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Venezuela: 2024 de “Súper Bigote”

Fuentes: CLAE

En Venezuela, donde la COVID-19 no hizo estragos como en algunos países vecinos, volvieron las marchas y los actos. Este último fin de semana miles y miles marcharon en el Día Mundial de los Trabajadores.

Una marcha y luego un acto cerca del Palacio de Gobierno, donde aparecieron por primera vez carteles con referencias claras a una eventual reelección de Nicolás Maduro para un tercer período consecutivo.

Carteles de “Super Bigote” una caracterización de historieta del presidente Maduro como superhéroe que enfrenta el bloqueo y al imperialismo, dejaron claro que en el Palacio de Miraflores ya se piensa en las elecciones del segundo semestre o fines de 2024, para el mandato 2025-2030.

Es el juego que mejor juega y que más le gusta al gobierno: marcar la cancha de la política interna. 2024 parece muy cuesta arriba para la oposición que ni siquiera tiene candidato. Así el gobierno apura los tiempos y ya tiene el suyo: Nicolás Maduro.

Si el presidente Maduro es reelecto, en el inicio del tercer mandato superaría la cantidad de años de Hugo Chávez al frente del Poder Ejecutivo venezolano. Una marca difícil de imaginar hace poco años atrás, en el primer tramo del primer mandato de Nicolás Maduro o en los primeros dos años del segundo mandato, cuando parecía acorralado por una ofensiva de unos 50 países que se alinearon con Estados Unidos y lo desconocían.

Esos días ya parecen lejos, y aunque hoy por hoy Maduro no parece tener rival en 2024, las acechanzas, viejas y nuevas, están ahí. En el actual panorama, por más que los precios del petróleo favorezca a los países productores como Venezuela, el país va a quedar afectado por la guerra en Europa en términos del intercambio comercial, acceso a bienes y servicios y a los aprovisionamientos de insumos industriales y agrícolas.

Tampoco está claro todavía cómo pueden afectar las sanciones occidentales a Venezuela de un aliado como Rusia, que ha ayudado hasta ahora a Venezuela a escapar al bloqueo impuesto desde Estados Unidos para vender materias primas, comprar productos de primera necesidad y acceder a los mecanismos de pagos internacionales, que ahora Rusia también tiene bloqueados.

El gobierno de Vladimir Putin insiste y ya ha mostrado que tiene músculo para resistir a lo interno, pero los rebotes que pueden recibir sus aliados no están todavía claros. De cualquier forma, en principio, el aumento de los precios del petróleo es vital para Venezuela, y Nicolás Maduro ya prometió que esto se verá en la recomposición del salario y los beneficios de los trabajadores de todos los sectores y de los pensionados, para quienes anunció bonos especiales.

Si este camino de recomposición se consolida en el segundo semestre de 2022 y en 2023 y 2024, parece difícil que alguien pueda hacerle frente a “Super Bigote” en las próximas presidenciales.

*Periodista argentino del equipo fundacional de Telesur. Corresponsal de HispanTv en Venezuela, editor de Questiondigital.com. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)