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Una fractura social y regional como nunca antes

Fuentes: Esquerda Online (Brasil) [Imagen: Lula durante un mitin en Aracaju (SE) el 13 de octubre de 2022. Créditos: página web de Lula]

1. Lula obtuvo una media de 44,5% de menciones positivas a lo largo del debate del domingo por la noche (16 de octubre), Bolsonaro obtuvo un 36,5%. Esta es la regla que importa: la repercusión del debate. En un análisis técnico, Lula ganó el primer «round» por un amplio margen, al ser contundente en su denuncia de la irresponsabilidad del gobierno durante la pandemia. Empató en el segundo bloque de preguntas de los periodistas. Perdió en el tercero, debido a la falta de control sobre el tiempo. Lula, acertadamente, decidió no bajar el nivel, pero no logró encajar una respuesta sobre la corrupción. Bolsonaro, como era previsible, descendió al fondo del pozo del «todo vale»: utilizó su cuerpo para tratar de intimidar a Lula, repitió hasta el cansancio que el PT robó en Petrobras, abusó de consignas demagógicas contra el aborto, la ideología de género y la legalización de las drogas, y trató de aterrorizar con la amenaza de cerrar iglesias y encarcelar religiosos. Lula, visiblemente cansado, tuvo un gran momento cuando defendió la dignidad de los trabajadores que viven en las favelas. Quedan doce días, y lo más importante es que Lula mantenga el liderazgo. Pero todavía hay mucha incertidumbre sobre el resultado de las elecciones.

2. La segunda semana de la segunda vuelta terminó con encuestas que indican que Lula mantiene una ventaja del 5% sobre Bolsonaro, el mismo nivel que la semana anterior en DataFolha. Pero en la más reciente encuesta del IPEC, del 17 de octubre, en el total de votos, Lula está con el 50%, menos uno, y Bolsonaro con 43%, más uno, habría entonces una pequeña oscilación a favor de Bolsonaro, también, en los votos válidos, 54% a 46%Los datos son que el 95% de los votantes de Lula están decididos, frente al 93% de Bolsonaro, y sólo hay un 1% de indecisos. La ventaja de Lula es apoyada por una gran mayoría entre quienes tienen ingresos de hasta dos salarios mínimos al mes. Todo indica que el índice de abstención tendrá una importancia decisiva. Históricamente, es mayor en las segundas rondas. La lucha por la gratuidad del transporte público ha adquirido la máxima importancia. Es posible ganar.

3. Pero Bolsonaro está por delante en el sur (59% a 41% sobre Lula) y en el centro-oeste (el mismo 59% a 41%), hay un “empate técnico” en el sureste, con una ventaja cuantitativa para Bolsonaro (52% a 48%) y también en el norte (51% a 49%) y una victoria abrumadora de Lula en el nordeste (72% a 28%). Por lo tanto, el país está, además de dividido, socialmente, fracturado, regionalmente. Lula obtuvo el 41% de los votantes de Simone Tebet (MDB), Bolsonaro el 29%. De Ciro Gomes, Lula obtuvo el 40% y Bolsonaro el 31%. Si no ignoramos que el margen de error de las encuestas es del 2% más o menos, en el peor de los casos, la ventaja de Lula es sólo del 1%. Por lo tanto, existe una incertidumbre.

4. Los votos en disputa son una pequeña minoría. La campaña se desarrolla en cinco frentes. En la elección de tácticas políticas, en la articulación de apoyos, en la movilización en las calles, en la agitación de las redes sociales y en las horas de publicidad en radio y televisión. Lo decisivo será la táctica política, no la «laceración». Bolsonaro tuvo las previsibles adhesiones de Romeu Zema (Partido Novo, actual gobernador de Minas Gerais: ndt), Rodrigo García (PSDB, actual gobernador de São Paulo: ndt) y Sergio Moro (Unión Brasil, juez que condenó a Lula y ex ministro de Justicia de Bolsonaro, electo senador: ndt). Lula obtuvo el apoyo de Tebet, de líderes históricos del PSDB como Fernando Henrique Cardoso y José Serra, además del PDT, y un suspiro de Ciro Gomes. En este terreno se hizo más fuerte. La superioridad de Lula en las calles también es inmensa en este momento. Las marchas en Campinas y Belo Horizonte, en el Complexo do Alemão (inmensa favela de Río de Janeiro: ndt) y en Salvador, así como en Aracaju y Recife fueron abrumadoras. Pero es cierto que todavía estamos aprendiendo a luchar contra la extrema derecha. ¿Cuál debería ser la línea? Una mayoría del activismo está apoyando la táctica sensacionalista de utilizar las absurdas y abyectas, estúpidas y aborrecibles declaraciones de Bolsonaro en su contra. Pero la guerra sucia en las redes sociales no disminuye la centralidad de la política. ¿Debe centrarse en la defensa de propuestas que puedan inspirar esperanza política, o en la reivindicación del pasado? La propuesta, por ejemplo, de eximir del impuesto sobre la renta a los asalariados que ganen hasta cinco mil reales (940 dólares mensuales: ndt) fue una inflexión muy importante, desgraciadamente, no explorada en el debate. Asociados a la defensa de un impuesto sobre las grandes fortunas, y otros, señalan un camino.

5. Los gobiernos del PT generaron lulismo en las capas populares. Esta es la clave para entender el gigantesco liderazgo de Lula en el Nordeste que puede decidir la victoria sobre Bolsonaro. En Brasil la clase trabajadora está dividida en dos grandes partes. Por un lado, hay algo más de treinta millones de asalariados con contrato firmado en el sector privado, más concentrados en el sureste y el sur, y trece millones de empleados públicos. Por otro lado, hay 10 millones de asalariados con un empleador, pero sin contrato, y 25 millones que trabajan “por cuenta propia” en una amplia variedad de actividades. El peso de este semiproletariado es inmenso en todo el país, mayor en el norte y el noreste. El PT se transformó en un partido con influencia de masas en la década de 1980, basado en la movilización de la clase trabajadora, organizada sindicalmente. Siempre fue más fuerte en el sureste antes de 2002. El lulismo se convirtió en un partido de masas tras la experiencia práctica de mejorar las condiciones de vida con los gobiernos de Lula y Dilma Rousseff. Pero en los últimos diez años el país ha cambiado. Mientras que a escala nacional, especialmente en las regiones más industrializadas, la economía se estancó, en un eje que atraviesa el interior de Brasil de Norte a Sur, hubo un fuerte crecimiento impulsado por la valorización de las exportaciones de cereales y proteínas. Históricamente, los centros costeros más dinámicos estaban en declive. Desde el sur del Amazonas, pasando por el centro-oeste de Mato Grosso y Goiás, desde el oeste de São Paulo y Paraná, hasta Santa Catarina y Rio Grande do Sul, el agronegocio arrastró a las masas de la burguesía por su reciente prosperidad. El surgimiento de una extrema derecha neofascista de masas se basa, además del giro a la derecha de las clases medias, también en esta fractura regional.

Valerio Arcary, militante de Resistencia, corriente del PSOL, y columnista de Esquerda Online.

Traducción: Correspondencia de Prensa.

Fuente (de la traducción): https://correspondenciadeprensa.com/?p=30266

Fuente (del original): https://esquerdaonline.com.br/2022/10/18/brasil-esta-fraturado-como-nunca/