No es casualidad que el gobierno ecuatoriano cierre la última ronda de negociación de un tratado de libre comercio (TLC) con la Unión Europea (UE) el primer día de la copa mundial de fútbol, Brasil 2014. Alrededor del asunto del TLC se ha montado un gran sainete, recurriendo a diversos trucos, como exhibir una y […]
No es casualidad que el gobierno ecuatoriano cierre la última ronda de negociación de un tratado de libre comercio (TLC) con la Unión Europea (UE) el primer día de la copa mundial de fútbol, Brasil 2014.
Alrededor del asunto del TLC se ha montado un gran sainete, recurriendo a diversos trucos, como exhibir una y otra vez las declaraciones presidenciales con relación a que «no se firmará un TLC». De hecho, el mismo presidente es autor de varias publicaciones que describen con detalle las falacias del libre comercio. Pero esto es cosa del pasado pues ahora aquellas preocupaciones se ven solo como parte de una campaña de propaganda para tratar de no mencionar la cruda realidad: el TLC con la UE, Si es un TLC.
El desliz, hace unos meses, del ministro que encabeza las negociaciones, admitiendo que el Ecuador deberá adherir al Acuerdo firmado por Colombia y por Perú, ha sido extrañamente encubierto, traspapelado en la memoria gracias a innumerables de frases oficiales ambiguas, y ondulantes.
En efecto, en Colombia o Perú difícilmente alguien pondría en duda que lo firmado con la Unión Europea es un tratado de libre comercio; se reconoce más bien que el nombre de «Acuerdo Comercial Multipartes» es temporal para la UE, mientras se unen Ecuador y Bolivia, las partes faltantes… Ni tampoco en México y Chile, donde los Acuerdos de Asociación con la UE llevan ya varios años de aplicación, se dudaría que estos acuerdos son en realidad acuerdos de libre comercio.
De esta manera la UE va completando el rompecabezas en la región. Ya ha firmado Acuerdos de Asociación con México, Chile, Centroamérica, Colombia, Perú, y está abriendo camino para retomar las negociaciones con el Mercosur.
La el TLC Ecuador-UE construye en la práctica un ALCA maquillado con otro nombre y otro autor. El plan geoestratégico de los grandes países europeos es, al fin de cuentas, controlar territorios y mercados con «reglas de juego claras» (¿no suena conocida la frase?) que garanticen plenamente a sus inversiones (relacionadas con el abastecimiento -o control del negocio- de petróleo, minerales, energía, agua, comunicaciones, transporte, etc) y los derechos de propiedad intelectual (por ejemplo las patentes sobre fármacos; los derechos de obtentor sobre semillas y otros).
Entonces, la pregunta es ¿por qué tanto rodeo y eufemismo en el caso del Ecuador? La respuesta, nos parece, tiene que ver con el país, pues Ecuador con la resistencia pasada, puso cimientos al modelo neoliberal, con las movilizaciones contra el ALCA y el TLC bilateral con EE.UU, y después, en el proceso constituyente, con pasos concretos para hacer frente al libre comercio y a las pretensiones de las corporaciones transnacionales, puntas de lanza del capitalismo salvaje.
Con razón, la Constitución del Ecuador prohíbe la privatización del agua, y establece que su gestión será exclusivamente pública y comunitaria. También reconoce que la soberanía alimentaria es una obligación del Estado para garantizar la autosuficiencia de alimentos sanos y culturalmente apropiados. Señala que en el ámbito de las compras públicas los productores nacionales, particularmente los pequeños y medianos, tendrán un trato preferencial. Y menciona en forma clara que no se podrán celebrar tratados internacionales que suponen ceder soberanía en tribunales de arbitraje internacionales. Posición que por cierto ayudó al impulso de una auditoría de tratados bilaterales de inversión que, en las actuales circunstancias, queda sin respaldo político.
La Unión Europea es el mayor exportador de alimentos elaborados, el segundo mayor exportador de leche y sus derivados y de carne de cerdo, y el tercer mayor exportador de aves de corral. Es además el segundo mayor proveedor de servicios. En condiciones de crisis, como la que atraviesa desde el año 2008, la UE espera que estos acuerdos le ayuden a salir de su grave situación económica.
La cancha no sólo está marcada, también está inclinada. La goleada parece inminente. Y, para completar el panorama, algunos espacios oficiales vienen trabajando para «armonizar» la Constitución con los términos del Acuerdo, así que también habrá auto-gol.
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