Este miércoles la Unión Europea dejó de reconocer al dirigente opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, tras expirar el mandato de la Asamblea Nacional el martes, aunque señaló su intención de trabajar con él y otros dirigentes venezolanos para lograr una salida pacífica a la crisis política.
En un comunicado, el alto representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, aseguró que la UE mantendrá su contactos “con todos los actores políticos y de la sociedad civil para devolver la democracia a Venezuela, incluido en particular Juan Guaidó y otros representantes de la Asamblea Nacional saliente”.
La Unión Europea evitó apoyar la extensión del mandato de Guaidó como presidente de la Cámara y por lo tanto como autoproclamado presidente encargado. En diciembre los Veintisiete decidieron no reconocer el resultado de las elecciones legislativas en Venezuela, al considerar que no cumplieron los estándares internacionales “mínimos” y se dieron un mes de plazo para definir su relación con la Asamblea Nacional.
En este sentido, Borrell lamentó “profundamente” que la Asamblea Nacional haya asumido su mandato este martes tras unos comicios que no fueron democráticos. Asimismo, ha reiterado su apuesta por un diálogo nacional inclusivo que permita una salida política a la crisis en Venezuela que pasa por la celebración de elecciones locales, legislativas y presidenciales.
“La UE llama a las autoridades venezolanas y sus líderes a priorizar los intereses del pueblo venezolano y unirse para empezar una transición liderada por venezolanos que pueda permitir una salida pacífica, inclusiva y sostenible a la crisis”, ha añadido la declaración del Alto Representante, que ha reiterado que la UE está lista para apoyar ese proceso.
O sea, la constitución de la nueva Asamblea de Venezuela este martes ha colocado en una posición complicada a la Unión Europea: a partir de ahora reconoce el liderazgo de Juan Guaidó, pero lo hace solo como miembro destacado de la oposición. Tras las elecciones de diciembre, Guaidó trató de recabar apoyos en Bruselas y solicitó en una comparecencia virtual organizada por el grupo liberal Renew del Parlamento Europeo que las instituciones del Viejo Continente le siguieran reconociendo como presidente encargado Para mantener la pugna con el actual mandatario, Nicolás Maduro, tomó este martes posesión de una farsesca Cámara paralela.
Pero sus gestos no han sido suficientes. Bruselas tenía sobre la mesa tres opciones: la de no reconocer a Guaidó en absoluto, algo que daría alas al régimen de Maduro; la de mantener su apoyo de forma completa, algo que ya resultó complicado y generó tensiones en 2019; o la de considerarlo una especie de primus inter pares, un rostro visible y destacado de la oposición, un gesto que permitiría de algún modo seguir protegiendo a la disidencia e incluso abrirle la puerta a los fondos que el país tiene repartidos en otros países, como el Reino Unido, Suiza, Estados Unidos o Portugal.
EE.UU.
En respuesta a la instalación de la nueva Asamblea Nacional, el secretario de estado de Estados Unidos Mike Pompeo declaró que no la reconocerían ni tampoco sus pronunciamientos. Es que bajo el paraguas del llamado «Estatuto de Transición», la oposición liderada por Juan Guaidó quien deja de ser parlamentario, promueve -con el apoyo de Estados Unidos- la narrativa de la «continuidad administrativa» y el desconocimiento de la AN recién electa.
En paralelo, sobre la crisis política de EEUU, Pompeo ha expresado que no reconoce la elección de Joe Biden. The Wall Street Journal, por su parte, tituló: «Oposición venezolana debilitada cuando Biden asuma el cargo”.
La AN convoca al diálogo
Guaidó, que en enero de 2019 se autoproclamó ‘presidente encargado’ del país haciendo valer precisamente su legitimidad frente al presidente, Nicolás Maduro, ha lanzado un nuevo llamamiento a la “unidad” para encarar lo que considera un último intento para poner fin a la “usurpación” que representaría el actual Gobierno.“Exorcizar” a Guaidó
El chavismo retomó este martes control del Parlamento de Venezuela enfocado en sepultar los dos años de la jefatura del opositor Juan Guaidó, que intenta mantener un congreso paralelo con apoyo de Estados Unidos y otros aliados internacionales. Con 256 de 277 escaños ganados el pasado 6 de diciembre en unas elecciones boicoteadas por parte de la oposición, que las tildó de “fraude”, y desconocidas por Washington y la Unión Europea, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y sus socios políticos pasaron a dominar la unicameral Asamblea Nacional en el período 2021-2026.
“Estamos obligados al exorcismo” tras los cinco años del Parlamento opositor, lanzó el exministro de Comunicación Jorge Rodríguez, electo por aclamación para presidir el Legislativo. “Muy temprano rociamos con agua bendita cada rincón”, añadió con ironía. Rodríguez convocó a un “gran diálogo político” en el que participe todo el espectro de la oposición, incluidos quienes boicotearon las legislativas.
Pero al mismo tiempo negó una “reconciliación con amnesia” en relación al período legislativo anterior, en el que Guaidó se proclamó presidente encargado de Venezuela con reconocimiento de medio centenar de países, en 2019, e impulsó una avalancha de sanciones para tratar de forzar la salida del poder de Maduro. “Métanse sus sanciones por donde les quepan (…), son inútiles”, zanjó.
Maduro -que junto a los candidatos del PSUV propuso durante la campaña legislar para castigar a los “traidores”, refiriéndose a Guaidó y a los congresistas de la saliente mayoría opositora- dijo sentirse “muy optimista” con ese llamado a “un diálogo inclusivo, de todo el país”.
¿Cuál será el futuro de Guaidó?
La prensa mundial -con The washington Post a la cabeza- detonó esta semana algo que es conocido y denunciado en reiteradas ocasiones por el gobierno venezolano: que Guaidó y sus secuaces se han robado miles y miles de millones de dólares del pueblo venezolano, liderando una red de corrupción que controla 116 mil millones de dólares que pertenecen legalmente al gobierno constituciuonal.
La abogada constitucionalista Olga Álvarez señala que los delitos cometidos por Guaidó y por quienes han estado llamando al bloqueo, quienes han participado de la organización delictiva que contrato mercenarios para desestabilizar el país, no están exentos de responsabilidad y todos esos actos fueron realizados fuera de las funciones que tenían como diputados. No tienen relación alguna con sus funciones legislativas.
Lo que hicieron esta fuera del marco de las leyes y la Constitución, delitos tipificados en la Ley Orgánica contra el Terrorismo y la delincuencia organizada, enmarcados en el Código Penal, vinculados a delitos contra la seguridad de la nación, lo que comúnmente llamamos delitos contra la patria. Además incurrieron en delitos de lesa humanidad que no prescriben y que están sometidos a la posibilidad de ser perseguidos internacionalmente desde el escenario de la Corte Penal Internacional, añadió Álvarez.
*Periodista venezolana, colaboradora del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)