«El “bloqueo total” a todos los petroleros sancionados que llegan y salen de Venezuela es un mensaje estridente lleno de afirmaciones difíciles de entender», aseguró Francisco J. Monaldi, experto del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad Rice. Asegura que el mensaje tendrá efectos negativos para las finanzas venezolanas y las estadounidenses.
El mercado petrolero como bien se sabe es un mercado universal. Bloquear a Venezuela y a Rusia al mismo tiempo es muy probable que provoque un aumento de la inflación en Estados Unidos, porque dos clientes importantes de Venezuela, China e India irán a comprarlo a otra fuente en la que competirán contra Estados Unidos y eso elevará el precio del petróleo y los combustibles en Estados Unidos.
Es evidente que con un bloqueo cuya agresividad es claramente ilegal a los ojos del resto del mundo, Trump ya ha declarado en su corolario de la Doctrina Monroe que los recursos de América Latina pertenecen todos ellos a Estados Unidos. Solo bajo es interpretación tiene lógica su último argumento para justificar el robo de un buque petrolero venezolano cargado con un millón de barriles de petróleo. Trump dice ahora que al asaltar con marines ese barco en una operación copiada de la técnica de los piratas de Somalia, Estados Unidos dice haber recuperado un cargamento de petróleo que era suyo y que los venezolanos lo había extraído ilegalmente de su subsuelo.
La narrativa del cártel de los Soles se hace irrelevante ante este nuevo delirio del equipo de Trump para justificar sus fechorías. La prepotencia estadounidense hace evidente que el desenfreno ante la impotencia real de Estados Unidos es una realidad que pone a Trump al borde de la locura.
Maduro tiene ya comprometidas a China las inmensas reservas de petróleo venezolano de modo que a Washington no queda otro remedio que el cambio de régimen y esa puede ser una movida muy arriesgada en lo que hoy es ya un mundo multipolar. Es muy poco probable que Rusia y China vayan a aceptar perder su cabeza de playa en Latinoamérica y eso terminará involucrando también a Guyana y Brasil.
La coyuntura política entre Washington y Caracas hace ahora aparecer como un sueño surrealista el proyecto de dar el Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado para dotarla de una credencial de prestigio antes de colocarla en Miraflores. lo mas probable es que Venezuela use alguno de los juguetes bélicos que le han regalado esta Navidad sus aliados para dar seguridad a los buques petroleros que entran y salen de sus aguas territoriales. Si Estados Unidos se arriesga a tanto estallará una batalla real donde Venezuela y sus amigos tienen ya ubicados los medios para imponerse, al menos en el Mar Caribe, y eso sería el final de la Doctrina Monroe.
Conviene recordar aquí que el corolario de que los recursos latinoamericanos son para la exclusiva explotación de empresas estadounidenses ya causan escozor en México y Colombia, escozor que podría calmarse aumentando la presencia del binomio Rusia- China.
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