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Solidaridad popular con Assange

Fuentes: Rebelión

Christine Assange, madre de Julian Assange, participó en un conversatorio el 2 de agosto en la Asamblea Nacional de Ecuador ante representantes de diversas organizaciones sociales y público en general. La sala recibió con cálidas muestras de solidaridad y afecto a la madre del ícono de la liberad de prensa y de información. Entre los […]

Christine Assange, madre de Julian Assange, participó en un conversatorio el 2 de agosto en la Asamblea Nacional de Ecuador ante representantes de diversas organizaciones sociales y público en general. La sala recibió con cálidas muestras de solidaridad y afecto a la madre del ícono de la liberad de prensa y de información.

Entre los asistentes se contaban asambleístas, representantes de organizaciones campesinas, universitarias, indígenas, afroecuatorianas, como FENOCIN, Diabluma y FEUE.

Christine Assange inició su intervención agradeciendo las gestiones y el apoyo recibido por el gobierno de Ecuador, y por el Presidente Correa en particular. Dijo que como madre vive con la amenaza constante de que su hijo será asesinado, torturado o encarcelado por tiempo indefinido. Pero aseguró que ni ella ni su familia permitirán que los atemoricen; que no cejarán en la lucha por la transparencia y la verdad informativa. Dijo que cree firmemente que la democracia no es solamente la posibilidad de votar, que la democracia se basa en la existencia de instituciones y de medios de prensa independientes de los gobiernos. Dijo que lamentablemente esto no sucede en EE.UU. Ni tampoco en Australia, su país de origen.

Dijo que Ecuador, en cambio, tiene mayores espacios democráticos y como evidencia citó la existencia de 14 estaciones de radio indígenas.

Ante la pregunta de una asistente sobre cómo se puede ayudar a WikiLeaks y a Julian Assange, C.A. respondió: «La mejor manera de ayudar a Julian y a WikiLeaks es convertirse uno mismo en un medio de información. La gente responde mejor cuando se le plantean los hechos como son, y se les permite que ellos lleguen a sus propias conclusiones».

Se refirió a la persecución de la que es objeto Julian explicando que esta comenzó a partir de que WikiLeaks difundiera cientos de miles de cables de la diplomacia estadounidense que dejaban al descubierto la ingerencia de EE.UU. en los asuntos de otros países. Mencionó que nunca antes Julian Assange tuvo una acusación de índole sexual. Esa acusación comenzó a partir de la publicación de los cables y después de un viaje de dos semanas a Suecia; dos mujeres fueron indagadas por la policía. Ambas se negaron a firmar una denuncia contra J. A. por violación. El primer abogado de la fiscalía renunció diciendo que no había causa porque no había evidencias que lo sustentaran. Una de las supuestas víctimas presentó un condón para sustentar el cargo de que J. A. lo había roto a propósito. Sin embargo, al hacer las pruebas de laboratorio no se hallaron muestras de ADN ni de J. A. ni de la supuesta víctima. Como el caso se desmoronaba por falta de evidencia, fue contratado como consejero Karl Rove. El mismo Karl Rove que fuera responsable de la campaña sucia en las elecciones ganadas por George W. Bush. El ex estratega de Bush fue contratado como consejero del Primer Ministro de Suecia, Reinfeldt. Entonces, la campaña contra Julian Assange cobró nueva fuerza. El gobierno de Suecia, sin embargo, se niega a tomarle declaraciones a Julian Assange en la embajada ecuatoriana en Londres. Un enigma puesto que si piensan que es culpable porqué se niegan a entrevistarlo. La Sra. Assange manifestó que debido al marcado interés que Estados Unidos tiene en enjuiciar a J. A. y por el tratado especial de extradición que existe entre Suecia y Estado Unidos (un tratado de «rápida rendición»), esto es -clara y llanamente- un caso para extraditar a su hijo a EE.UU. Un país que tiene encarcelado, incomunicado y en total aislamiento durante 23 horas diarias al soldado Manning, acusado de filtrar información a WikiLeaks. Entre los indicios de los planes de EE.UU. para con Julian Assange figuran un «juicio secreto», que un Jurado de Virginia está preparando contra Assange. De este juicio, secreto e ilegal, no se conocen los cargos, pero se teme que sean de espionaje. Recordó que antes de refugiarse en la Embajada de Ecuador en Londres, J. A. estuvo 18 meses en arresto domiciliario en Gran Bretaña, cuyo gobierno es un aliado de EE.UU.

Christine Assange comienza a proyectar una imagen de madre coraje, reminiscente de tantas madres que luchan por justicia para sus hijos. Es un rol impuesto por las circunstancias, que no surge de una decisión personal de transformarse en una figura pública. Sino que brota desde las entrañas, en defensa del hijo o de la hija o de la nieta que son atacados por fuerzas desmesuradas, como lo son las fuerzas que moviliza el país hegemónico de Occidente, Estados Unidos, la mayor potencia militar en la historia de la humanidad. Quizás pensando en esto, y para darse fuerzas a sí misma repitió esta frase que le gusta decir a su hijo Julian: «El coraje es contagioso».

Christine Assange finalizó así su viaje a Ecuador, cuyo objetivo fue respaldar el pedido de asilo formulado por Julian Assange ante el gobierno del Presidente Correa. Mientras que el gobierno ecuatoriano continúa analizando la solicitud de asilo, el reconocido y respetado jurista de derechos humanos Baltasar Garzón ha tomado el liderazgo de la defensa de Julian Assange.

 

Nota: Para más información sobre el caso Assange, véase justice4assange.com (hay varios artículos en castellano).

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.