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Un apunte sobre la mercantilización de la ciencia y el amparo de la ideología

Fuentes: Rebelión

Rebelión publicó el viernes 8 de enero de 2010 un artículo de Concepción Cruz y Sergio Almisas «La mercantilización de la ciencia. La visión de un ‘biólogo dialéctico» [1], en el que tomando pie en interesantes citas de R. Levins y R. Lewontin por ella y él traducidas, defendían cosas tan sensatas, y tan urgentes […]

Rebelión publicó el viernes 8 de enero de 2010 un artículo de Concepción Cruz y Sergio Almisas «La mercantilización de la ciencia. La visión de un ‘biólogo dialéctico» [1], en el que tomando pie en interesantes citas de R. Levins y R. Lewontin por ella y él traducidas, defendían cosas tan sensatas, y tan urgentes y necesarias de decir, como la siguiente:

[…] Esta noción [sociedad de conocimiento] se centra especialmente en la aplicación de nuevas políticas educacionales y laborales, basadas en la aceptación de que lo decisivo de la nueva sociedad es el conocimiento y la información… Precisamente, su captación, transmisión y creación constituye el eje del sistema educativo del futuro, donde interesa formar un capital humano útil para las demandas empresariales, que será el encargado de crear ese conocimiento necesario para el «bienestar social». La posible bondad etérea o neutra de dicho conocimiento se desvirtúa cuando lo enmarcamos en un sistema como el actual, defensor de los intereses privados de las empresas; cuando, en realidad, es contrario al desarrollo social, entendido éste como mejora del nivel de vida de todas las capas sociales y de todas las regiones planetarias, desligadas de la competencia.

 

Que dicho conocimiento se desvirtúa cuando se enmarca en un sistema como el actual es cada vez más evidente. Sin embargo, no se infiere de ello que la bondad etérea o neutra de ese conocimiento, su bondad epistémica, sea sólo posible. De hecho, una de sus frases iniciales, el postulado que parece enmarcar su reflexión, no es de fácil aceptación y en mi opinión desdibuja o ayuda a la razonable intencionalidad política de su comentario. Es el siguiente:

[…] Y es que, aunque la ciencia o «lo científico» siempre se ha desarrollado al amparo de una ideología , la de la clase dominante, en los últimos tiempos asistimos a un proceso aún más duro si cabe, el de su mercantilización [el énfasis es mío]

 

No es improbable que las prácticas científicas se hayan desarrollado en numerosos casos, no sé si siempre, en el marco de una determinada cosmovisión, de una filosofía general si queremos decirlo así, que haya sugerido temas, nociones sobre verdad y objetividad, ansias de reconocimiento social, formas de polemizar, estilo de investigación y/o presentación de resultados e incluso, por qué negarlo, confianza firme, terca, en determinados desarrollos o en conjeturas postuladas aventuradamente para cuadrar círculos abiertos. Pauli, la postulación de la existencia del neutrino y la supuesta alteración del principio de la conservación de la energía en la desintegración beta es un ejemplo conocido.

Pero no es obvio que la ideología, entendida como conocimiento infundado o muy poco asegurado, como falsa consciencia, y mucho menos que la ideología dominante, que es normalmente la ideología de las clases dominantes y dirigentes, amparen o hayan amparado siempre el desarrollo de la ciencia. No parece que lo fuera en el caso de las aportaciones de Copérnico, ni en las de Galileo, ni en las de Servet, ni en las de Marx, ni en las de Darwin ni siquiera inicialmente en las de Cantor, ni tampoco, por poner un ejemplo reciente, cuando científicos comprometidos denuncian el uso de armas con uranio «empobrecido» (un adjetivo innoble que tampoco proviene de la comunidad científica) en el barbarie del Estado de Israel contra la población de Gaza. De hecho, los autores, los dos grandes biólogos «dialécticos», tan sabiamente citados y traducidos por Cruz y Almisas, separan con nitidez investigación y conquistas científicas del uso mercantil de esos mismos desarrollos:

[…] El fundamento económico de la ciencia moderna es la necesidad de los capitalistas no solo de expandirse horizontalmente en nuevas regiones, sino de transformar la producción, crear nuevos productos, hacer más rentable los métodos de producción.. La mercantilización de la ciencia no es sino una parte consustancial del desarrollo del capitalismo….los costes de investigación de largo alcance se socializan cambiando el lugar de trabajo de las empresas individuales por las instituciones públicas como las universidades…. Cuando dicha investigación socializada se encuentra en estrecho contacto con un producto que ya es de valor comercial, las etapas de desarrollo final vuelven a las manos privadas para lograr una propiedad en exclusiva.

 

Desde luego, como Levins y Lewontin señalan, los científicos reaccionan ante esta mercantilización, creciente sin duda, de formas diversas e incluso opuestas. Se resienten en algunos casos, señalan Levins y Lewontin, de la proletarización del trabajo científico y de su pérdida de autonomía. Pero precisamente que el papel social de la ciencia no sea el que, con atendibles razones, Concepción Cruz, profesora de Epidemiología y Salud Pública, y Sergio Almisas, de la delegación de alumnos de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla, critican y denuncian, depende, entre otras razones pero ésta es de importancia decisiva, de que científicos sociales como ellos (sumados a científicos naturales y a lógicos y matemáticos) no permitan que los conocimientos científicos, fruto del esfuerzo directo o indirecto de toda la humanidad, no estén al servicio, no sigan las directrices ni atiendan las temáticas ni los programas de investigación, muchos de ellos de naturaleza militar, diseñados desde espacios no democráticos donde rige, esencialmente, la norma básica por todos y todas conocida: incrementa el beneficio por cualquier procedimiento; toma todo el dinero que puedas y algo más, y corre raudo y veloz hacia un cobijo aislado sin importarte un rábano los bienes y el bienestar públicos.

 

NOTA: [1] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=98284

 

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/es/