Recomiendo:
0

Sobre una entrevista a Pablo Milanés

Fuentes: La Jiribilla

Admiro y quiero entrañablemente a Pablo, como persona de virtudes excepcionales y como uno de los más grandes artistas de nuestro país. Su obra constituye uno de los pilares de nuestra cultura y de nuestra Revolución. Su figura es y seguirá siendo un símbolo de la Cuba revolucionaria. Por eso me ha entristecido ver cómo […]

Admiro y quiero entrañablemente a Pablo, como persona de virtudes excepcionales y como uno de los más grandes artistas de nuestro país. Su obra constituye uno de los pilares de nuestra cultura y de nuestra Revolución. Su figura es y seguirá siendo un símbolo de la Cuba revolucionaria. Por eso me ha entristecido ver cómo tergiversan sus palabras de manera grosera los enemigos de todo lo que él representa, precisamente cuando estamos celebrando el 50 aniversario de un proceso histórico tan hermoso, digno y heroico, que ha hecho tanto por el pueblo cubano y por otros pueblos del mundo.

Me refiero a la entrevista que hace unos días apareció en el periódico español Público, con el título «El socialismo cubano se ha estancado», y que tanta repercusión ha tenido en medios que se dedican a atacar cotidianamente a Cuba. Cuando leí la entrevista y los artículos y comentarios que ha suscitado, sentí mucho dolor como cubana, como revolucionaria y como amiga personal de Pablo.

Me sorprendieron particularmente las afirmaciones que se le atribuyen acerca del tema racial en nuestro país y en los Estados Unidos. Sufrí en lo personal el terrible racismo imperante en la Cuba capitalista y puedo dar testimonio de todo lo que ha hecho la Revolución para proteger, educar y respaldar a los sectores más humildes de la población y en especial a los negros y mestizos. Se trata de una obra extraordinaria que no puede opacarse. Recuerdo que en el VI Congreso de la UNEAC Fidel habló con total honestidad y transparencia de los vestigios racistas que sobreviven en nuestra sociedad y de cómo había que trabajar muy duro para erradicarlos. De aquella reflexión nacieron muchos programas nuevos que han multiplicado las oportunidades de estudio e integración para todos los jóvenes cubanos. También recuerdo con orgullo cuando Nelson Mandela nos visitó y reconoció la contribución de nuestros soldados internacionalistas en la derrota del régimen del apartheid. Tampoco puedo olvidar los jóvenes africanos que estudiaron y siguen estudiando en Cuba y los médicos nuestros que salvan vidas en África y Haití. No sé cómo puede subestimarse toda esa enorme obra de solidaridad, igualdad y justicia. Ojalá pueda Obama impulsar en Estados Unidos algunas de las políticas que ha llevado adelante Cuba desde 1959 hasta hoy. Ojalá le sea posible ayudar a las personas discriminadas y excluidas dentro de un sistema tan ajeno a la igualdad y a la solidaridad como el capitalista.

Me sorprendieron igualmente los comentarios que se atribuyen a Pablo con respecto a algo tan perverso y que nos ha hecho tanto daño como el bloqueo. Varias generaciones de cubanos hemos sufrido muy dolorosamente los efectos de esa política. Se trata de un proyecto criminal, que no tiene justificación alguna, y que, ahora, cuando nuestro país acaba de sufrir el golpe de tres huracanes devastadores y tiene que enfrentar la crisis económica mundial, se hace todavía más monstruoso. Creo que todo cubano que sea escuchado fuera de nuestro país debe exigir el fin inmediato de ese crimen.

En esta entrevista se colocan en boca de Pablo opiniones superficiales sobre temas demasiado importantes para tratarlos con ligereza. Hay que tener en cuenta que el socialismo en Cuba se ha ido levantando bajo ese bloqueo y en medio de la guerra sin cuartel que nos han hecho los sucesivos gobiernos de Estados Unidos. No parece serio ni responsable hablar de un «socialismo estancado», «paralizado», y descalificar a los dirigentes históricos de la Revolución en un momento crucial, cuando nuestro país, bloqueado, agredido, defiende sus principios en medio de condiciones muy difíciles y merece respeto.

Estoy convencida de que las verdaderas opiniones y los verdaderos sentimientos de Pablo acerca del destino de Cuba no están en esa entrevista. Pablo es nuestro: es de Cuba; es del pueblo revolucionario que tanto lo quiere. Su poesía y su música nos pertenecen. Creo que esto lo saben también quienes pretendieron utilizarlo para dañar la imagen de la Revolución en su 50 aniversario.

Nisia Agüero ha dedicado su vida a la promoción cultural. Fue fundadora del trabajo comunitario en la Cuba revolucionaria e impulsora del desarrollo de la artesanía artística en el país. Es vicepresidenta del Consejo Nacional de Casas de Cultura y asesora de la Presidencia de la UNEAC. Recibió en 1999 el Premio Nacional de Cultura Comunitaria y ha recibido además la Distinción por la Cultura Nacional.