Nota del editor: la entrevista reportaje fue realizada antes de acaecida la invasión rusa a Ucrania.
M.H.: Te propuse hacer un balance sobre el primer año del gobierno de Biden, algunos lo tildan de decepcionante, otros hablan de fracaso, de fiasco.
E.L.: Hay varias aristas, por empezar asumió en medio de una pandemia galopante que Trump había desatendido totalmente y hoy tiene a la mayoría de la población vacunada con dos dosis y una parte con tres. Tiene que lidiar con un 30% de la población que es anti vacunas. Pero en eso no le fue mal.
La segunda cuestión es que cuando asumió en medio de una crisis política tremenda producto de la ocupación del Capitolio por grupos de ultraderecha de Trump y que además hay un alto porcentaje de los votantes de Trump que siguen insistiendo con que hubo fraude y que en realidad ganó Trump las elecciones. Ahí hay una crisis política que se desarrolla hasta hoy.
Por otro lado, hay dos cuestiones internas que son contradictorias, avanzó en la inclusión de mujeres en el Parlamento y en lugares importantes, al mismo tiempo prometió cambiar la política inmigratoria y no cambió nada, sigue con la política de Trump de expulsar gente.
Y luego hay dos cuestiones, una es la económica, por un lado el año pasado la economía creció un 6.4%, este año dicen que va a crecer 4.9%, la desocupación está en 3.9%, es muy baja, hay sobre empleo en EE UU, pero esto va acompañado de un proceso inflacionario como hace muchas décadas que no tenía.
M.H.: 7%.
E.L.: Es una inflación que se está reproduciendo en el mundo y que va a repercutir en la tasa de interés con lo cual la economía se va a restringir. Tuvo un enorme fracaso en Afganistán. La retirada estaba decidida por Trump, pero después de tanto tiempo fue una vergüenza lo que hicieron, una improvisación, de un día para el otro, dejaron un montón de gente al descubierto, no les avisaron a los europeos. Además, el gran fracaso de EE UU porque después de 20 años de intervención, de miles de muertos se retiran para dejar a los talibanes otra vez en el poder.
Pero ese gran fracaso que incluye una crisis política y de la relación externa de EE UU ha sido aprovechado por Rusia, que se dio cuenta que este era el momento de avanzar respecto de Ucrania. Te aclaro que mi posición no es que Rusia se quiere quedar con Ucrania, la posición de Rusia es defensiva, está diciendo basta de apuntarme con misiles, quiero la desmilitarización del territorio y propone hacer un gran acuerdo de paz y basta. En ese sentido yo apoyo esa política de desmilitarización y paz. Pero esto es posible por el fracaso de Afganistán. Es muy grave.[1]
Biden lo quiso compensar con una alianza con Gran Bretaña y Australia para enfrentar a China en Taiwán, pero eso no alcanza para enfrentar a semejante fracaso. Yo digo que es una situación híbrida la de Biden. Desde el punto de vista de la política exterior, que es la que a nosotros nos interesa, es muy malo todo.
M.H.: Cuando decís ‘es muy malo todo’ entiendo que también englobás a América Latina.
E.L.: Digo que es muy malo todo porque la respuesta de Biden a toda esa crisis interna internacional es la salida militar, la militarización, lo está demostrando ahora con lo de Ucrania, lo está demostrando con Taiwán y para América Latina los tipos están manteniendo lo que tienen, pero han abandonado la situación de Medio Oriente, se han volcado a contener el avance de China, y se dan cuenta de la alianza entre Rusia y China, y lo de Ucrania los empuja a esa alianza. No olvidemos que China es un gran comprador del gas ruso, hay muchas relaciones ahí, están construyendo un nuevo gasoducto para alimentar a China, China está abandonando toda la política energética en base al carbón, necesita gas y Rusia está ahí. Los rusos son la reserva de gas más importante del mundo. Hay una base material para esa alianza objetiva.
Con respecto a América Latina, hay una situación que podemos ver a través de la relación con el FMI. EE UU ve un cambio de aire en la región, porque con el triunfo de Boric, analizan lo de Castillo, lo de Honduras y el casi seguro triunfo de Lula, hay que ver qué pasa en Colombia con Petro. Ellos ven que hay un cambio, incluso en la cuestión de la CELAC y el grupo de Puebla, que han dicho un montón de veces que la OEA no sirve más.
Hay un cambio en la situación, no quiere decir que sea revolucionario, pero la política de EE UU es tratar de cortar eso lo más posible. Lo que han hecho en Honduras con los 20 diputados que tenía la presidenta electa que se dieron vuelta en el aire. La presión que están haciendo en Perú, y ahora acá, porque hoy el FMI está mucho más duro que hace 8 meses atrás y esa fue la administración Biden.
Están apretando para cortar este nuevo tiempo que aparecería en América Latina. Lo cual no quiere decir que no llegue un momento en el que aflojen, porque tampoco les interesa apretar a la Argentina contra el otro lado. La discusión que hay acá de si se paga o no, es una discusión que a EE UU no le interesa para nada, a ver si se nos ocurre no pagar nada. Ahí se arma una situación completamente distinta. Están en esa situación.
M.H.: La situación interna de EE UU, porque algunos analistas hablan de una situación de grieta que asimilan a lo que fue la Guerra De Secesión en el siglo XIX. ¿Cómo ves vos esa situación?
E.L.: Es evidente que hubo posibilidades de enfrentamientos el 6 de enero del año anterior cuando se dio la invasión al Capitolio, que fue un episodio muy grave. Yo no me animo a decir, ni soy un gran conocedor como para compararlo con la guerra civil. Pero sí te puedo decir que la crisis política es muy importante.
En noviembre hay elecciones y Biden tiene la posibilidad de perder en las dos Cámaras. En senadores está 50-50 y en la Cámara de Representantes que allá son los diputados creo que tiene 4 diputados más por ahora. Con estos fracasos que está teniendo esto se puede dar vuelta enseguida.
El proceso inflacionario está golpeando muy fuerte en el consumo interno de EE UU. Porque allá 7% de inflación es una catástrofe, no es como acá. Si pierden las elecciones parlamentarias el resurgimiento de Trump sería muy fuerte y la perspectiva se desconoce.
M.H.: ¿Cómo juegan las huelgas que se han desarrollado este año y el año pasado en Kellogs, John Deer, la Universidad de Columbia? ¿Hablarían de un resurgimiento de la clase obrera norteamericana?
E.L.: Es posible, no conozco en detalle eso, pero hay una cuestión, la economía está creciendo, la desocupación es muy baja, la clase obrera está fortalecida, están peleando por recuperar salarios, porque tuvieron una década de salarios congelados. Cuando la economía crece hay mayor empleo o hay mayor pelea por reivindicaciones inmediatas de los trabajadores y más en un país como EE UU donde el trabajador no tiene casi derechos. Están tratando de avanzar en eso. Ahora, no estoy seguro si tiene una envergadura tal como para impactar en la superestructura política.
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