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Tercer Mundo: ¿Hacia una nueva década negra?

Fuentes:

A pesar de que representa una sangría muy importante para el presupuesto de un Estado,2 el reembolso de la deuda pública, desde el año 2004, no constituyó un gran problema para la mayor parte de los países de ingresos medios y para los países exportadores de materias primas («commodities»). En efecto, la mayoría de los […]


A pesar de que representa una sangría muy importante para el presupuesto de un Estado,2 el reembolso de la deuda pública, desde el año 2004, no constituyó un gran problema para la mayor parte de los países de ingresos medios y para los países exportadores de materias primas («commodities»). En efecto, la mayoría de los gobiernos encuentran con facilidad préstamos con tipos de interés históricamente bajos. Sin embargo, la crisis de la deuda que se ha desencadenado en los países más industrializados en 2007 podría modificar de forma radical las condiciones de endeudamiento de los países en desarrollo (PED) en un futuro más o menos próximo. ¿Estamos entonces en vísperas de una nueva crisis de deuda de los PED? Es importante tratar este tema ya que, si fuera el caso, es fundamental prepararse y tomar las medidas adecuadas para limitar los daños.

Un poco de historia

En el curso de los dos siglos precedentes, en la historia del capitalismo se desencadenaron varias crisis internacionales de la deuda (tres en el siglo XIX y dos en el siglo XX).3 Y estas crisis afectaron en forma directa el destino de los países emergentes. Los orígenes de las crisis y los momentos en que estallan están íntimamente ligados al ritmo de la economía mundial y, en particular, a la de los países más industrializados. Cada una de las crisis de la deuda fue precedida por una fase de sobrecalentamiento de la economía de los países del Centro en la que hubo una superabundancia de capitales, parte de los cuales había sido reciclado hacia las economías de la Periferia. En general, la crisis es provocada por una recesión o un crash que golpea a algunas de las principales economías industrializadas.

Dinero fácil

En estos últimos años, una gran parte de los PED han visto cómo sus ingresos, debido a la exportación, aumentaron en forma espectacular debido al aumento de los precios de las mercaderías que venden en el mercado mundial: hidrocarburos (petróleo y gas), minerales y productos agrícolas. Esto les permite, por un lado, dedicar parte de sus reservas en divisas al pago de la deuda y, por otro lado, tener credibilidad suficiente para poder contratar nuevos préstamos.

Además, los bancos comerciales del Norte, que habían reducido en gran medida sus préstamos a finales de la década de los noventa, debido a las crisis financieras en los PED, poco a poco han ido abriendo las puertas a los créditos a partir de 2004-20054. Otros grupos financieros privados (fondos de pensiones, sociedades de seguros, hedge funds) concedieron préstamos a los PED al comprar los bonos que éstos emiten en las principales plazas financieras. También hay Estados que aumentaron las ofertas de crédito, desde China, que presta sin restricciones, hasta Venezuela, que financia a Argentina y a países del Caribe. En general, los tipos de interés pedidos y las primas de riesgo son netamente inferiores a las condiciones que han prevalecido hasta el comienzo de los años 2000. A esto, hay que agregar el abundante crédito otorgado dentro de los propios PED por bancos locales o extranjeros que operan en el Sur.

La situación está cambiando

Ha aparecido un cambio con la crisis de la deuda privada en los países más industrializados en 2007.5 El estallido de la burbuja especulativa desencadenó esta crisis en el mercado inmobiliario de Estados Unidos, que conllevó el hundimiento de numerosos mercados de deuda privada (mercado de subprimes, de ABCP,6 de CDO,7 de LBO,8 de CDS,9 de ARS10…). Esta crisis está lejos de haber terminado y todavía el mundo está descubriendo sus múltiples repercusiones.

Mientras que el dinero corría a raudales hasta julio de 2007, las diferentes fuentes privadas se secaron de repente en el Norte. Los bancos privados hundidos completamente en los montajes vacilantes de las deudas han comenzado a desconfiar unos de otros y se prestan dinero a regañadientes. Fue necesario que los poderes públicos de Estados Unidos, de Europa occidental y de Japón inyectaran masiva y repetidamente dinero (centenas de miles de millones de dólares y de euros) para evitar la parálisis financiera en el Norte. Mientras tanto, los bancos privados que se financiaban mediante la venta de títulos no garantizados no consiguieron más compradores para esos títulos en los mercados financieros del Norte. Y tuvieron que comenzar a sanear sus cuentas amortizando las enormes pérdidas debidas a sus operaciones aventuradas de los últimos años. Para salir a flote, necesitaron pedir dinero fresco, que fue suministrado por los fondos soberanos de los países asiáticos y del Golfo Pérsico.

Los bancos que no encontraron a tiempo este dinero fueron comprados por la competencia (J.P. Morgan compró Bear Stearns11) o por el Estado (el gobierno británico nacionalizó el Northern Rock Bank). Aunque algunos de estos bancos no pudieron evitar la quiebra. Freddie Mac y Fannie Mae, dos gigantes estadounidenses del crédito hipotecario, están en quiebra virtual desde julio de 2008. Estas dos instituciones fueron privatizadas durante la ola neoliberal pero se benefician de la garantía del Estado. Su cartera de créditos hipotecarios se eleva a 5,3 billones de dólares (o sea, el equivalente a cuatro veces la deuda pública externa del conjunto de los PED). El gobierno de Washington decidió su nacionalización en septiembre 2008.12

En un principio, la mayoría de PED no han sido perjudicados

En un primer momento, las Bolsas de Valores de una serie de PED vieron como afluía el dinero especulativo que huía del epicentro del sismo financiero, es decir, América del Norte. Los capitales liberados por la explosión de la burbuja inmobiliaria, que atravesó el Atlántico de oeste a este y que afectó a Irlanda, Gran Bretaña, España (la lista se alargará con el transcurso del tiempo), se lanzaron sobre otros mercados: las Bolsas de materias primas y de productos alimentarios que se encuentran en el Norte (reforzando con ello el aumento de los precios) y de algunas Bolsas de Valores del Sur.13

Por otro lado, la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de bajar varias veces su tipo de interés director también alivió provisoriamente la carga de la deuda del Sur. En fin, los precios de las materias primas se mantuvieron elevados, lo que ha permitido a los países exportadores del Sur obtener ingresos importantes.

¿Continuarán los países en desarrollo acumulando grandes ingresos gracias a sus exportaciones?

La desaceleración del crecimiento económico, claramente perceptible en América del Norte, en Europa y Japón, producirá una reducción de las exportaciones de los productos manufacturados, principalmente de China y de otros países asiáticos. La demanda interna china no podrá paliar la reducción de la demanda externa.

La reducción de la actividad económica en los países industrializados, en China y en otros países asiáticos grandes consumidores de materias primas (Malasia, Tailandia y Corea del Sur) debería llevar a una reducción del precio de los hidrocarburos y de otras materias primas. Ciertamente, el precio del petróleo podría mantenerse si la OPEP se pusiera de acuerdo para disminuir la oferta de petróleo o si un gran productor impidiera un suministro de petróleo a ritmo normal (como la agresión contra Irán por Israel y/o Estados Unidos, una posible crisis social y política en Nigeria o en algún otro lado, una catástrofe natural en uno u otro lugar…) y si los especuladores a la alza prosiguen con sus compras de productos petroleros.

La evolución de los precios de los alimentos exportados dependerá de muchos factores. Por orden de importancia podemos señalar: el mantenimiento o el aumento de la producción de agrocombustibles, la prosecución de la especulación a la alza en las Bolsas de los productos agrícolas, el resultado de las cosechas (las de cereales deberían aumentar en Europa) en las que el cambio climático tiene una notable influencia.

A esto hay que agregar una probable reducción de la remesas de los emigrantes a sus países de origen. Los trabajadors mexicanos, ecuatorianos, bolivianos que trabajan en el sector de la construcción en Estados Unidos y en España están afectados directamente por la crisis inmobiliaria y pierden sus empleos en forma masiva. El BPI subraya esta evolución: «Además de la contracción de la entrada de capitales, una desaceleración en las economías avanzadas provocaría una disminución de las transferencias de fondos de los trabajadores emigrantes. Este fenómeno podría tener repercusiones particularmente graves en los países de Centroamérica, en México, en la India y en Filipinas, cuyas necesidades de financiación exterior se verían acrecentadas tras unos años más favorables.«14

En resumen, no está garantizado que se mantengan los muy importantes ingresos en divisas que disfrutan los países exportadores, de los que, hasta hoy, se han beneficiado. Es probable que estos ingresos bajen en el futuro.

Endurecimiento de las condiciones de los préstamos y posible reducción de los ingresos

No solamente existe incertidumbre respecto a los ingresos, también los gastos pueden variar en gran medida.

Según los autores del informe anual 2008 del Banco de Pagos Internacionales (BPI), es probable que la tendencia de los bancos a reducir su oferta de crédito se prolongue en el futuro, e incluso se podría endurecer. En muchos casos, los préstamos a interés variable otorgados por los bancos del Norte a los PED están indexados con el LIBOR (London Inter Bank Offered Rate) que es muy volátil y tiene tendencia a aumentar.

Las pérdidas que los bancos deben absorber han aumentado de forma constante desde 2007. El número de suspensiones de pagos aumenta en el Norte. El mercado de los Credit Default Swaps, esos productos derivados no regulados que se suponía que podían proteger a los acreedores contra el riesgo de la suspensión de pago, se ha sumido en la incertidumbre, puesto que las sumas en juego son enormes.

La consecuencia es simple: los bancos y otros inversores institucionales reflexionan varias veces antes de conceder nuevos préstamos y cuando finalmente aceptan hacerlo, endurecen las condiciones.15 Y estamos sólo al comienzo de este endurecimiento de condiciones. En junio de 2008, el BPI afirmaba: «Aunque las primas soberanas [o sea las primas de riesgo que pagan los poderes públicos a los prestamistas] se mantienen netamente inferiores a los niveles observados durante los episodios precedentes de turbulencias financieras, son actualmente mucho más elevadas que en el primer semestre de 2007, de manera que las tensiones sobre la financiación pueden llegar a ser apremiantes.«16 El BPI agregaba un poco más adelante: «En lo que respecta a las empresas, el alza reciente de las primas de riesgo sobre sus obligaciones fue a menudo más fuerte que la de las primas soberanas, lo que permite pensar que algunos prestatarios comienzan a sentir los efectos del endurecimiento de las condiciones de los créditos, después de muchos años de endeudamiento fácil.«17

Siempre según el Banco de Pagos Internacionales, los países más amenazados son Sudáfrica, Turquía, los países bálticos y los de Europa central y oriental, como Hungría y Rumania (estos últimos se encuentran al borde del estallido de una burbuja inmobiliaria, con el agravante de que los préstamos fueron indexados sobre una divisa fuerte, en este caso el franco suizo).

«En este contexto de turbulencias que azotan a los bancos de las economías avanzadas, la segunda gran fuente de vulnerabilidad para algunas economías emergentes es el riesgo de que se agote la entrada de capitales bancarios. En el pasado, estos flujos se invirtieron brutalmente varias veces, como a principios de los años ochenta en Latinoamérica y en 1997-1998 para el Asia emergente.«18

Conclusiones

Como consecuencia de la crisis desencadenada en los países más industrializados, las condiciones de los préstamos para los PED se endurecerán. Las importantes reservas de cambio que han acumulado en estos últimos años amortiguarán los efectos de ese endurecimiento, pero sin duda no serán suficientes para protegerlos completamente. Algunos eslabones débiles de la cadena de endeudamiento en el Sur es probable que se vean afectados en un futuro próximo, en tanto que algunos de ellos ya están seriamente tocados por la crisis alimentaria mundial que estalló en 2008. Es muy importante seguir de cerca una situación que no está bajo control y prepararse a hacerle frente para que no sean de nuevo los pueblos los que paguen la factura.19

Traducido por Griselda Pinero y Raul Quiroz

1 Eric Toussaint, presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo- Bélgica. www.cadtm.org, autor de El Banco del Sur y la nueva crisis internacional, El Viejo Topo, 2008, 230 páginas.

2 Muchos países dedican entre el 20 % y el 30 % del presupuesto del Estado al reembolso de la deuda pública. En el caso de Brasil, la parte del presupuesto destinada al pago de la deuda publica interna y externa es ¡cuatro veces superior a la suma de los gastos en educación y sanidad! Ver Rodrigo Vieira de Ávila, http://www.cadtm.org/spip.php?article3148 y www.cadtm.org/spip.php?article3155

3 Ver Eric Toussaint, Las Finanzas contra los pueblos, capitulo 7. Eric Toussaint, Banco mundial : el golpe de estado permanente, El Viejo Topo, Barcelona, 2007, capitulo 4.

4 «Las acreencias internacionales de los bancos que declaran ante el BIP sobre las economías emergentes fueron calculadas en 2,6 billones de dólares en 2007, o sea, un aumento de 1,6 billones de dólares en cinco años«, Banco de Pagos internacionales (BPI), 78º Informe Anual, Basilea, junio 2008, p. 44.

5 Para un análisis detallado de cómo se desencadenó la crisis y del contexto internacional, ver Eric Toussaint, El Banco del Sur y la nueva crisis internacional, El Viejo Topo, 2008, capítulos 8 y 10.

6 Los commercial papers (papeles comerciales) estadounidenses («asset backed commercial paper«, ABCP) son títulos de acreencias negociables emitidos por los banco u otras empresas en el mercado financiero por un plazo corto (de 2 a 270 días). Estos títulos de acreencias no son garantizados por una contrapartida (una propiedad inmobiliaria por ejemplo). Se basan en la confianza que el comprador del commercial paper le tenga a l banco o a la empresa que se los vende.

7 Collaterized Debt Obligations

8 Leverage Debt Buy-Out. Se trata de operaciones de compra de empresas financieras mediante deudas.

9 Credit Default Swaps. El comprador de un CDS lo adquiere para protegerse de un riesgo de no pago de una deuda. El mercado de CDS se desarrolló muchísimo después de 2002. El volumen de los montos correspondientes a los CDS se multiplicó por 11 entre 2002 y 2006. El problema reside en que estos contratos son vendidos sin ningún control por parte de las autoridades públicas. La existencia de estos CDS ha llevado a las empresas a correr riesgos cada vez mayores. Puesto que se creen protegidas contra una falta de pago, los prestamistas conceden préstamos sin verificar la capacidad del prestatario para devolverlos.

10 Auction Rate Securities. Estos títulos vendidos en Estados Unidos representan créditos otorgados a municipalidades, a universidades (para las becas de los estudiantes), a hospitales. Cada semana, los clientes pueden comprar o vender a través de un sistema de subastas («auction«). Durante junio y julio de 2008 este mercado se desplomó y los bancos que habían comercializado estas deudas tuvieron que comprarlas a sus clientes y pagar multas al Estado. Las sumas en juego están calculadas en unos 330.000 millones de dólares y las multas pagadas por UBS (150 millones de dólares), Citigroup (100 millones de dólares), J.P. Morgan, Morgan Stanley… totalizan varios centenares de millones de dólares.

11 Bear Stearns, el 5º banco de negocios de Estados Unidos, se hundió completamente en el mercado de los CDS.

12 Es un perfecto ejemplo de la privatización de los beneficios en tiempos de propsperidad económica y de socialización de las pérdidas en tiempos de depresión. Estas dos instituciones habían sido privatizadas en el momento en que producían fuertes beneficios. Ahora que hace poco han repartido dividendos a sus accionistas, el Estado toma a su cargo sus pérdidas vía su nacionalización. El editorial muy neoliberal de The Economist del 30 de agosto de 2008 declara: «Es el peor aspecto del capitalismo ya que significa que mientras los accionistas y los ejecutivos cosechan sus beneficios, son los contribuyentes los que deben soportar las pérdidas.»

13. Pero esto no ha durado mucho para estos países: ya algunas de estas Bolsas sufren una fuerte caída (Shangai, Hong-Kong, Bombay/Mumbai, São Paulo…).

14 BPI, 78º Informe Anual, Basilea, junio 2008, p. 59

15 BPI, pp. 13 y 29.

16 BPI, p. 55.

17 El BPI también informó: «El crédito bancario del sector privado se ha desarrollado enormemente durante los últimos cinco años: 7 puntos porcentuales en términos del PIB en Latinoamérica y de 30 puntos porcentuales en los países de Europa central y oriental. Es posible que esta extensión haya sobrepasado la capacidad de los establecimientos de evaluar y vigilar con eficacia su exposición…«, p. 57.

18 BPI, p. 56.

19 Respecto a la propuestas de alternativas, ver Eric Toussaint, El Banco del Sur y la nueva crisis internacional, op. cit., capítulos 1 a 4. Ver también: Eric Toussaint, «Quelles alternatives pour le développement humain?», www.cadtm.org/spip.php?article3623, así como Damien Millet y Eric Toussaint, 60 preguntas/60 respuestas sobre la deuda, el FMI y el Banco mundial, Icaria, Barcelona, 2008, capítulos 10 y 12.