El presidente Moreno se presentó ante el país y trazó la imagen del estado de situación de la economía ecuatoriana. Lo hizo con cifras en la mano -que tardaron dos meses en recopilarse y validarse por la intrincada tarea y no pocas trabas en el camino- y anunció correctivos para superar la crisis económica, calificada […]
El presidente Moreno se presentó ante el país y trazó la imagen del estado de situación de la economía ecuatoriana. Lo hizo con cifras en la mano -que tardaron dos meses en recopilarse y validarse por la intrincada tarea y no pocas trabas en el camino- y anunció correctivos para superar la crisis económica, calificada de grave.
Invitó a los ecuatorianos a mirar el futuro y convocó a ciudadanos, empresarios y Gobierno a asumir responsabilidades y compartir esfuerzos. Afianzar la dolarización, generar empleo y austeridad fiscal. Esos son componentes clave de su plan. También dinamizará la construcción, revisando la Ley de Plusvalía, sin renunciar a la lucha contra la especulación.
El Jefe de Estado enviará a la Asamblea Nacional un proyecto de ley que facilite la repatriación de capitales. En paralelo, dejó expedita la ruta para que la banca privada lidere -no controle- el uso del dinero electrónico. «Heredo una deuda y un grave escenario, asumo el compromiso de enfrentarlo», dijo al cierre de su mensaje.
Antes, el Mandatario reivindicó el ejercicio de decir la verdad como un concepto revolucionario. Ahí hubo un fuerte mensaje político. El país tiene ya el panorama despejado y la línea de acción para los próximos años. Son factores esenciales para modular las expectativas de los actores económicos y sociales del país. No es fácil la tarea ni está allanado el camino. Se avecina un intenso ejercicio de economía política.