Tras meses de desinformación y especulaciones, finalmente, el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano despejó las incógnitas sobre las fechas de las próximas elecciones y la sorpresa es que decidió desdoblarlas: en decisiones tomadas por unanimidad (quiere decir, con el voto incluido de la oposición) acordó celebrar la votación presidencial el 7 de octubre de 2012. […]
Tras meses de desinformación y especulaciones, finalmente, el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano despejó las incógnitas sobre las fechas de las próximas elecciones y la sorpresa es que decidió desdoblarlas: en decisiones tomadas por unanimidad (quiere decir, con el voto incluido de la oposición) acordó celebrar la votación presidencial el 7 de octubre de 2012.
Asimismo, decidió separarla de los comicios para gobernadores, alcaldes y cuerpos deliberantes estadales, que serán en diciembre de ese año y en abril del 2013.
Si bien está decidido que el candidato oficial sea Hugo Chávez, que irá por otra reelección pese a su enfermdad, nada se sabe aún sobre su contendiente opositor, ya que los intentos de encontrar consenso entre los nuevos y viejos candidatos, no ha llegado a buen puerto y nada hace prever que se logre un acuerdo antes de las elecciones primarias convocadas por la llamada Mesa de Unidad Democrática para febrero próximo.
Y aunque parezca mentira, todos parecen estar conformes con la decisión del CNE, chavistas y opositores. Vicente Díaz. Rector electoral oposito, señaló que el adelanto ni le suma ni le resta a los candidatos, lo cual no impedirá que desde ahora comience el fuego graneado contra el ente electoral, intentado mostrar falta de transparencia, tratando de minar su credibilidad. Cuando se pierde, siempre hay posibilidad de denunciar un fraude…
Pese a no estar en contra de la decisión, los antichavistas, bajo la tesis de que serán los ganadores de los comicios presidenciales, insisten en proponer una ley de transición, ya que mediarán prácticamente cuatro meses entre la decisión popular y las asunción del nuevo gobierno.
Alegan que con esa ventaja de fechas, el ganador de las presidenciales tendrá mucha incidencia en los comicios para gobernadores -impulsará sus propios candidatos- y. cuatro meses después de que sean elegidos éstos, podrá presionar para la elección de sus alcaldes.
Sin duda, la oposición presentará un proyecto de ley de transición, que la Asamblea Nacional, con amplia mayoría chavistas, rechazará.
Hay eventualmente dos polos, aunque muchos más candidatos a presidente dentro del MUD, lo que atenta en especial a la unidad opositora, basada no en propuestas y proyectos sino en estar en contra de Chávez y el modelo bolivariano. Hablamos de los que pueden juntarse detrás de un candidato socialdemócrata y quienes pueden agruparse detrás de uno socialcristiano.
Para el director del diario Últimas Noticias, Eleazar Díaz Rangel, «sus propias fuerzas internas, las presiones de grupos e individualidades extrapartidos y las aún más poderosas fuerzas externas, serán superiores a los factores que conspiran contra la su unidad».
Pero la fecha más importante es la del 7 de octubre de 2012, cuando no sólo estará en juego la permanencia de Hugo Chávez al frente del ejecutivo sino la continuidad misma del proceso bolivariano, de su proceso de transformación, sus misiones sociales, de su política exterior.
No será fácil llegar a esa fecha: falta más de un año y el terreno está minado de peligros endógenos y exógenos. Si bien la mayoría de la oposición cree que la oportunidad de salir de Chávez está en las urnas, otros piensan (y las encuestas aún les dan la razón) siguen intentando los atajos, el golpe, la injerencia extranjera, y se basan en la agresión a Libia como antecedente a tener en cuenta en el nuevo escenario mundial de resolución de controversias.
No sólo los venezolanos estarán pendientes de los comicios: el temor no es sólo a lo que Chávez hace en Venezuela sino a su prédica en otras latitudes del sur. Y en Washington habrá quienes apoyen a los grupos opositores que opten por la vía electoral: a éstos le prestarán todo el apoyo financiero e institucional (al igual que varios gobiernos y partidos de la derecha europea) y desde el Norte seguirán desprestigiando no solamente al gobierno de Chávez sino a sus funcionarios, con el apoyo siempre dispuesto a la cartelizada prensa comercial trasnacional y endógena también.
Habrá otros países -gobernantes, dirigentes partidistas- que prefieren las soluciones golpistas, con la idea de que una derrota total del chavismo es un golpe directo no solo a otros proyectos que se llevan a cabo en América Latina, sino también al proceso de integración sud y latinoamericano.
Pendiente del hecho que la oposición sigue presionando por mlas relaciones con Bogotá y alentando presiones sobre la franja fronteriza, el mandtario colombiano Juan Manuel Santos señaló a su paso por Buenos Aires, que el presidente Hugo Chávez es un factor de estabilidad en Venezuela, lo que corroboró su compatriota y secretaria general de Unasur, María Emma Mejía.
Para el ex vicepresidente José Vicente Rangel, mientras la imagen de Chávez se fortalece, hay gente conspirando abiertamente, hay dirigentes opositores -que dan claras señales de desesperación- lanzando contactos para cooptar militares, así como una campaña de descrédito contra instituciones públicas y contra los logros del poder popular.
Grupos oposicionistas, refirió, pretenden nuevamente engañar al pueblo venezolano. «No debe haber engaño posible y el Estado está obigado a actuar, en el marco de la Constitución, para preservar la democracia, la libertad y las conquistas sociales logradas con tanto sacrificio».
«Esto nos hace concluir que 2012 será un año difícil, porque no estamos en presencia de unas elecciones cualquiera», señala Díaz Rangel, quien señala que es amplio el espectro de medidas que pudieran tomar contra Venezuela, aunque hoy la economía venezolana no es tan dependiente de EEUU como lo era la chilena hace unos 40 años, y es muy distinta la situación mundial y particularmente, la de la región.
* Álvaro Verzi Rangel, Sociólogo venezolano, miembro del Observatorio en Comunicación y Democracia (ULAC)
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