La más alta sintonía de una telenovela en Colombia fue lograda por «Sin tetas no hay paraíso», con más de seis millones de espectadores en un solo día cuando apenas llevaba dos semanas en el aire. El récord es muy significativo en este país, uno de los principales exportadores mundiales de estos formatos. Esta serial […]
La más alta sintonía de una telenovela en Colombia fue lograda por «Sin tetas no hay paraíso», con más de seis millones de espectadores en un solo día cuando apenas llevaba dos semanas en el aire. El récord es muy significativo en este país, uno de los principales exportadores mundiales de estos formatos.
Esta serial es una adaptación de la novela del mismo nombre, del escritor y guionista colombiano Gustavo Bolívar, la cual también se ha convertido en un best seller, con cuatro ediciones en apenas poco más de un año.
La productora no se equivocó al conservar el término tetas en el nombre de la telenovela, pues aunque tradicionalmente se ha considerado una expresión vulgar, ahora ante el uso continuado empieza a ser familiar para todos los públicos.
La novela recrea el drama real de mujeres, muy jóvenes, bonitas y pobres, que engañadas con la ilusión del mundo del dinero fácil, se prostituyen para poder acceder a un par de senos grandes como les gusta a los narcotraficantes.
Bolívar se basó en hechos que observó en un barrio pobre de Pereira, la ciudad tradicionalmente cafetera y, desde hace algunos años, lugar de operación de un cartel regional de tráfico de cocaína.
«Me dio mucha tristeza ver cómo dos niñas dedicaban su vida a conseguir un par de tetas de silicona. Pensé en llamar la atención sobre el tema cuando me contaron miles de historias de quienes deseaban involucrarse en el mundo del narcotráfico, el que para ellas significa ingresar al paraíso», agregó Bolívar en una entrevista concedida al canal Caracol, productor de la serial.
«Tomé la decisión de escribir el libro cuando la niña, en quien está inspirada la protagonista, me dijo que un médico la operó de los senos gratuitamente para acostarse con ella, pero que le puso un par de siliconas usadas, las cuales le provocaron alergias e infecciones», agregó.
«La trama busca llamar la atención de la sociedad en torno a dos fenómenos que son cada vez más conocidos. Primero, la proliferación de implantes mamarios sin las observaciones médicas requeridas y, segundo, el de las ‘chicas prepago’, es decir cuando la falta de educación, la ignorancia y el deseo de conseguir dinero lleva a las jóvenes a vender su cuerpo».
Así lo informó a IPS Andrea Arce, periodista del canal privado de televisión Caracol, que emite la telenovela de lunes a viernes, entre las 10:00 a 10:30 de la noche, con repetición de lo más sobresaliente de los cinco capítulos semanales los domingos a las 23:00 hora local. La serie consta de 26 entregas.
El concepto de «chicas prepago» se identifica con una modalidad de prostitución que varía según el nivel socioeconómico de la mujer. En las clases más pobres la diferencia con una trabajadora sexual tradicional radica en que la venta continuada del cuerpo da ganancias exorbitantemente mayores.
En niveles sociales más altos, como en el caso de modelos reconocidas o presentadoras de televisión, el concepto de «prepago» se define como el disfrute de la mujer por un plazo determinado, por ejemplo durante un fin de semana, a cambio de 100.000 dólares o más.
Al inicio de la serie se desató una polémica alrededor del serial, que fue tema de entrevistas, foros, discusiones y acusaciones. La belleza y la juventud de las protagonistas, así como la soltura y gracia con que representaron sus papeles despertaron en el público simpatía y aprobación, lo cual fue considerado por los analistas como una mirada pueril y discutible.
«Pudo ser porque le pusimos mucho empeño a nuestro trabajo y al desarrollo de nuestros papeles. Fuimos espontáneas y naturales como las jóvenes que caen en este camino, que lo hacen con inocencia, creyendo que es afortunado para ellas y sus familias», dijo a IPS Sandra Beltrán, quien interpreta a Yéssica, encargada de conseguir a las jóvenes para los narcotraficantes, coloquialmente llamados «traquetos».
En la entrevista, Bolívar agregó que «quienes no han leído el libro interpretaron que (la serial) estaba haciendo apología de los narcotraficantes. Por supuesto que no es así. Quienes lean la novela y observen con atención el seriado se darán cuenta que mi posición contra la mafia de la droga es frontal».
La polémica motivó entrevistas y aclaraciones. «El mensaje es un llamado de atención a las niñas para que se quieran a sí mismas y aprecien lo natural. O que si se operan, que no lo hagan tan jóvenes, ni sin la suficiente información para saber lo que están haciendo», agregó Beltrán.
La protagonista se llama Catalina y tiene 13 años. Proviene de una familia con padre ausente y una madre modista, que con mucho esfuerzo crió a sus dos hijos. El mayor, llamado Bayron, se convierte en sicario al servicio de los narcotraficantes.
Catalina es una estudiante de secundaria, que anhela ser como sus compañeras de colegio, que salen en lujosas camionetas con vidrios oscuros y regresan al día siguiente con bolsos llenos de dinero.
Pero a los «traquetos» les interesan las chicas con tallas de sostenes entre 38 y 40, no una como ella, de apenas 32. Para conseguir hacerse una cirugía de senos, Catalina se ofrece en el mercado del sexo.
Yéssica se encarga de «venderla» con tan mala suerte, que el «comprador», quien le ha prometido la operación, ropa, dinero y hasta posibilidades de carro y apartamento, huye de manera intempestiva ante la persecución de agentes oficiales incorruptibles.
Entonces Catalina toma el camino de la prostitución, al que no renuncia ni por el amor sincero de su novio Albeiro, un trabajador independiente, honesto y pobre.
La serie de televisión se ajusta en muy buena medida al contenido del libro. Catalina, tras cinco operaciones que la llevaron a la talla 40, con graves consecuencias para su salud física y psicológica, no le encuentra sentido a seguir viviendo. Incapaz de suicidarse, urde un exitoso plan para morir a sus 15 años de edad.
Bolívar es autor de 1.400 guiones de programas periodísticos, seriales, novelas, documentales y guiones cinematográficos.
Entre otros trabajos, sobresalen «Pandillas, guerra y paz», con 320 capítulos, «Unidad investigativa» sobre casos de la vida real, entre los que se cuentan los atentados a tres ministros de justicia en la década de los 90, y la dramatización de los asesinatos de tres candidatos presidenciales y del futbolista Andrés Escobar.
«Sin tetas no hay paraíso» podría ser llevada al cine si se concretan los acuerdos entre el autor y los productores que están en negociación.
Ante la posibilidad de que se realice una segunda parte, que el canal está considerando, diferentes voces ya han pedido que se resalte el contenido del mensaje, de manera que quede más claro el papel de los intereses económicos.