desarrolló en Europa. El concepto de Estado-nación puede llevar a un nacionalismo extremo exclusivista, que encontramos en el fascismo italiano, el nazismo alemán y hoy el sionismo israelí. La cuestión no es tanto identificar esas ideologías, como entender lo que tienen en común, ese común definiéndose, en lo que respecta al nazismo y el sionismo, por la pureza étnica, siendo el término «étnico» lo suficientemente ambiguo como para prestarse a todas las interpretaciones.
El nazismo quería un estado puramente ario, lo que significaba vaciar Alemania de todos los elementos no arios, entre los cuales los judíos. El sionismo, por su parte, quiere construir un estado judío, menos en el sentido religioso que en un sentido étnico mal definido, y para ello quiere vaciar el estado de Israel de todos sus elementos no judíos. Ese deseo de pureza étnica es uno de los puntos comunes a ambas ideologías, la nazi y la sionista, y no veo en nombre de qué estaría prohibido decirlo.
Afirmar que no se puede comparar el nazismo y el sionismo bajo el pretexto de que los judios fueron víctimas del nazismo se basa principalmente en una primera contradicción que hace del sionismo, ya no una ideología judía, lo que es efectivamente al haber sido inventada por judíos, sino la ideología de los judíos, de todos los judíos, y luego en una incomprension del sionismo, que fue una ideología europea construida por judíos europeos, que creyeron encontrar en la construcción de un estado judío la solución al antisemitismo europeo.
Por desgracia, queriendo construir ese estado en un país ya poblado, Palestina, transformaron una ideología que quería ser de liberación, en movimiento de conquista, y eso es lo que hace del sionismo un nacionalismo extremo, al igual que el nazismo.
Ese ese nacionalismo extremo el que ahora lleva la política de Israel a tratar de erradicar toda presencia no judía de la tierra de Israel, ya sea bajo una forma brutal militar, como la agresión contra Gaza (o hace unos años, la represión de las Intifadas), ya sea bajo una forma de ocupación, o bajo la forma de las llamadas colonias, que son sólo una manera de, en primer lugar, echar a los habitantes palestinos de sus tierras, para luego anexionarlas como tierras de Israel.
Voy a añadir un punto, que dista mucho de ser anecdótico, sobre las similitudes entre el sionismo y el nazismo. Hitler creía haber encontrado en un símbolo venido de Asia, la Staviska, un símbolo de la pureza aria; una manera de confiscar un símbolo que no tiene nada que ver con el nazismo; por eso encontramos esvásticas en las pagodas budistas. La manera en que el sionismo utiliza la estrella de David, incluyendo en la bandera de Israel, es más perniciosa.
La estrella de David es un antiguo símbolo judío que no tiene nada que ver con el sionismo. Al confiscar ese símbolo en su favor, el sionismo se presenta como el representante exclusivo de los judios, y por lo tanto nos lleva a considerar erróneamente la estrella de David como un símbolo de Israel. Puede entenderse entonces que la estrella de David pueda convertirse en un objeto de repulsión al igual que la Staviska pudo convertirse en un objeto de repulsión. Lo que es sorprendente entonces, no es tanto la repulsión ante un objeto desviado de su significación original, como el uso que de él hacen las ideologías asesinas.
Lo mismo podría decirse del propio nombre del estado al que se llama Israel. El nombre de «Israel» representa una larga historia y es esa historia la que el sionismo ha querido confiscar. Cuando escucho el lema «Israel asesino», estoy menos sorprendido por el hecho de que se pueda gritar esa consigna, que por la manera en que una ideología nacionalista extrema ha llevado a sólo ver a «Israel» a través del Estado de Israel y de su ideología fundacional, el sionismo.
Rudolf Bkouche miembro de la Unión Francesa Judía por la Paz
Fuente: http://www.michelcollon.info/Sobre-un-articulo-de-Nord-Eclair.html?lang=es