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Un día de julio de Miguel de Unamuno después del golpe de Estado de Franco

Fuentes: El Salto

El cómic Oficio de tinieblas, de Ángel Trigo y Jorge García, adelanta la imagen de aquel Unamuno que estallará después con su «Venceréis pero no convenceréis»

 

Miguel del Unamuno en 1936, según Ángel Trigo

Pendientes del estreno del nuevo film de Alejandro Amenábar, que bajo el título Mientras dure la guerra tiene por protagonista a Miguel de Unamuno y recrea los últimos meses de vida del escritor vasco en la Salamanca ocupada por las tropas golpistas del general Franco, acabo de ver y leer Oficio de difuntos, el último cómic de Ángel Trigo, con guión de Jorge García García.

Lo tendremos en las librerías muy pronto, publicado por la revista La Resistencia, de la editorial Dibbucks, y tengo la intuición de que sus creadores se han adelantado a la esencia que muchos esperamos desprenda el tratamiento que Amenábar dará al personaje de don Miguel en aquellos meses.

La acción, en el caso del cómic, se centra en una sola jornada del mes de julio de 1936, durante el corto paseo que Unamuno da desde el cafe Novelty de sus habituales tertulias a su domicilio en la calle Bordadores. Ya se habían producido las cinco muertes de civiles en la Plaza Mayor -donde estaba y está el café- por disparos de los militares sublevados -entre ellas la de una adolescente de quince años-, y habían sido detenidos algunos de sus amigos, que poco días después -como el alcalde Casto Prieto Carrasco- serían asesinados cerca de la localidad de La Orbada, en la carretera de Valladolid.

Dibujante y guionista elaboran con el trazo de la línea y la palabra el abatido y con toda seguridad angustiado estado de ánimo del anciano profesor de Griego y rector de la Universidad, que de apoyar a Franco en un principio va a pasar a criticar públicamente a los generales felones durante la festividad del Día de la Raza, el 12 de octubre, en el paraninfo de la Universidad de la que don Miguel había sido nombrado rector por los golpistas: «Venceréis pero no convenceréis».

Los sentidos de Unamuno se preguntan por la carencia del bullicio en las calles y su soledad lo hace por la ausencia que será definitiva de quienes compartieron su amistad durante tantos años. El texto de Jorge García es conciso y de una lúcida y poética expresividad interpretativa. Los dibujos de Trigo perfilan al don Miguel del libro de Luciano Egido, Agonizar en Salamanca, recreando en su mente las escenas de muerte y represión que se están dando en la ciudad.

Salamanca está muerta. El viejo (72 años) lo sabe y un último oscuro pone fin al impactante y breve cómic, luego de una viñeta en la que el rostro de Unamuno, sin gafas, se nos ofrece en un primer plano, hondamente condolido, entre el abatimiento, una cierta pesadumbre de conciencia y un punto de indignación que cuajará meses después en una de aquellas frases dirigidas al general Millán-Astray, que acabarán con don Miguel en arresto domiciliario y su inmediata destitución como rector y concejal del ayuntamiento de la ciudad: «Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta en esta lucha, razón y derecho».

Ángel Trigo ha sabido plasmar la imagen de Unamuno que muchos de sus lectores hemos imaginado en esos meses de guerra, antes de que fuera su voz, en el paraninfo de Salamanca, la que expresara públicamente las amargas reflexiones de esos días de julio posteriores al golpe de Estado de aquel general al que llamaban Franquito en la academia militar.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/los-nombres-de-la-memoria/un-dia-de-julio-de-miguel-de-unamuno-despues-del-golpe-de-estado-de-franquito