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El recién electo intendente de Sao Paulo, un "no político" que apoyó el golpe contra Dilma

Un filántropo en los Panama Papers

Fuentes: Página 12

Una parte de los beneficios que obtuvo João Doria en sus acuerdos con empresas contratistas del Estado quedó al descubierto en los Papeles de Panamá, donde aparecen operaciones en las que resultó beneficiado, aunque no lo declaró al fisco.

Filántropo en beneficio de sí mismo. El recién electo intendente de São Paulo, João Doria, repitió ayer su promesa de campaña de «donar los salarios que cobre durante mis cuatro años de mi mandato. Serán 48 salarios. Cada uno lo entregaré a una entidad de beneficiencia distinta».

Doria es un «no político» que desde el 1º de enero del año próximo administará una megalópolis de 12,5 millones de habitantes cuyo Producto Bruto Interno es superior a la mayoría de los estados brasileños.

Hasta hace unos meses conducía el programa Show Business, de entrevistas promocionales (algunas presumiblemente pagas) a empresarios y personajes de la farándula además de ser el responsable de la agencia LIDE, que organiza encuentros entre políticos y hombres de negocios, actividades que le permitieron hacerse de un patrimonio de 60 millones de dólares, según lo declarado ante la Justicia Electoral.

Doria nunca disimuló su respaldo al golpe parlamentario que derrocó a Dilma Rousseff el 31 de agosto pasado, ni su desprecio hacia Lula («populista, corrupto»), el que solía poner de manifiesto en los eventos organizado por LIDE con senadores, jueces y empresarios. En uno de esos encuentros, el invitado especial fue el juez Sergio Moro, a cargo de la causa por el «Petrolao» que acaba de abrir un proceso contra Lula.

Al celebrar su triunfo en São Paulo, comentó a su correligionarios «en algún momento iré a vistar a Lula en Curitiba», donde están los presos condenados por Moro.

En tanto candidato del PSDB, gracias al patrocinio que le brindó el gobernador de São Paulo Geraldo Alckmin, Doria ascendió al nivel de un pop-star el domingo, cuando obtuvo el 53 por ciento de los votos válidos (sin contar nulos y en blanco) en la primera vuelta de los comicios paulistas, derrotando al alcalde del Partido de los Trabajadores Fernando Haddad, un pupilo de Lula.

Doria logró una victoria más holgada de lo previsto en las encuestas, que lo daban como el candidato con más votos pero pronosticaban un ballottage el 30 de octubre, posiblemente ante Haddad, que finalmente se ubicó segundo con el 16 por ciento.

Haber perdido el control de São Paulo fue un revés importante para el PT, sumado a otras derrotas serias en centenas de municipalidades.

Lula tampoco salió ileso del fracaso de su partido en los comicios municipales, aunque esto no implica su certificado de defunción como eventual candidato presidencial en 2018, pues su popularidad continúa en pie.

Ayer Doria concedió al menos cinco entrevistas, en las que se lució con sus frases de impacto y fue presentado como un nuevo «fenómeno» de la política nacional.

«¿En serio va a donar el salario?», se asombró una periodista. «Siempre dije que no soy un político, soy un gestor. Acepté este desafío de administrar la mayor alcaldía de América Latina (error, es de América del Sur) para servir al prójimo. Voy a aplicar los criterios de eficiencia que aprendí en la actividad privada.»

Días antes de los comicios habló con la revista de negocios Examen, en la que se definió como un émulo del ex alcalde de Nueva York Michael Bloomberg, otro que renunció a sus ingresos como jefe comunal. El brasileño también siguió su ejemplo al pagar de su bolsillo parte de los costos de la campaña.

La imagen altruista de Doria es tan artificial como su sonrisa de botox.

Doria prepara un plan de privatizaciones y concesiones drástico cuyos posibles beneficiarios serán los grupos económicos interesados tanto en su triunfo del domingo pasado en la alcaldía como en la proyección del PSDB en las elecciones presidenciales de 2018.

Según el periodista especializado en economía Luiz Nassiff, no puede descartarse que una vez en el comando de São Paulo, Doria se valga de su agencia de «lobby Lide» para tercerizar servicios públicos con empresas de las que recibe apoyo económico encubierto. Algo que ya hizo en los últimos años, cuando varias firmas lograron contratos estatales a través de su mediación.

Detrás del marketing filantrópico se esconderían acuerdos que ya le permitieron embolsar millones de dólares en los últimos años, una parte de los cuales no fueron declarados al fisco, como quedó demostrado en los Papeles de Panamá, donde aparecen operaciones en beneficio de Doria.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-310897-2016-10-04.html