La consejera Inés Rojas se sintió tranquila -eso al menos cuenta la prensa-, cuando supo in situ que la sufrida madre Leonor Pérez ¡solo! cargaba sobre sus hombros hasta un tercer piso a su hijo de cuarenta años, los fines de semana. El resto de los días Manolo, aquejado de parálisis cerebral y distrofia muscular, […]
La consejera Inés Rojas se sintió tranquila -eso al menos cuenta la prensa-, cuando supo in situ que la sufrida madre Leonor Pérez ¡solo! cargaba sobre sus hombros hasta un tercer piso a su hijo de cuarenta años, los fines de semana. El resto de los días Manolo, aquejado de parálisis cerebral y distrofia muscular, duerme en una residencia de Telde, y no en la casa familiar de Lomo del Chinche, para disgusto y preocupación de Leonor Pérez quien querría tener a su «niño» con ella y así cuidarlo y velar su sueño. Con una casa adaptada, su hijo podría pasar las mañanas en un centro de día, pero las tardes y noches permanecería junto a su madre, en su hogar. Leonor apenas duerme. Teme que un día Manolo pueda morirse en el centro, sin ella.
La consejera de Vivienda visitó a esta sufrida madre el martes de la semana pasada; casualmente cuando este caso saltó al debate público. Inés Rojas se hizo un amplio book para la prensa, se enteró de algunas cosas que no sabía -eso es lo que tiene el acercarse de vez en cuando a la gente-, y se puso un poquitín en el lugar de Leonor Pérez, recorriendo escalón a escalón -pero sin un hombretón de setenta kilos sobre los hombros- los tres pisos que esta anciana ¡solo! los fines de semana, fiestas de guardar y vacaciones, se ve obligada a subir y bajar cargando a su hijo.
Inés Rojas aseguró que la familia será pronto incluida en el servicio de ayuda a domicilio para personas con discapacidad, del que incomprensiblemente hasta ahora no disfrutaban. Una persona ayudará a Leonor Pérez a cargar a su hijo, a recorrer los cuarenta escalones que los separan de la calle. La responsable de Vivienda en Canarias, una comunidad autónoma con 26.000 solicitantes de viviendas de promoción pública y en la que en dos años solo se han entregado por sorteo poco más de 400 pisos, se atrevió a pronosticar que en agosto la casa de Leonor Pérez contará ya con ascensor o bien se habrá permutado por otra. Yo cuando lo vea me lo creeré.
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