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Venezuela

Una propuesta de tecnologías libres para los municipios

Fuentes: Rebelión

La izquierda real no está ubicando en el lugar estratégico que merece en sus planteamientos de transformación radical de esta sociedad, la necesidad de afrontar la transición tecnológica que exige cualquier ámbito de gestión público. En particular posee especial importancia el proceso de tecnificación de los municipios de acuerdo con los paradigmas ya contrastados basados […]

La izquierda real no está ubicando en el lugar estratégico que merece en sus planteamientos de transformación radical de esta sociedad, la necesidad de afrontar la transición tecnológica que exige cualquier ámbito de gestión público. En particular posee especial importancia el proceso de tecnificación de los municipios de acuerdo con los paradigmas ya contrastados basados en postulados libres.

Hay dos líneas en las que se habría de incidir. La primera sería la de programa político y consiguiente traslado a la gestión municipal. Por otro lado, como segunda línea de actuación, se sitúa la promoción de estas tecnologías libres en la sociedad civil fomentando su uso.

La pregunta clave para comenzar estos proyectos es: «realmente ¿qué ganamos embarcándonos en esta aventura?». La respuesta es que muchas cosas, y paradójicamente la menos significativa es el gran ahorro económico. Las oportunidades en un esquema cruzado de factores externos – internos y positivos – negativos DAFO de debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades serían:

1.Ejercicio de soberanía tecnológica en el sentido de poder concebir, diseñar y codificar el software de acuerdo con tus necesidades racionalizadas a aquello que precisas sin florituras ni prestaciones espúreas

2.Fomento del empleo local en el que los técnicos cualificados en sistemas de información son de la ciudad o cercanías y no de Houston o del Silicon Valley

3.Garantizar la seguridad y privacidad de los datos sensibles de acuerdo con la legislación y normativa actuales en materia de protección de datos personales

4.Intercambio de experiencias con otros ayuntamientos no inventando la rueda cada vez, creando estándares de gestión informatizada para los ámbitos comunes de potestades de los organismos locales

5.Protección de la inversión, asegurando que todo aquello que se desarrolla y adquiere tiene un mínimo recorrido de amortización

6.Poder aplicar una política de governanza de las tecnologías como por ejemplo la propuesta COBIT o estándares ISO de cumplimiento de criterios de calidad como la ISO 9126, sin ningún condicionante distorsionador ni limitante

7.Pata tecnológica del programa de un gobierno para la transformación social y política del municipio.

8.Uso de los idiomas requeridos: catalán, castellano, esperanto, inglés, vasco, gallego, francés …

9.Promoción de la cultura e imaginario de la compartición, de la solidaridad y de la propiedad colectivizada como valores en la sociedad luchando contra la ideología hegemónica de la propiedad privada

10.Dejar de pagar royalties y regalías a multinacionales e intermediarios ociosos ya que la mayoría de software libre está libre de cargas pecuniarias.

Lo primero que haría falta hacer es una radiografía de la infraestructura tecnológica del ayuntamiento, software utilizado, ofimática y aplicaciones corporativas, hardware en explotación, red de comunicaciones, perfil de usuarios, competencias asociadas en la relación de puestos de trabajo, …

Se trataría de elaborar un proyecto de migración a software libre y erradicación simultánea del privativo, empezando por los sistemas operativos de estación de trabajo, las utilidades ofimáticas, procesadores de texto, hojas de cálculo, herramientas de correo, navegadores de Internet, utilidades de gráficos, para después afrontar el traspaso de servidores y aplicaciones transaccionales como por ejemplo la gestión de las potestades municipales. Profundizando un poco más, hay experiencias exitosas como por ejemplo en la República Bolivariana de Venezuela RBV que están implementando la telefonía y redes de comunicaciones con software libre y que puede suponer asimismo un gran aspecto positivo.

De forma inicial se puede aprovechar las tímidas iniciativas que en este sentido promueven las administraciones públicas, ministerios, diputaciones, gobiernos autonómicos, empresas tecnológicas públicas, … Con todo, a veces son meras declaraciones de intenciones, de apoyo moral, de pose políticamente correcta, pero sin ninguna ayuda detrás de financiación de proyectos. Hace falta así, llevarlo adelante a partir de la propia asunción y convencimiento, a veces con un estudio de viabilidad que ayude a evidenciar las ganancias a obtener a corto, medio y largo plazo.

Si no hay un patrocinio y directiva política difícilmente se pueden vencer las inercias e intereses contrarios a la implantación de nuevos paradigmas y más si son transgresores del status quo crematístico empresarial y posturas acomodaticias de gobernantes y gestores en el contexto público. En este sentido es referencia inequívoca el mandato de la Presidencia de la RBV que promulgó el decreto 3390 en el que se conmina a la administración pública a migrar a tecnologías y estándares libres.

Delante de un planteamiento de migración a tecnologías libres hace falta exigir a los responsables en materia tecnológica un informe oficial justificativo de por qué un cierto ámbito no puede ser traspasado a software y tecnología libre. Esto permitirá por un lado romper opacidades y resistencias tendenciosas y en segundo lugar identificar claramente los entornos que tienen que ser estudiados de forma más detallada para trazar la conveniente transición a tecnología libre.

Por lo tanto haría falta realizar de forma secuencial las acciones siguientes:

1.Moción pidiendo el paso sistematizado y planificado a tecnologías libres

2.Redactado del programa político que lo contempla

3.Elaboración del programa de gestión que lo implantará

4.Proceso de concienciación

5.Formación a los usuarios

6.Migración progresiva

7.Determinación concreta del fin de la migración

En cuanto a la segunda línea, la sociedad civil, los centros de iniciativas de base potenciados por las organizaciones y gobiernos de izquierda, podrían acoger estos tipos de proyectos en el ámbito de la ciudadanía. La verdad es que el límite de cosas que se podrían hacer sólo lo coarta la imaginación y las ganas de ponerse.

¿Qué se podría hacer? De forma inicial, grupos de trabajo que valoren el interés y posibilidades de llevar adelante este ámbito socioeconómico. Estas iniciativas en ciertos lugares han derivado en cooperativas sociales, una empresa pública, o aquella fórmula que asegure que no se degenera en formas de producción apropiativas y capitalistas, para poder suministrar a la población servicios tecnológicos de precio tan bajo como la estructura de costes socializada y transparente lo permita. Estas prestaciones podrían ser la formación, el asesoramiento tecnológico, elaboración de programas y aplicaciones de gestión a la pequeña y microempresa, comunicaciones de datos y voces con una operadora local socializada, radio comunal o TV local IP.

Se tendría que realizar la transferencia tecnológica de todo aquello desarrollado en el entorno institucional municipal hacia la sociedad civil, generándose así economías de escala provechosas para el vecindario.

La filosofía inherente en la adopción de tecnologías libres como elemento de construcción de una sociedad igualitaria es convertir la tecnología de producto a servicio. El producto se puede enmascarar y distorsionar su valor con el artificio especulativo como es el precio. El precio es la concreción transaccional económica impuesta del poder capitalista en la sociedad, donde el libre mercado es una coartada que ampara las prácticas oligopólicas y monopolísticas de las grandes empresas.

Se ha de hacer un esfuerzo de racionalización productiva, trasladando al máximo las funcionalidades hardware a especificaciones software, a la espera de un estadio más avanzado en que el primero sea también hardware libre. Éste podría ser producido en los países donde los gobiernos sean socialistas y anticapitalistas eliminando las patentes que graban la tecnología de los procesadores y otros componentes de la arquitectura cibernética. La tecnología convertida en servicio nos proporciona la identificación nítida de los costes puesto que se trata básicamente de dedicación personal. La dedicación, desde una cosmovisión emancipatoria, es igualitaria ya que la hora de una ingeniera tendrá que valer lo mismo que la de un operario y la de un operario lo mismo que la de una persona encargada de mantener limpia la ciudad.

Así estaremos más cerca del Socialismo del Siglo XXI y en mejores condiciones para poder dejar atrás la explotación del hombre por el hombre.

brigadavallesana.blogspot.com