Resulta que se organizan viajes a lugares de Sudamérica en donde por un módico precio se incluye el viaje, la estancia, algunos paseos por lugares seña- lados y una intervención quirúrgica, de esas que modelan los cuerpos y dejan las lamas confusas. Turismo de bisturí le llaman, y es una oferta en auge, que crece […]
Resulta que se organizan viajes a lugares de Sudamérica en donde por un módico precio se incluye el viaje, la estancia, algunos paseos por lugares seña- lados y una intervención quirúrgica, de esas que modelan los cuerpos y dejan las lamas confusas. Turismo de bisturí le llaman, y es una oferta en auge, que crece de manera contundente y del que el documento ofrecido por Antena 3 nos mostró algunas facetas, con testimonios, claros, rotundos de varias mujeres que lo practicaban y hasta de un varón. Obviemos todo lo que este reportaje puede tener, precisamente, de estímulo propagandístico para otros seres dudosos; lo cierto es que aseguran que, en unos años, el noventa por ciento de la población de Occidente habrá sido retocada en el quirófano. Me parece que es una exageración, o quizás es que no acabo de encontrar los límites a la sociedad occidental, pero restando todo lo que tiene de intención el dato, parece que día a día crece el número de personas que entiende que la cirugía se ha creado para que cada cual se haga a sí mismo. Bueno, le hagan como él o ella se cree que debería ser para poder competir en el gimnasio. Colombia y Argentina parece que son los destinos más atractivos. Y vemos varios casos, clínicas bien dotadas, cirujanos que se expresan de una manera clara y sin cortapisas, pacientes que aseguran que lo hacen por convencimiento y que seguirán haciéndolo. Es una lucha contra el tiempo, contra la biología, contra la propia esencia del ser. Soy incapaz de lanzar ni un mínimo reproche a quienes viven obsesionados con su cuerpo. Me parece poco lógico que se operen niñas de catorce o quince años; más gracioso me resulta ver a un a mujer de cincuenta y tantos haciéndose un lifting en Buenos Aires en contra de su familia. Hasta entiendo a los cirujanos plásticos europeos advirtiendo de los problemas de salud que pueden tener estas operaciones en lugares donde no existe control sanitario. Uno nos dijo que los glúteos de muchas brasileñas, después de la admiración que hoy provocan, les propor- cionarán a sus portadas problemas de salud a medio plazo. Cuerpos de bisturí. Almas dibujadas por ordenador. Duda eterna.