La guerra contra Rusia ha comenzado y los primeros resultados ya se están viendo. Basta con mirar la forma en que las sanciones han provocado la fuga de capitales que al parecer debía destruir la moneda de Rusia, el rublo. ¡Aquí está la primicia que apareció en un informe de CBS News: “La guerra contra Rusia ha comenzado y los primeros resultados ya se están viendo”! Basta con mirar la forma en que hemos destruido la moneda de Rusia, el rublo. ¡Es impactante! Aquí está la información de la primicia de CBS: The Russian ruble is the best-performing currency in the world this year… (El rublo ruso, este año, ha sido la moneda con mejor rendimiento):
“Dos meses después de que el valor del rublo cayera a menos de un centavo estadounidense en medio de las sanciones económicas más rápidas y duras de la historia moderna, la moneda de Rusia ha dado un giro sorprendente. El rublo ha subido un 40% frente al dólar desde enero”.
La fortaleza del rublo significa que la economía de Rusia está aislada en gran parte de las sanciones económicas punitivas impuestas por las naciones occidentales (OTAN) después de su invasión de Ucrania.
Eso no significa que las sanciones sean un fracaso. Solo hay que mirar el efecto que han tenido en los productos básicos rusos. Los recibos de exportación están muy por debajo. Lo que sucede es que los genios que manejan las propuestas económicas de Bruselas, educados en la escuela norteamericana, parecen olvidar asuntos básicos de economía. Rusia es uno de los mayores proveedores del mundo de una serie de rubros importantes e indispensables. Al crear una escasez era obvio que los precios iban a subir como lo sabe cualquier estudiante de Economía I.
Con la escasez creada de modo artificial por las sanciones, los precios de las materias primas están actualmente por las nubes, y aunque hay una caída en el volumen de las exportaciones rusas debido a las sanciones, el aumento en los precios de las materias primas compensa con creces estas caídas”. Eso dijo Tatiana Orlova, economista especializada en mercados emergentes de la Universidad de Oxford.
La mayor parte de los 190 países que componen la comunidad internacional apoya a Rusia y entre ellos están grandes importadores de energía como China, India, Sur áfrica y Brasil.
Rusia obtiene casi 20.000 millones de dólares al mes por sus exportaciones de energía. Desde marzo muchos países han cumplido el requisito de pagar la energía en rublos, lo cual eleva el valor de la moneda.
Esto quiere decir que en la comisión de Bruselas deben volver a estudiar su economía y dejar de actuar a las órdenes de Washington. Porque mientras sus sanciones a Rusia espolean la inflación que desvaloriza el poder adquisitivo de los salarios, pensiones y ahorros de los europeos con la consiguiente contracción de mercados que sumirá la economía europea en recesión o peor aún en eso que llaman stagflation (estancamiento con inflación). Parece que los dirigentes de Bruselas castigan a su Europa por los pecados de la Rusia deVladimir Putin, sin razón o efectividad porque la economía rusa nunca ha estado más floreciente y el rublo más fuerte. Si en Bruselas pensaban que la economía de Rusia iba a colapsar bajo el peso de las sanciones y el gasto de su operación militar en Ucrania, estaban muy equivocados. Como equivocados están en admitir a Ucrania en la Unión Europea, porque la economía de Ucrania viene siendo un desastre desde hace años, desde mucho antes del 2014, cuando los Estados Unidos liberaron a la economía de Rusia del parásito ucraniano con el golpe de Estado contra Víctor Yanucovich en Plaza Maidan.
Es por ello, que la operación militar rusa avanza con lentitud, porque Rusia piensa integrar en la Federación Rusa la parte más próxima e integrada en cultura y tradiciones de Rusia que es la zona del Donbass y la costa norte del Mar Negro. El resto de Ucrania está constituido por retazos de la historia de Ucrania. Retazos de su ocupación por la Confederación lituano-polaca que vino después de la ocupación por el Kanato de la Horda Dorada que también dejó retazos cosacos. Luego vinieron más retazos con los territorios arrancados a países vecinos de Ucrania (Polonia, Rumania y Hungría) y anexados a Ucrania después de la victoria de la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial. Ese conjunto caleidoscópico sigue teniendo a Kiev como capital y eso permite su sobrevivencia bajo la etiqueta de Ucrania.
La Ucrania paupérrima e incoherente que será admitida, como un gesto de retórica anti- Putin en el seno de la Unión Europea con los brazos abiertos, la misma Unión Europea que se muestra tan exigente en sus otros procesos de admisión. Esas son las sobras de la operación militar rusa que Putin está encantado de dejar como regalo de despedida a la Unión Europea, mientras vira a Oriente, hacía el Mercado Común Euroasiático, donde amanece el sol del futuro que irá a morir en Occidente.
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