En el transcurso de una semana, Venezuela obtuvo dos resultados halagüeños: tener casi cumplidos los Objetivos del Milenio trazados para el 2015 por la Asamblea General de Naciones Unidas, y obtener la victoria en las pasadas elecciones parlamentarias que le permitirán mantener y profundizar las políticas económicas y sociales a favor de su población. Aunque […]
En el transcurso de una semana, Venezuela obtuvo dos resultados halagüeños: tener casi cumplidos los Objetivos del Milenio trazados para el 2015 por la Asamblea General de Naciones Unidas, y obtener la victoria en las pasadas elecciones parlamentarias que le permitirán mantener y profundizar las políticas económicas y sociales a favor de su población.
Aunque el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUA) no obtuvo la mayoría absoluta al obtener 98 curules de los 110 necesarios, por 67 sus opositores, sí se convirtió en la organización con más arraigo y apoyo del pueblo que fue confirmado en este décimo segundo proceso electoral de los últimos 11 años.
Como expresó el líder cubano Fidel Castro en una de sus recientes Reflexiones, «La Revolución Bolivariana tiene hoy el Poder Ejecutivo, amplia mayoría en el Parlamento y un partido capaz de movilizar a millones de luchadores por el socialismo».
El triunfo parlamentario fue posible por el inmenso esfuerzo que ha hecho el gobierno bolivariano para llevar la dignidad económica y social a la mayoritaria población discriminada por años, la cual entregó su voto por las reformas sociales llevadas a cabo por el presidente Hugo Chávez.
En 1999 resultaba paradójico que Venezuela, con innumerables riquezas naturales y con una de las mayores reservas de petróleo en el mundo tuviera índices de pobreza que sobrepasaban a más del 60 % de la población, que además no tenía acceso a programas sociales de salud, educación; con millones de personas viviendo en condiciones de miseria, sin agua potable ni alcantarillado y con alto analfabetismo.
Funcionarios gubernamentales corruptos, la burguesía nacional y las compañías transnacionales se repartían los dividendos obtenidos del petróleo, gas, carbón, oro, titanio, diamantes, bauxita, fosfato, caolín, o empresas petroquímicas, acero, aluminio, cemento, textiles, fertilizantes, auto partes, químicas, plásticas, por citar algunas.
Con la llegada de Chávez a la presidencia en 1999, el país inició profundos cambios políticos, económicos y sociales que lo fueron apartando de las políticas neoliberales impulsadas por Estados Unidos y los organismos financieros internacionales que habían sido aceptada por los gobiernos anteriores.
De esa forma y por primera vez en la nación bolivariana se diseñó una política de desarrollo económico-social, amparada en la riqueza nacional, para satisfacer las necesidades colectivas bajo los principios de equidad, participación popular y desarrollo humano.
Los innumerables resultados y beneficios son palpables en las diferentes esferas de la producción y de los servicios, aunque la oposición y los medios de comunicación controlados por el capital privado traten de negarlo y mantengan una poderosa campaña desinformativa al respecto.
Caracas ha destinado a la inversión social el 60 % de los ingresos fiscales totales entre los años 1999 y 2009 y avanza hacia un sistema de seguridad social universal.
Pero analicemos los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio trazados por la Asamblea General y que acabaron de ser expuestos en la Cumbre efectuada a fines de septiembre en Nueva York.
a) «reducir a la mitad el porcentaje de hambrientos y de quienes solo tengan ingresos de un dólar al día». En la nación bolivariana los índices de pobreza pasaron de más 60 %, en 1999, al 24,2% a finales del 2009, y los de pobreza extrema disminuyeron del 29,8 %, en 2003, a 7,2 % en el 2009.
b) «Disminuir en dos tercios la mortalidad de menores de cinco años y en tres cuartas partes la materna en relación con las de 1990». La construcción de hospitales, el programa de Barrio Adentro y la ampliación de los servicios de atención sanitaria gratuitos han permitido disminuir la tasa de mortalidad infantil de 21,4% en 1998 a 13,9% en 2007.
c) «Que los niños puedan concluir la enseñanza primaria».
Aunque el por ciento se elevó del 44,7 en el curso escolar 1998-1999, a 65 en 2008-2009, todavía no se alcanzan los niveles deseados y se pretende la universalización general de todos los niños en 2015. Además, en 2005, la UNESCO declaró al país Territorio Libre de Analfabetismo. d) «Mejorar la vida de millones de seres que viven en tugurios». Decenas de miles de nuevas casas se han construido en los últimos años y ese esfuerzo continuará hasta alcanzar la meta deseada.
e) «Detener y reducir la propagación del VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades graves». Las masivas campañas de vacunación y fumigación así como la atención efectiva a las personas infectadas con el SIDA, han reducido los índices de esos males en general.
f) «Bajar a la mitad el porcentaje de personas que carecen de agua potable». El acceso al agua potable subió del 65 en 1998, a 85 de cada 100 venezolanos en 2009. g) «Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente». El Estado certifica las condiciones ambientales de las nuevas fábricas y empresas, cuida la biodiversidad en zonas selváticas y de las reservas naturales, entre otras.
h) «Adoptar políticas de desarrollo sostenible y fomentar la asociación mundial para el desarrollo». La Comisión Económica de América Latina y el Caribe (CEPAL), ha reconocido que Venezuela es el país que más ha disminuido la desigualdad en la región, y a la par ayuda a numerosas naciones mediante los convenios de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
Venezuela, además, se ha situado como la cuarta economía de Latinoamérica con un PIB de 220 000 millones de dólares, solo superada por Brasil, México y Argentina.
Los pueblos y gobiernos progresistas de América Latina están seguros de que todos esos logros económicos y políticos alcanzados por la Revolución Bolivariana en solo una década, seguirán adelante pese a las trabas que pueda interponer la minoritaria oposición parlamentaria de derecha.
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