Un año después de la Cumbre de la Tierra, Brasil ha sufrido la mayor rebelión de los últimos 20 años (ahí están los brasileños y brasileñas discutiendo si se ha tratado sólo de meros altercados o de una verdadera revolución… pero realmente sí que ha supuesto una buena sacudida!). Aquí lo denominaron los «indignados brasileños», […]
Un año después de la Cumbre de la Tierra, Brasil ha sufrido la mayor rebelión de los últimos 20 años (ahí están los brasileños y brasileñas discutiendo si se ha tratado sólo de meros altercados o de una verdadera revolución… pero realmente sí que ha supuesto una buena sacudida!). Aquí lo denominaron los «indignados brasileños», allá en cambio se le llamó la «guerra del vinagre ‘, porque la policía detenía a aquellos portando vinagre para paliar el efecto de las bombas lacrimógenas. O también la «Revolución de 20 centavos», en clara alusión a los 20 centavos que el gobierno quería aumentar en el billete de transporte, y también la «revolución del billete gratis» porque ante la propuesta del gobierno, la ciudadanía adoptó esta campaña que llevaba 8 años activa.
Así, paradójicamente, estas protestas coincidieron con el inicio de concurso de licitación de tren de alta velocidad en Brasil, un proyecto que vistas las reivindicaciones de aquellas protestas por un transporte público más barato es una gran contradicción. Brasil tiene el transporte público más caro del mundo del (teniendo en cuenta que el salario mensual de un trabajador es de 260 €, que hablamos de ciudades enormes en las que se precisan muchos cambios en el sistema de transporte brasileño, donde muchas ciudades carecen de metro, y así sucesivamente. Dicen que en Sao Paulo en algunos casos, una persona para acudir a su trabajo a las 08:00 am, debe levantarse a las 3AM.
Para muchos (incluido el gobierno brasileño?) esta revuelta ha sido una sorpresa, especialmente por ser la mayor protesta en más de veinte años y por ocurrir con un gobierno que se dice progresista, de izquierdas y con el que de acuerdo a los números, Brasil se ha hecho con un lugar entre las potencias emergentes (BRINCS) y es ahora 6ª potencia mundial (lo tratamos más adelante). También por ser ésta la presidenta que había suscitado recelo entre la clase pudiente por su pasada actividad guerrillera. Pero dos años después, las cosas han quedado claras para la gente como demuestran estas manifestaciones y protestas en las que han participado millones. Sin embargo, ese malestar era patente también el pasado junio (2012) cuando se celebró la Cumbre de la Tierra.
Entonces ya habían ocurrido desbandadas del partido en el poder, el PT (Partido de los Trabajadores) (a veces haciendo una gran cantidad de concesiones y llegando a alianzas con la derecha y oligarquía o alimentando una enormemente burocracia y conformismo, etc.) En la Cumbre participó por ejemplo Marina Silva, ex ministra de Medio Ambiente y ahora activamente crítica con el PT.
El año pasado hubo muchas voces en contra de la Cumbre y del PT. Este 17 de junio, millones de personas se manifestaron en Río. Sin embargo, hace un año en la misma avenida miles marcharon también contra las autoridades brasileñas y en contra de la Cumbre de Río y sus falsas soluciones. La gente se ha cansado de tanta palabra bonita cuando el PT acrecienta las políticas neoliberales (privatizaciones, aumento de la deuda, mega-proyectos, etc). Se hartaron de que las compañías nacionales y estatales (Vale, BNDES, Petrobras, Electrobras) se comportaran como otras transnacionales (y en otros países se comportan igual): expoliando recursos y beneficios, produciendo gran impacto ambiental y social, arrebatando tierras, desalojando a la gente de sus casas y tierras, o incluso matando a la gente! Hartos de concesiones a las transnacionales y al capital extranjero (chino, español, europeo, estadounidense), facilitando las condiciones y haciendo concesiones, como propugna el neo-liberalismo, para estimular la economía. O aprobando leyes en su favor y para promover el acceso a los recursos naturales, como la nueva Ley Forestal. Hartos también de toda la burocracia y conformismo surgidos en el seno del PT o de la corrupción. Así, el lema de la Cumbre de los Pueblos fue «Dilma, com que cara Você Chegá? ‘(‘Dilma, ¿con qué cara llegas?’). El MST, Sem Terra, llegaron a Río de todo Brasil para mostrar su repudio al gobierno del PT y a la Cumbre oficial. Dilma no osó a acercase por la Cumbre de los Pueblos.
Si todo esto no fuera suficiente, hay un proyecto que en Brasil ha causado mucho cabreo: el embalse de Belo Monte, un proyecto diseñado por la dictadura militar, que ahora es impulsado por PT que lo entiende como de «interés nacional» (como aquí con el TAV…) y que por ello supera una tras otra las paralizaciones ordenadas por distintos tribunales. El proyecto fue concesionado a un consorcio de empresas brasileñas, pero en 2011 también se incluyó a Neoenergia (2011), filial brasileña de Iberdrola. El que será el tercer embalse más grande pone de manifiesto cual es la apuesta del PT: más infraestructuras, más energía sobre todo barata para las empresas extractivas e industriales infraestructura, sin tener en cuenta la necesidad real pero que sirva de atracción a estas empresas, y una política ambiental y social que no tiene en cuenta ecosistemas y pueblos y culturas, subordinada a esas prioridades energéticas e industriales. El objetivo del PT es superar la pobreza pero creando riqueza a partir de estimular la industria y extracción. Pero después de 12 años ya se ha demostrado que la pobreza no ha cambiado mucho. Así lo corroboran también las últimas protestas.
Las protestas coincidieron también con la Copa Confederaciones, que, junto a los próximos mundiales y olimpiada que se celebrarán en Brasil, fueron también blancos de la ira popular. La Copa Confederaciones y la Copa Mundial juntas tendrán un costo de 15 mil millones de dólares. Mientras el gobierno invierte en todo esto recorta (allá también!) en escuelas y servicios. La construcción de la infraestructura asociada a estos eventos está provocando también la destrucción y desalojo de fabelas. Nuevamente, las clases más vulnerables pagando el precio de políticas derrochadoras. Así se vio en la final que jugaron en Maracaná (Río) Brasil y España el 1 de julio de Río, cuando fuera del estadio cientos se enfrentaban con la policía. No importó que Brasil ganara. Ese día hubo manifestaciones en 51 ciudades en favor de un transporte gratuito! El 15 de junio también se manifestaron en el estadio Nacional Mane Garrincha construido en Brasilia. Otras 25.000 personas lo hicieron en Fortaleza cuando Brasil jugaba contra México, y así sucesivamente.
La protesta no sólo era una reacción contra el modelo de transporte sino contra el modelo político en general. Así, aunque se consiguió paralizar la subida del pasaje del transporte, se volvieron a convocar protestas el día 20 en 80 ciudades. El día 19 de junio tras anularse en varias ciudades la subida del peaje los ayuntamientos de Río de Janeiro y Sao Paulo replicaron la medida.
Además, el Gobierno repitió su forma de tratar la protesta, lo que genera más fractura entre el gobierno del PT y la población: la represión brutal: porras, gas lacrimógeno, bolas de goma, heridos y cientos de detenidos, algunos de ellos todavía en prisión.
TAV, o Trem Bala
(«tren bala» llamado en Brasil: porque va tan rápido como una bala o porque mata como una bala?)
Este junio el Plan de Infraestructuras 2011-2014 de Brasil alcanzó la mitad de su presupuesto de 261.690 millones de dólares1. Lo que realmente preocupa a las autoridades brasileñas es dar una imagen de nación desarrollada. Para ello los Estados Unidos son obviamente una referencia, y también en Europa. En toda América Latina, no hay tren de alta velocidad (proyecto rechazado en Argentina). El gobierno brasileño quiere uno, y lo quiere tener listo para el mundial del 2014. El proyecto costaría 13.388 millones de euros y el banco brasileño BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social) correría con la financiación. Este dinero sería más que la totalidad de la red de metro de São Paulo (70 kilómetros), pero transportaría tan sólo el 5% de una línea de metro. La prioridad es unir Río de Janeiro y Sao Paulo (511 kilómetros), además de la ciudad de Campinas. En un país del tamaño de Brasil el negocio futuro puede ser enorme!
La ministra española de Obras Públicas dijo, que España es una referencia en el mundo por contar con la mayor red (como red tiene muchos huecos…) de TAV del mundo, tras China. Quieren exportar la experiencia acumulada, ya que aquí golpea la crisis, y una gran cantidad de proyectos han sido paralizados. Por lo tanto, el gobierno español va a competir por este proyecto, con la ayuda del rey.
El gobierno español consiguió el proyecto de TAV en Arabia Saudita (uniendo Medina y La Meca, a 450 km), el mayor contrato obtenido nunca por las empresas españolas: 6.500 millones de euros. Probablemente en este nuevo consorcio participen las mismas empresas que tomaron parte en áquel, pero esto aún no se ha decidido. 12 empresas participaronn en el proyecto árabe: Talgo, Renfe, Adif, OHL, Copasa, Dimetronic, Inabensa, Cobra, Indra, Imathia, INEC y Consultrans, además de los otros dos. Por lo tanto, empresas de ferrocarriles, construcción, energía y tecnología del sector privado y el público.
En este nuevo proyecto de TAV en Brasil vemos como se replica n mucjos elementos de nuestra experiencia: como repiten personas y campañas este proyecto no es una prioridad, y tampoco corresponde con un proyecto de transporte. En los últimos días se ha puesto de manifiesto que en Brasil existen otras prioridades en el ámbito del transporte y una necesidad de mejorar el actual sistema, un transporte público más barato, o incluso como se ha reivindicado «gratuito», una idea nada desdeñable y que deberíamos replicar aquí. Por ejemplo, como afirman los activistas, si el objetivo fuera mejorar el sistema de transporte, el objetivo sería: trenes urbanos, inter-urbanos, rutas especiales de autobuses, inter-regionales de mercancías, trenes de media distancia,etc. Pero no un TAV.
Supondría una inversión enorme de dinero público. Inicialmente, había una cláusula que establecía que la financiación pública sería inferior al 45%, pero este requisito se ha eliminado.
Cómo no, el TAV corresponde a un modelo de crédito en el que el gobierno se endeuda hasta las cejas, con los resultados que aquí ya conocemos: el caso del TAV de Nafarroa es el más próximo, sin olvidar que todas las grandes infraestructuras y todos esos kilómetros de TAV de los que se vanagloria la ministra de fomento son los responsables de la actual situación de bancarrota. La situación de Brasil no es nada distinta, puesto que pese a su poderío económico, debemos reiterar la situación de desigualdad de Brasil y su índice de pobreza (8,5% de la población por debajo de la línea de indigencia (16 millones de personas) y 15,1% por debajo de la de pobreza (25 millones de personas)).
Como también decíamos aquí, éste será un proyecto para la élite (pagado de forma pública, pero no de uso público). Por ejemplo, el billete Río-Sao Paulo costaría 68 euros (de nuevo, vamos a tener en cuenta que el salario mensual de un trabajador brasileño es de 260 €).
También como se criticó aquí, el TAV reduciría el tráfico en las carreteras entre las dos ciudades (si los precios de los billetes son asequibles! y que se cumplan otras condiciones), pero no dentro de esas ciudades, el tráfico y el transporte aumentaría para acceder a la estación, mientras que el proyecto no beneficiaría en nada a los extrarradios y al interior de la provincia (sin estaciones). Este proyecto en todo caso contribuiría en potenciar todavía más esas dos grandes mega-macro-ciudades que son Río y Sao Paulo (y sus grandes núcleos de pobreza).
Los opositores también dicen que el número de pasajeros en que se basa el proyecto son falsas, así como los puestos de trabajo que predicen crear.
Por otra parte, la energía que consume un TAV es muy alta (velocidad proporcional) por lo que se precisan más formas de producción (nuclear, térmica, hidroeléctrica). Por lo tanto, el TAV supondría otros impactos ecológicos asociados en la producción energética, algunos de los cuales, como la represa de Belo Monte, ya están teniendo lugar. Sin embargo, dentro de los informes, se plantea el TAV y su contaminación como otro tren más, sin tener en cuenta estos factores. Sumar a ello todos los impactos relacionados con la construcción de la vía férrea que debido a esa velocidad debe ser totalmente nueva (más gastos, más impactos).
Una vez más, las grandes empresas son las que se benefician (construcción, energía, transporte), y en este caso, seguramente las extranjeras, quizás las españolas. Aunque la economía de Brasil haya avanzado, es evidente que hay problemas sociales, la pobreza, y todo lo demás asociado a ella, pero en los últimos años ha tenido lugar un gran trasvase de capital y recursos de Sudamérica (especialmente Brasil) a Europa (especialmente en España) – colonialismo a la antigua usanza. En primer lugar, mencionamos el caso de Iberdrola, participante de Belo Monte en Brasil, pero también en otros embalses, parques eólicos, comercialización de electricidad, etc en ese país y otros ejemplos de transnacionales (Santander, por ejemplo, está en todas partes en el Brasil). Vale la pena señalar que la mitad de las ganancias tanto de BBVA como de Iberdrola (por ejemplo) provienen de América del Sur. Citar también el rescate financiero europeo al que el FMI obligó a Brasil a contribuir con 10.000 millones de dólares en junio de 2012, algo que produjo gran desazón en la población brasileña. Este coincidió también con la Cumbre de la Tierra del 2012.
Una empresa española que de conseguir el contrato participará en este proyecto ya está afincada bien en Brasil: CAF. CAF posee dos plantas en Brasil, en Sao Paulo y Hortolandia. Actualmente CAF cuenta con muchos contratos en Brasil: S/2000 CPTM, cercanías5000 Proyecto CPTM, cercanías de Recife y Belo Horizonte, Líneas 1, 3, y 5 del metro de Sao Paulo. Con lo que ese trasvase de capital, a esperas de lo que ocurra con el contrato del TAV, también se está dando desde Brasil a España a ese nivel y desde hace mucho.
Nota:
1 105.352 millones que se incluyen en el programa «Mi Casa, Mi Vida», 1.889 kilómetros de nuevas carreteras (en construcción otros 7349 kilómetros) y 2.579 kilómetros de ferrocarril). En ese plan se incluye también la producción de energía (represas y plantas hidroeléctricas, parques eólicos, dos áreas en las que Iberdrola también está presente en Brasil.
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