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Cronopiando

Una triste alegoría

Fuentes: Gara

Son muchos los testimonios de náufragos a punto de morir ahogados que, para su fortuna, fueron rescatados por delfines. Probablemente, los delfines no aprendieron semejantes prácticas de socorro en las redes sociales pero saben que los tenidos por seres humanos no respiran bajo el agua y cuando se han encontrado algunos de estos ejemplares en […]

Son muchos los testimonios de náufragos a punto de morir ahogados que, para su fortuna, fueron rescatados por delfines. Probablemente, los delfines no aprendieron semejantes prácticas de socorro en las redes sociales pero saben que los tenidos por seres humanos no respiran bajo el agua y cuando se han encontrado algunos de estos ejemplares en el mar braceando desesperadamente por mantenerse a flote, colocándose debajo, los han ido empujando hacia la costa y han evitado su muerte.

A los delfines los humanos los tienen por inteligentes aunque no tanto por rescates como los que menciono sino por lo bien que trabajan como delfines en sus películas y las habilidades que demuestran en sus acuarios para los turistas. Les resultan tan simpáticos que ni siquiera les caen a palos como a otras alimañas, cuando los sorprenden varados en una playa, y menos aún si se trata de una preciosa cría. Al contrario, hasta se los pasan de mano en mano conservando en selfis para la posteridad tan entrañable y definitivo encuentro.

Ya hace rato que está corriendo el día en que los tenidos por seres inteligentes, felices de la exclusiva, se disputan la suerte de ser los primeros en hacerse un selfi junto al deshielo de los glaciares, la lluvia ácida, el calentamiento del planeta o el general desplome de la vida.

(Euskal presoak-Euskal herrira)

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