Alemania y Francia acordaron con los bancos europeos una quita del 50 por ciento en términos nominales de la deuda soberana griega, y con ello finalmente se cerró el paquete de medidas «para estabilizar Europa, fortalecer a los bancos y apoyar a Grecia en sus reformas», según describieron los líderes regionales. El esquema supone una […]
Alemania y Francia acordaron con los bancos europeos una quita del 50 por ciento en términos nominales de la deuda soberana griega, y con ello finalmente se cerró el paquete de medidas «para estabilizar Europa, fortalecer a los bancos y apoyar a Grecia en sus reformas», según describieron los líderes regionales. El esquema supone una reducción de la carga de la deuda para el país helénico, un mecanismo de recapitalización de los bancos y el apoyo a otras economías frágiles de Europa. Los mercados europeos reaccionaron con fuertes subas, superiores al 5 por ciento. Analistas especializados advierten que, en la medida en que la ayuda se sustente en las finanzas de los países de la Eurozona y no en la emisión monetaria de parte del Banco Central Europeo (BCE), la fragilidad del bloque se va a mantener. Italia es uno de los más comprometidos, con una deuda que supera al fondo de estabilización continental.
Reflejo de la gravedad de la situación en Europa es que, de llevarse a cabo satisfactoriamente, la reestructuración de la deuda griega superaría en términos absolutos a la argentina y se convertiría en la mayor de la historia. La quita ascendería a 100.000 millones de euros. Peor que ese escenario, para las finanzas globales, sería un default. «Surge la pregunta de si el rescate es bueno para Alemania y Francia pero no para Grecia, porque si Grecia cae en default, se suspenderían totalmente sus compromisos. En cambio, las autoridades acuerdan bajar su deuda y reducir los pagos», señala Marshall Auerback en el blog EconoMonitor.
«La deuda griega en términos del PIB debería pasar a un 120 por ciento para 2020 -ahora está en 160 por ciento-. Para lograr ese objetivo invitamos a Grecia, los inversores privados y todas las partes involucradas a desarrollar un canje voluntario de bonos con un descuento nominal del 50 por ciento», señalaron los líderes europeos luego de la extensa reunión en Bruselas. En esa operación, los Estados de la Eurozona se comprometieron a aportar 30.000 millones de euros. Grecia también recibirá financiamiento adicional por 100.000 millones de euros hasta 2014, incluida la recapitalización de los bancos, operación en la cual el FMI también podría contribuir. Ese programa debería completarse a fines de este año y el canje se implementará a principios de 2012. La ayuda, como es usual, está atada a que Grecia profundice su ajuste fiscal.
Los gobiernos europeos sostienen que el Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF), que fue elevado desde 440.000 millones a un billón de euros, es un complemento a la quita de la deuda griega, para proteger a otras economías débiles de Europa frente a una potencial corrida. «El FEEF puede extender préstamos, recapitalizar a la banca y comprar bonos en el mercado primario y secundario», describieron referentes de Europa.
Los recursos del fondo serán provistos a través de la emisión de deuda de los Estados y esos títulos serían adquiridos por inversores privados. También está la propuesta de crear un bono especial para atraer inversores públicos como China, o privados como los fondos de salud de Medio Oriente. Otra opción es ofrecer garantías para los compradores de los bonos de la Eurozona y contar con la participación del FMI. Estas condiciones se definirán el mes que viene. Si el fondo se sustentara sólo sobre las finanzas de los países de la Eurozona, el problema de fondo de solvencia de los Estados seguiría vigente, plantean algunos analistas. Un camino alternativo que Alemania insiste en evitar es un rescate directo por parte del BCE, es decir, que emita para comprar bonos de las economías débiles.
El tercer elemento que compone el paquete de salvataje al euro es la recapitalización de los bancos. Se elevaron los niveles mínimos de capital de máxima calidad hasta el 9 por ciento de los activos ponderados por riesgo. Unos 70 bancos deberán acceder para mediados de 2012 a 106.000 millones de euros, según estimaciones oficiales, aunque esa magnitud es fuente de controversias. La idea de los gobiernos es que las entidades salgan a financiarse al mercado, con la posibilidad de que la UE otorgue la garantía. En última instancia, que sean asistidos por el fondo de rescate.
Ahora el ojo está puesto en Italia, que está ahogada financieramente y tiene una deuda pública colosal, de 1,8 billón de euros. Alemania y Francia presionan para que Italia aplique un fuerte ajuste fiscal. Sin embargo, esas políticas suelen profundizar la incapacidad de pago, ya que son recesivas. «Todo depende de Italia. Si se cae, la recapitalización no va a servir para nada. Italia debe implementar reformas fundamentales, si no, el euro es historia», señaló Lüder Gerken, director del Centro para Políticas Europeas, ubicado en Alemania.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-179970-2011-10-28.html
rCR