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Somos el 99%

Fuentes: Público

Una de las numerosas críticas al progresismo es que, a diferencia de la derecha, no tenemos mensajes simples para contar nuestro relato. Nuestros jóvenes líderes en Occupy Wall Street han surgido con una respuesta poderosa: «Somos el 99%». Durante los últimos meses, he estado trabajando con un grupo de líderes y comunicadores progresistas sobre el […]

Una de las numerosas críticas al progresismo es que, a diferencia de la derecha, no tenemos mensajes simples para contar nuestro relato. Nuestros jóvenes líderes en Occupy Wall Street han surgido con una respuesta poderosa: «Somos el 99%».

Durante los últimos meses, he estado trabajando con un grupo de líderes y comunicadores progresistas sobre el desarrollo de una «narrativa económica progresista», una manera de contar nuestro relato sobre los roles del individuo, las empresas y el Gobierno en la creación de una prosperidad compartida. La derecha tiene una posición bien desarrollada al respecto, hasta el punto de que, después de varias décadas, puede ser resumida en tres breves frases: mercados libres, Gobierno limitado y libertad individual.

Si nosotros como progresistas hacemos bien nuestro trabajo, también podremos llegar al punto de que tengamos tres frases de ese tipo que sean ampliamente reconocidas. Pero ese proceso toma mucho tiempo. (He aquí tres candidatas, pero el hecho de que quizá no asientas raudo con la cabeza cuando las leas obedece a que no puedes abreviar el proceso: prosperidad compartida, Gobierno que trabaja para todos y libertad y justicia para todos.)

El poder de esta frase estriba en las emociones que provoca. Es triunfal, no derrotista. Dice: «Nosotros tenemos el poder y la autoridad moral, no ustedes». La frase invita a la acción: «Estamos actuando por nosotros y ocupando vuestro terreno». Declara nuestra humanidad común. Es esperanzadora.

La narrativa económica progresista que he estado ayudando a diseñar tiene cinco pilares conceptuales, y entenderlos ayuda a ilustrar por qué «Somos el 99%» también funciona intelectualmente.

El primer pilar de la narrativa define la visión progresista de nuestro problema económico: el aplastamiento de la clase media por los ricos y las corporaciones. «Somos el 99%» es una gran expresión unificadora de la desigualdad, por cuanto evita las separaciones que provienen de etiquetas como «clase media», «clase trabajadora» y «pobres». La expresión dice que todos estamos siendo afectados por la creciente desigualdad y destaca a los responsables: los superricos y las grandes corporaciones.

El segundo pilar de nuestra narrativa define lo que debería constituir una economía exitosa: el bienestar de las familias en una gran clase media y la productividad de nuestro país, no los beneficios del mercado de valores y las corporaciones. «Somos el 99%» es una declaración simple de que nuestra economía es sostenida por la vasta mayoría, no por unos pocos superricos.

El cuarto pilar (volveré luego al tercero) define el problema político: nuestro Gobierno ha sido capturado por los superricos y las corporaciones, corrompido por el gran dinero y la política. «Somos el 99%» afirma que debemos recuperar nuestra democracia para asegurar que la economía funcione para todos, no sólo para el escaso grupo de los acaudalados. Este ha sido un mensaje consistente de los manifestantes de Occupy Wall Street, quienes, por lo visto, vinculan desigualdad, poder corporativo y corrupción.

El quinto pilar es un llamado a la acción. Y aquí es donde el poder triunfante de «Somos el 99%» funciona tan bien. No es casual que la frase tuviera su raíz en una acción que la gente podía hacer con facilidad -poner un post con su foto y su historia en una red social- y fuera adoptada de inmediato por un movimiento.

El tercer pilar explica el papel que debe tener el Gobierno en la construcción de una economía exitosa y la relación de la acción pública con los individuos y las empresas. Puede ser sintetizado así: nosotros construimos una clase media amplia y próspera a través de decisiones que tomamos juntos, invirtiendo en nuestro pueblo, expandiendo la oportunidad y la seguridad a toda la sociedad, allanando el camino para que las empresas puedan innovar y haciendo negocios de un modo tal que creen prosperidad y seguridad económica para los estadounidenses. El tercer pilar resulta esencial para explicar cómo deberíamos resolver nuestros problemas y para refutar el punto de vista conservador de que la economía está dirigida por fuerzas naturales a las que conviene dejar a su aire sin la interferencia del Gobierno.

«Somos el 99%» nos abre la puerta para decir nuestro relato, pero necesitamos rellenar los espacios en blanco. Cuando la gente dice que Ocuppy Wall Street no tiene propuestas, lo deberíamos interpretar no como una crítica, sino como una invitación para completar el relato. Todo lo que rodea la frase establece el principio de que construimos una economía que funciona para todos cuando tomamos decisiones que benefician al 99%.

Ayudar a que los ciudadanos entiendan una visión global progresista de la economía comienza por que tengamos claro aquello en lo que creemos y por que narremos nuestro relato consistente y extensamente. La mejor evidencia de que estamos en el buen camino es cuando un mensaje simple captura los corazones y las mentes de todos nosotros, el 99%.

 

* Richard Kirsch es académico del Roosevelt Institute y Asesor de USAction

 

Fuente: http://blogs.publico.es/dominiopublico/4129/somos-el-99/