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Venezuela capea la crisis financiera capitalista

Fuentes: Rebelión

La crisis financiera toma ribetes incalculables en Estados Unidos, la Unión Europea y Japón, y mientras la mayoría de los países en desarrollo del mundo esperan con expectación y ansiedad los desastres que para sus economías pueda provocar esa depresión, Venezuela se siente segura y afirma que está lejos de padecer los graves problemas que […]

La crisis financiera toma ribetes incalculables en Estados Unidos, la Unión Europea y Japón, y mientras la mayoría de los países en desarrollo del mundo esperan con expectación y ansiedad los desastres que para sus economías pueda provocar esa depresión, Venezuela se siente segura y afirma que está lejos de padecer los graves problemas que se avecinan.

Para enfrentar los graves problemas financieros actuales del capitalismo, Caracas cuenta con reservas internacionales que alcanzan 40 000 millones de dólares, más 40 000 que están distribuidos en el Fondo de Desarrollo de la Nación (Fonden) y en los fondos Chino y Ruso, entre otros.

En cuanto a la baja en el precio del petróleo, el presidente Hugo Chávez señaló que su país está en condiciones de soportar los declives recientes pero que el importe debe estabilizarse entre 80 y 90 dólares por barril lo que sería suficiente para continuar con el Proyecto Nacional Simón Bolívar.

Ante la crisis, los países desarrollados han inyectado millonarias sumas del dinero público para salvar a los bancos con las consecuentes disminuciones en los presupuestos destinados a los programas sociales.

Contrariamente, Venezuela destinará el 48 % del presupuesto nacional del 2009 a los diferentes programas sociales que se han puesto en marcha durante los últimos años.

El presupuesto del año 2008 para el gasto social fue del 45 %, o sea, 64,7 millones de bolívares fuertes, que en dólares es cerca de 30 000 millones de dólares, en inversión directa, programas de alimentación, salud, educación y las misiones. El proyecto es esa esfera, que se discute actualmente en la Asamblea Nacional será de 78,6 millones de bolívares fuertes, alrededor de 44 000 millones de dólares.
Otro factor que posibilita a Caracas no sufrir los fuertes embates de la crisis financiera es que desde hace unos años se desligó del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Mundial y diversificó sus mercados para no depender solo de Estados Unidos.

En julio pasado, ante las gestiones que el Banco de Santander (tercero más grande del país y el más antiguo) se encontraba realizando para vender sus acciones al capital privado nacional, el Gobierno trató de adquirirlo pero sus directivos se negaron, lo cual motivo la decisión de nacionalizarlo.

El Grupo Santander cuenta con 285 oficinas en todo el país, 3 millones de clientes y 4.565 empleados y en los primeros seis meses de este año había obtenido 171 millones de dólares, lo que representó un 29 % más que en el mismo período de 2007. Su nacionalización será un paso importante en el control de las finanzas a favor del Gobierno.

A principios de octubre, el ministro venezolano de Finanzas, Alí Rodríguez, informó que tras una reunión importante y productiva con el Grupo, se concretará la nacionalización en un plazo máximo de dos meses.

Asimismo, Rodríguez negó que el Gobierno tenga planes de estatizar todo el sistema financiero venezolano.

El Grupo Santander se hizo con el control del llamado Banco de Venezuela en diciembre de 1996, cuando adquirió el 80 % de las acciones en una subasta por 301,1 millones de dólares y después obtuvo otro 13 % accionarial, mientras el restante se distribuyó entre personas privadas.
En el año 1994 estalló en Venezuela una crisis bancaria parecida a la que sufre hoy Estados Unidos y que afectó en esa ocasión a un tercio de la población, a casi la mitad de las instituciones financieras y le costó al Estado el 10% del Producto Bruto Interno (PIB).

La crisis se presentó cuando en enero de ese año el segundo Banco del país, el Latino salió del sistema y arrastró a otros grandes y pequeño en una insolvencia estructural que se extendió por todo el sector financiero.

Para finales de 1994, 75 instituciones financieras habían cerrado y muchos rentistas y ahorristas quedaron sin fondo. El Estado para evitar una quiebra total, intervino 19 entidades con la puesta en práctica de un plan de rescate bancario que fue conocido como «rescate de los banqueros».

El ex ministro de Comunicaciones en esa época, Luis Felipe Egaña declaró recientemente a la emisora inglesa BBC que «Hubo una combinación peligrosa insana entre sectores políticos y sectores financieros que ayudó a crear aquella burbuja, porque parte de los recursos se desviaban a actividades, algunas muy riesgosas, de los propios accionistas y directivos de las instituciones».

Dos años después de solventada la crisis, varios bancos fueron definitivamente cerrados, otros nuevamente privatizados y algunos vendidos a capitales extranjeros por el gobierno del entonces presidente Rafael Caldera.

Pero ahora corren aires distintos y el Caracas, con un control mayor sobre los recursos energéticos mediante la nueva Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) y también sobre las finanzas del país, se encamina a esquivar la crisis económica capitalista mundial sin detener los grandes programas sociales que se llevan a cabo en todo el territorio nacional.