¿Qué es enfrentarse al terrorismo con la unidad de Europa? ¿Unidad en torno a qué? Ni siquiera puedo escribir libremente este texto, el famoso artículo 510 del Código Penal español me tiene las manos atadas como ciudadano occidental. ¿Cómo escribo para que alguien no considere que estoy incitando al odio? ¿Por qué me tienen que […]
¿Qué es enfrentarse al terrorismo con la unidad de Europa? ¿Unidad en torno a qué? Ni siquiera puedo escribir libremente este texto, el famoso artículo 510 del Código Penal español me tiene las manos atadas como ciudadano occidental. ¿Cómo escribo para que alguien no considere que estoy incitando al odio? ¿Por qué me tienen que prohibir sentir, es decir, odiar? ¿Por qué me exigen que no tenga fobia contra el Islam o contra quien sienta que siento fobia, o sea, temor, antipatía? ¿En la libre Europa sentir algo y decir lo que se piensa y se siente es un delito por el simple hecho de que otros -que no yo- pueden delinquir? ¿Dónde queda entonces la responsabilidad de los otros? ¿Soy yo el niñero de los demás?, ¿no puedo decir palabrotas porque hay niños delante?
Si como estudioso de las ciencias sociales afirmo que las sociedades sometidas a la religión suelen ser las más atrasadas en lo intelectual e incluso en lo económico, ¿ya estoy incitando al odio? Las naciones occidentales que lograron orillar la religión y, en la medida de lo posible, establecieron de manera efectiva que se le diera al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, son las más poderosas del mundo y también las más codiciosas, paradójicamente. A ellas les debemos nuestro progreso y también la existencia del terrorismo islámico. ¿Incito al odio si digo esto?
Estoy harto de gestos inútiles: los colores de la bandera francesa o belga en los edificios, las condenas por aquí y por acullá, las declaraciones postmodernas, el periodismo superficial que se repite como un papagayo, que no hace ningún servicio público porque no forma, sólo habla de sangre.
Los fundamentalistas del Islam son el efecto de algo, hay factores históricos del pasado y del presente que los han parido y los han parido otros terrorismos no islámicos e islámicos. La unidad empieza por analizar lo que hemos hecho y por mirar la viga en nuestros ojos, hasta Bélgica está desunida y Europa está rota por una doctrina económica voraz, ¿de qué unidad me hablan? Aquí vamos a morir muchos y la famosa mundialización se puede a ir a hacer puñetas si el fascismo avanza, cierra fronteras y mentes. Si ocurre eso en Europa y en EEUU, no habrá sido toda la culpa del yihadismo sino también de la codicia derivada, en parte, de otros fanatismos religiosos, sepulcros blanqueados que nos piden unidad, ¿bajo qué principios?, ¿dónde están, si nos los vienen quitando otros terroristas desde hace décadas, nacidos en la cúspide de nuestra propia cultura?
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.