De cara a las elecciones presidenciales de 2012, a nadie en Venezuela le convendría que se interrumpa la normalidad institucional, democrática. Pese a ello, los temas de un golpe o autogolpe, el futuro de las fuerzas armadas, la intervención foránea, están instalados en el debate público o al menos en el debate mediático venezolano, donde […]
De cara a las elecciones presidenciales de 2012, a nadie en Venezuela le convendría que se interrumpa la normalidad institucional, democrática. Pese a ello, los temas de un golpe o autogolpe, el futuro de las fuerzas armadas, la intervención foránea, están instalados en el debate público o al menos en el debate mediático venezolano, donde añejas y olvidadas figuras políticas de antaño intentan resucitar como salvadores de la patria.
La preocupación es la fecha de las elecciones presidenciales de 2012, porque el Consejo Nacional Electoral hasta ahora no las ha fijado, quizá esperando la evolución de la quimioterapia que se le aplica al Presidente Hugo Chávez.
Más que la fecha, preocupa las tensiones que se pueden desencadenar según cuándo se realicen los comicios. Si son en septiembre habría un presidente electo esperando cuatro meses para asumir. Y en el hipotético caso de perder Chávez, habrá un presidente cuatro meses hibernando. La oposición no concibe que un presidente que va por la reelección, se mantenga cuatro meses en el poder hasta la asunción de su (hipotético) sucesor… lo que alimenta la tesis del autogolpe con el que especula el antichavismo.
Los futuros inciertos desencadenan los demonios de la lucha por el poder, y no es de extrañar que eso suceda en las filas castrenses (donde juegan tanto los activos como los retirdos), en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y, obviamente en la oposición, donde a la falta de consenso de un referente único se suman autoproclamaciones de candidaturas presidenciales de los viejos dinosaurios de la llamada Cuarta República.
En la llamada Mesa de Unidad Democrática (MUD), no solo pelean por candidaturas, sino que deben definir un programa que los comprometa ser un gobierno de transición, de inclusión, de reinstitucionalización del país, según los dirigentes. Sobren consignas, faltan ideas y propuestas, sobre todo cuando se busca no repetir recetas del pasado, máxime cuando los referentes están hoy en bancarrota y difícilmente sirvan de modelo seductor para la ciudadanía.
Dentro del gobierno, las especulaciones apuntan a varios frentes o «combos», entre civiles y militares, entre fundamentalistas y pragmáticos, y donde aparecen casi siempre citados el vicepresidente Elías Jaua, el canciller Nicolás Maduro, el diputado Diosdado Cabello y el exgoberndor Ronald Blanco Lacruz (militares retirados), el ministro de Energía Rafael Ramírez, y los «veteranos» Alí Rodríguez y Jorge Giordani, sin olvidar a Adán Chávez, el hermano mayor del mandatario.}
Para los analistas, hoy en día -y en el corto plazo- las dos figuras más fuertes dentro del conglomerado chavista son Cabello y Maduro. Pero son sólo especulaciones.
Hay sectores pensantes en la oposición preocupados por el reactivismo instantáneo y constante de la dirigencia: si el gobierno dice blanco, hay que contestar negro, sin siquiera pensarlo. Creen que esa es la forma de confrontación… cuando en realidad ese apresuramiento lleva solamente a grandes papelones. Lo cierto es que en muchos temas de interés nacional, trascendentes, no discute ni traza líneas, sino que por la vía de los hechos se imponen directivas desde afuera sin que muchos de sus integrantes siquiera se enteren.
Por ejemplo, se pregunta Leopoldo Puchi, ¿Quién decidió en la Mesa de la Unidad que había que oponerse a la decisión de traer al país las reservas de oro que se encuentran en el extranjero? ¿Lo discutió la fracción parlamentaria? ¿Se debatió entre las organizaciones políticas o fue una iniciativa de otros factores que integran la oposición? (…) ¿Por qué se van a molestar los partidos venezolanos? ¿Hay alguna razón para que ese oro no esté en el Banco Central? ¿Qué tiene de malo que el oro de Venezuela regrese a Venezuela?
Martín Guedes, desde las filas chavistas, señala que la Revolución Bolivariana, pacífica y democrática está llegando al llegadero de las definiciones. Las declaraciones del subsecretario de Estado de los EEUU, afirmando que el «caso Libia demuestra que existe otra forma más eficaz y menos costosa de salir de regímenes incómodos» así lo demuestran. En momentos de definiciones el equilibrio condescendiente es un suicidio, indica. Un revolucionario debe ser un cuestionamiento y una protesta sobre las propias estructuras revolucionarias – revolucionarias en la medida en que estas sean ambiguas o pierdan su dinamismo radical – y sobre la sociedad, por su carácter deshumanizado fuente de opresión y de injusticia.
Parque Jurásico
Mientras, 21 partidos de la autocalificada «alternativa democrática» formaron una coalición de fuerzas llamada Unidad Popular Para Avanzar -Uppa-, con el claro liderazgo del ex candidto presidencial Henrique Salas Römer. El sector está conformado por aquellos partidos políticos que no lograron formar parte de la Mesa de la Unidad Democrática por no tener mayor cantidad de votos, pero que representaron más de un millón de votos en la pasada contienda electoral.
Salas Römer parte de la premisa de Chávez no estará en la contienda del año próximo y que si las «primarias (de la oposición, en febrero) se concibieron para escoger candidato frente a Chávez. Desaparecido electoralmente ¿no será bueno repensarlo? Para él se debe partir de un acuerdo y no de primarias. Sabe que una una oposición fragmentada está condenada a perder, tanto si enfrenta a Chávez o a cualquier otro candidato bolivariano con apoyo de éste.
Lo cierto es que el Presidente no tiene un sucesor y en el supuesto que no pueda competir deberá comenzar a construir su relevo (algo que no está haciendo en este momento). La ausencia de liderazgos de base bolivarianos da pie a la tesis de que la oposición no necesita primarias.
Si la dirigencia antichavista acuerda escoger a un candidato por acuerdo probablemente éste salga de los aspirantes presidenciales que en este momento no figuran en la intención de voto de los ciudadanos, seguramente provendrán del inagotable Parque Jurásico.
Y, así, Henrique Capriles Radonsky, Manuel Rosales, Antonio Ledesma, Leopoldo López, María Corina Machado, Pablo Pérez, los que aparecen en las encuestas, quedarían con los crespos hechos… Todos ellos adelantan el lanzamiento de sus precandidaturas. María Corina Machado, quien aún exhibe orgullosamente la foto de su entrevista con George W. Bush en la Casa Blanca , se olvidó de Irene Saéz y proclamó que es la primer mujer candidata a presidente, con consignas neoliberales, desestatizantes, y f rases dirigidas a disipar temores a represalias entre empleados públicos y «la familia militar» en caso de ganar las elecciones.
Lo único que ha mantenida unida -al menos mediáticamente- a la oposición es el odio anti-Chávez. En ausencia del Presidente ¿existen liderazgos lo suficientemente consolidados para mantener la unidad opositora y ser opción electoral?
Ramos Allup, por su parte, hace política-ficción y señala que si Chávez o el chavismo -porque Chávez puede no ser candidato- perdiera las elecciones presidenciales vendría la resaca, un lapso de decaimiento.
«Habrá una tregua, no sé de cuánto tiempo. Si el nuevo gobierno acierta, el chavismo seguirá decayendo porque habrá comparaciones y si desacierta, unos dirán que el chavismo era mejor. Siempre habrá allí una fuerza, que no es mala desde el punto de vista democrático porque debe haber fuerzas equilibrantes. Una cosa es que Chávez no quiera admitir que la mitad del país está contra él o no está de acuerdo con su proyecto, pero para nosotros, el otro existe y debe actuar en política ajustándose a la Constitución», indica.
Y no es sólo Salas Römer, el rcordado perdedor ante Chávez en 1998. También afloraron las «posibles» candidturas de viejos dirigentes como los ex candidatos presidenciales socialcristianos Eduardo Fernández y Osvaldo Álvarez Paz, y el titular de la alguna vez socialdemócrdata Accción Democrática, Henry Ramos Allup.
«E l problema nacional reclama un liderazgo de equilibrio, de madurez y de capacidad de diálogo», señala El Tigre Fernández, quien cuenta con apoyos de los socialcristianos europeos, y afirma que «llegó la hora de los cambios». En medio de la crisis capitalista internacional, repitió su propuesta de dos décadas atrás: la importancia tener «inversiones públicas y privadas» , así como «inversiones nacionales e internacionales» p ara reactivar el parque industrial del país.
Cuenta el oficialista Correo del Orinoco que en una conversación con el presidente Chávez, Fernández le dijo «a usted le conviene pasarse un ratico en la oposición democrática». Le esgrimió: «En su formación como líder político hay una asignatura que usted no ha aprobado, y la asignatura que usted todavía no ha aprobado es ser oposición, y volver al gobierno desde la oposición». El Tigre es muy experimentado en estar en la oposición…
Ramos Allup señala que la MUD trata de presentar un candidato único AD-ABP-UNT-Copei-Convergencia-
Golpe a golpe, verso a verso
El exvicepresidente José Vicente Rangel afirmó que la reciente agresión contra las mujeres que presiden poderes públicos, efectuada en el semanario Sexto Poder, forma parte de una ofensiva activada contra las instituciones del Estado, que «tiene el sello de la subversión contra la democracia y el Estado de Derecho». El semanario publicó una composición fotográfica en la que aparecen vestidas de cabareteras las mujeres que están al frente de importantes cargos públicos, las calificó como las mujeres de Chávez, y el cabaret supuesto llevaba por nombre La Revolución.
Rangel indicó en su programa que sectores de oposición preparan una campaña sobre la supuesta parcialidad y dependencia del Poder Ejecutivo del CNE. Dijo que hay grupos dentro de la contrarrevolución que no están de acuerdo con esta idea, pues consideran que conduciría a la abstención.
Los dirigentes opositores y los medios de comunicación comercial han especulado sobre la posibilidad que, ante una eventual derrota electoral se ha manejado la tesis del autogolpe, aun cuando señalan que los militares no desconocerán los resultados y que hay oficiales afines al Gobierno tendiendo puentes hacia la oposición.
Parten de palabras de Presidente señalando que tiene dudas acerca de si la vía era la armada o la electoral, luego su hermano Adán Chávez, señalando que no descarta la vía de las armas para que la revolución se imponga y la tercera, una declaración del general Henry Rangel Silva, cuando dijo que la FAN no aceptaría un resultado electoral desfavorable a Chávez.
«Hay malestar y el Presidente lo sabe. Para diluir eso, el Presidente y sus voceros dicen que quienes les calientan la oreja a los militares somos los civiles de la oposición. Está al tanto de las pintas en los cuarteles, de las murmuraciones, de la rabia por los negocios de la cúpula, por la presencia de cubanos, por las desviaciones partidistas de la FAN… Estoy en capacidad de asegurar que no tienen fuerza para un autogolpe», señala Ramos Allup.
Y lanza el mismo estribillo que otros dirigentes de la oposición: «aquí no habrá persecución pero tampoco impunidad» para los corruptos. Pero para los sectores pensantes de la oposición, la campaña de ataques a la Fuerza Armada ayudarían a Chávez a consolidar su poder dentro de la institución castrense y estimularía tendencias golpistas.
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