«El tango es mucho más heavy que Iron Maiden; es lo más heavy que hay porque atraviesa el dolor. Habla de lo real; la anécdota es en el tango una excusa para hablar de la existencia. Frente al individualismo consumista que nos venden, el tango nos habla de El Otro; nos hace identificarnos con […]
«El tango es mucho más heavy que Iron Maiden; es lo más heavy que hay porque atraviesa el dolor. Habla de lo real; la anécdota es en el tango una excusa para hablar de la existencia. Frente al individualismo consumista que nos venden, el tango nos habla de El Otro; nos hace identificarnos con la amargura de sus personajes y trascender, de este modo, nuestra individualidad y nuestro egocentrismo. Por eso es existencialista y revolucionario.»
Adriana Varela i
» Ser burgués»: condición que poco tiene que ver con la cuna, la profesión desempeñada o el nivel adquisitivo; ni siquiera a la ideología confesada (o pretendida).
Una manera de ser-y-estar en la vida que engloba hasta las actitudes más personales, cotidianas y aparentemente insignificantes; precisamente ahí -por ejemplo: en el gusto- es donde mejor se autodelata.
Ya Che nos advirtió, con respecto al arte, que el espíritu burgués sobrevive incluso al triunfo de una Revolución ii .
Pocos como Hermann Hesse -en sus míticos Demian y El Lobo Estepario– han denunciado de manera tan vital y diáfana cómo la biempensante cosmovisión burguesa (genéticamente luterana) se basa primordialmente en la compulsiva y maníaca negación del dolor: lo malo, lo tenebroso, lo contradictorio y lo onírico son agresivos factores externos de orígen sin duda demoníaco; puesto que Dios es Luz, la Vida es intrínsecamente luminosa, y todo lo que venga a desestabilizar nuestros esquemas patronal-patriarcales y enturbiar la placidez de nuestra digestión ha de ser, por fuerza, obra de Satanás -oportunamente cornuda cabeza de turco-.
Argumentar la bondad de la Vida mediante la negación de las pasiones, del Sexo, del Dolor y de la Muerte es negar cobardemente su misma esencia y su trágica belleza.
«Los americanos (estadounidenses) se han esforzado mucho para pasteurizar los elementos fundamentales y eliminar de su pensamiento los excrementos y la Muerte. Han pintado un decorado rosa caramelo y pistacho para disimular las realidades. A mí me parece que están mal sentados sobre sus culos;
Yo, por el contrario, creo en las virtudes de la putrefacción, en el olor de la vida…
y, en pintura, en la mágica paleta excremental. Siento horror por los colores antimierda y por la falsa alegría». iii
Hoy, cuando -sea cual sea nuestro orígen y el de nuestros ancestros- todos somos estadounidendes iv , la Muerte, el Dolor, el Sexo y las pasiones son sólo admitidos como pasteurizados y lucrativos objetos de consumo de la confesa «Industria del Entretenimiento» -¡¡¡»entertainment»!!!-, frecuentemente llevados a su extremo en la forma (pornografía, reality-shows, noticias de sucesos, cine gore…) pero vaciados por completo de su hondo significado.
Nací en 1979. Hace años me alarma la cantidad de gente de mi generación -¡no digamos ya de las quintas que me siguen!- que hace gala de eludir voluntaria y militantemente toda música, película o lectura que produzca tristeza, melancolía o, sencillamente, reflexión. «Los hombres no lloran», reza el tópico patriarcal. Ahora, las mujeres -ya fálicas v -, tampoco lo hacen.
Por eso también hoy ya nadie sabe follar; mucho menos hacer el amor.
La «falsa alegría» que Dalí repudiaba es la atmósfera reinante en nuestra cotidiana realidad virtual de cuerpos anoréxicos, tetas operadas, pechos depilados, ropa de marca, relaciones superficiales y estereotipadas, fraudulenta liberación sexual, locales de moda y colocones falsamente liberadores; una depravada Disneylandia ininterrumpida que supura tecnología, hipotecas, botox e hipocresía; provoca inevitablemente esquizofrenia y desemboca casi siempre en comportamientos latente o espectacularmente psicópatas.
Me comentaba hace poco un entrañable amigo de la infancia que, ante cualquier pena, el consejo automático -¡¡¡ y pretendidamente sanador!!!- del más inmediato círculo de amistades es recurrir a un nihilista e individualista mal-entendido-hedonismo.
Ejemplo típico, directo y crudo: «¿Te ha dejado la mujer a la que amas? ¡¡¡Que le den po’l culo!!! Hoy salimos, nos emborrachamos, te follas a cualquier guarra y verás cómo se te pasa!… ¡No pienses más!… ¡No te comas más la olla!…» ; toda reflexión, toda autocrítica, todo paso verídico hacia la curación, la autorreconstrucción y la autosuperación son, más que desechados, prohibidos; todo debe ser solucionado con unos cuantos copazos, unas cuantas rayas y una garchada pasajera y furtiva…
…Pero, verdaderamente y por mucho que nos digan, las heridas hay que curarlas, no esconderlas; una espina clavada ha de ser extirpada, y la llaga desinfectada; si, por el contrario, optamos por tapar espina y herida con un urgente e improvisado parche, lo único que conseguiremos es, a la larga… una magnífica gangrena.
El alcohol de 96º duele, pero en verdad ha de ser aplicado. Puede tener también forma de libro, de película o de disco.
La Vida es placer y sufrimiento, y sólo una perspectiva trágica (¡no confundir nunca con «pesimista» o negativa»!) nos puede conducir a aceptarla verdaderamente como tal, sin mutilarla ni edulcorarla. Sólo desde esta óptica podremos, pues, decir sinceramente que amamos la Vida.
No hay ya exógeno satanás a quien culpar de lo feo; » Ya ves cuán terribles muertes, desastres e infortunios y, sin embargo, no hay nada en ello que no sea Zeus», clama el coro al final de la tragedia Las Traquinias, de Sófocles; «¡Todo es Alá!«, subrayaría un sabio sufí.
..Y nadie debe pensar que todo esto es una incitación al conformismo; bien al contrario, la propuesta es salir de Disneylandia, abrazar la Vida y escoger, con fuerza y convicción, nuestro propio camino; ser implacables cada día con nosotros mismos y mirar de frente las consecuencias del más pequeño de nuestros actos; tomar partido, posicionarnos. Pero de verdad.
Dejar -en definitiva- de ser burgueses. Sin esta premisa diaria, personal e íntima, pretenderse «revolucionario» de puertas afuera… es cosa de risa.
i Elegida en noviembre 2003 como «La mejor cantante de tangos de la historia», junto a Carlos Gardel, por los lectores del diario Clarín de Buenos Aires. Actuó en el programa Aló Presidente nº160 -emitido desde Buenos Aires- como bienvenida al Presidente Chávez
( http://alopresidente.gob.ve/component/option,com_docman/Itemid,0/task,doc_view/gid,376/ ). La cita pertenece a una entrevista concedida al autor del presente artículo en Sitges (Catalunya), agosto de 2004.
ii En El Socialismo y el Hombre en Cuba (abril de 1965). Ed. Ocean Press, 2005
Salvador Dalí, en Confesiones Inconfesables (Ed.Bruguera, 1975)
iv http://www.youtube.com/watch?v=-u_4J5xcUe4
v http://www.rebelion.org/noticia.php?id=73037 y http://rebelion.org/noticia.php?id=72804