Como una muestra más de que al calor de la Revolución, se siguen produciendo hechos que sirven para apuntalar todo lo construido y seguir profundizando el proceso, cada vez cobra más fuerza el rescate de la memoria histórica. Precisamente por ese adagio que señala que «un pueblo sin memoria, no puede construir un futuro estable». […]
Como una muestra más de que al calor de la Revolución, se siguen produciendo hechos que sirven para apuntalar todo lo construido y seguir profundizando el proceso, cada vez cobra más fuerza el rescate de la memoria histórica. Precisamente por ese adagio que señala que «un pueblo sin memoria, no puede construir un futuro estable».
Así fue que en su momento, el Comandante Hugo Chávez escuchó la voz del pueblo y decidió impulsar la Comisión Por la Justicia y la Verdad de la República Bolivariana de Venezuela.
La referida Comisión está integrada por 19 miembros de los cuales 10 pertenecen al frente de familiares y amigos de asesinados, desaparecidos, torturados por razones políticas durante ese periodo, y los nueve restantes pertenecen a los Poderes Públicos, entre ellos se encuentra el Alcalde del Municipio Libertador Jorge Rodríguez.
Recientemente estuvieron en Buenos Aires dos integrantes de esta Comisión, Rubén Darío González y Carlos Alexis Castillo, asesor y representante, respectivamente, del Alcalde Jorge Rodríguez, quienes intercambiaron experiencias con personalidades y organizaciones con trayectoria en la misma causa, como por ejemplo: Abuelas y Madres de Plaza de Mayo o la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad de la Procuraduría General de la Nación.
Conversamos con González y Castillo, tratando de bucear en los motivos fundamentales que impulsan esta nueva iniciativa bolivariana y en los avances producidos en el rescate de la memoria.
– ¿Cuáles son los objetivos de esta Comisión por la Memoria que ustedes integran?
Castillo: La Comisión por la Justicia y la Verdad tiene como objetivo investigar los crímenes de lesa humanidad ocurridos durante el período 1958-1998 en Venezuela. Crímenes que tienen que ver con desapariciones forzosas, asesinatos, torturas, prisiones sin justificación alguna, que se aplicaron a venezolanos y venezolanas que por razones políticas intentaron emitir sus opiniones o reclamar sus derechos humanos o sociales.
A consecuencia de ello, los gobiernos con fachada democrática que existieron en esos años, aplicaron como política de Estado el terrorismo, para tratar de destruir las luchas sociales que habían impulsado muchos ciudadanos descontentos, a partir de 1958 en que había sido derrocada la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, y el pueblo se sentía traicionado en virtud de que los partidos del status (Acción Democrática, COPEI y URV) que habían estado siguiendo instrucciones del Departamento de Estado norteamericano para impedir que en Venezuela se instaurara algún gobierno de izquierda.
Esta represión derivó en hechos como los de El Carupanazo, el Porteñazo y el Barcelonazo, donde hubo innumerables detenidos, encarcelados, torturados y asesinados. Luego, a partir de los años 1961 hasta 1966, cuando estaba finalizando el gobierno de Rómulo Betancourt se generó la lucha armada en Venezuela. La represión a esta actitud militante resultó feroz y fueron masacrados muchos jóvenes estudiantes, campesinos y obreros, que acudían en masa a la lucha guerrillera para insurgir contra la situación de oprobio que ocurría en nuestro país.
– De esa época son los primeros casos de arrojar a los militantes desde aviones, algo que luego fue imitado por los militares argentinos.
González: Esta respuesta de la burguesía venezolana se inscribe dentro de todo lo que era la doctrina de la seguridad nacional impulsada por el imperio norteamericano en toda América Latina. Venezuela tiene el deshonroso primer lugar de inaugurar en el continente la figura del desaparecido político, que ya se había practicado en Vietnam y también en Argelia. En nuestro país, en 1963, con el gobierno de Raúl Leoni comienza la política de desapariciones y también los vuelos de la muerte, que luego perfeccionaron las dictaduras de Sudamérica. En Venezuela hubo casos emblemáticos, como es el caso del compañero Víctor Ramón Soto Rojas (cuyo hermano es actual diputado de la Asamblea Nacional), que fue lanzado vivo desde un helicóptero.
Toda esta actitud represiva se inscribe dentro de la llamada «guerra fría» y la política de Seguridad Nacional dictada por el imperio, para distribuirse el mundo entre las potencias. Estados Unidos, que siempre consideró al continente como su patio trasero, impulsó tales procedimientos, con la complicidad de las burguesías locales y sus ejércitos de ocupación.
– Paradójicamente, en esos años, Venezuela era vendida como un país donde imperaba la democracia.
González: La característica de Venezuela es que la burguesía, el imperialismo y los medios de comunicación, cómplices de estas políticas de Terrorismo de Estado, lograron que el país fuera la vitrina democrática de América Latina. Tal es así, que los compañeros militantes argentinos, chilenos, uruguayos, paraguayos y brasileños, fueron a nuestro país a buscar refugio, porque había una ilusión y un convencimiento a nivel internacional, de que Venezuela efectivamente funcionaba una democracia. Y la verdad era otra: ya que allí se aplicaba el Terrorismo de Estado contra los luchadores y contra todo aquel integrante del pueblo que osara intentara cambiar las cosas o tuviera una opinión diferente, siempre que fuera de izquierda. Por contrario, se estimuló el accionar de grupos parapoliciales y paramilitares de derecha, como los que tenía Acción Democrática. Algunos de ellos como «La mano negra» y «La cobra negra» se dedicaban a asesinar militantes revolucionarios.
– En el marco de todo este rescate de la memoria e investigación que ustedes están haciendo, un tema central debe ser el Caracazo, que es un episodio del que todavía no se saben todos los detalles ni siquiera el número de muerto que se produjeron en esa masacre.
González: Efectivamente, esa es una de las deudas que tiene la sociedad venezolana. La feroz represión del gobierno de Carlos Andrés Pérez y sus Fuerzas Armadas, generaron miles de muertos en el Caracazo. Sin embargo, las organizaciones de derechos humanos de ese entonces, lograron armar una lista de asesinatos probados, que sólo llegaron a 300. Nosotros creemos que allí hubo una dejadez para no seguir investigando, porque se supo que en el sector La Peste, del Cementerio General del Sur, ocurrieron entierros masivos, y eso nunca se investigó. La burguesía y sus cuerpos armados jamás permitieron investigar. Los medios de comunicación, por su parte, se hicieron cómplices, tapando esos crímenes con un velo de silencio. Ese es uno entre muchos episodios que exige respuestas. Además del Caracazo, está Cantaura y otros. Es la historia de 40 años de miles de luchadores populares.
– ¿Encuentran parecidos con el comportamiento de la burguesía venezolana de los años 60-70, con la que actualmente ataca al proceso revolucionario?
Castillo: Es la misma burguesía nacional aliada con el Departamento de Estado, que impulsó todos estos hechos violentos, la que ahora pretende decir que hay violación de derechos humanos en Venezuela, con el objeto de confundir a la población, para tratar de volver al poder. Es decir, contrarrestar de manera violenta el avance de aquellos que creen en un mundo mejor, en un mundo socialista.
Desde la Comisión por la Justicia y la Verdad, nosotros estamos convencidos que es necesario que todos aquellos luchadores sociales venezolanos y de todo el continente, debemos hacer frente a esta escalada de la oligarquía y el imperialismo.
-¿Por todos estos hechos que ustedes relatan, fueron presos algunos de sus responsables?
González: Nunca. De hecho, el establecimiento de responsabilidades comienza recientemente. Hay un caso emblemático, el de Jorge Rodríguez, quien fuera el padre del actual alcalde del municipio de El Libertador, y fue asesinado en la tortura en 1976. Se pudo llevar a juicio a un grupo de funcionarios policiales, por exceso, aunque fue un asesinato. Algunos de los culpables fueron a la cárcel por muy poco tiempo, ya que por diferentes artimañas lograron eludir la prisión. Sin embargo, los responsables intelectuales, el propio Pérez y su ministro de Defensa, entre otros, no pagaron por sus crímenes.
– ¿Qué papel juegan en esta pelea por rescatar la verdad sobre lo ocurrido décadas atrás, los familiares de los represaliados y asesinados?
Castillo: Los Comités de familiares de las víctimas fueron quienes impulsaron que esta ley que permite investigar, fuera dictada por la Asamblea Nacional. Ellos le solicitaron al Comandante Presidente Hugo Chávez para que se diera luz verde a esta ley, y el Comandante escuchó el reclamo. Todos estos familiares también integran la Comisión.
Uno de los objetivos fundamentales es investigar cada caso. Ello implica varias cosas: 1) que nosotros podamos contar con técnicas que nos permitan evaluar con certeza cada uno de los expedientes que se encuentran en manos de las autoridades venezolanas, 2) Hacer la exhumaciones que se están haciendo en el Cementerio General del Sur y otros sitios del país, para precisar en qué calidad se encuentran los restos de estos compañeros caídos durante esos años de lucha, y además para precisar si se encuentran restos de compañeros desaparecidos y precisar la identidad.
Esta labor es compleja, y por eso, como Sub-comisión internacional, hemos venido a Argentina, donde ya existe una Comisión por la Verdad y una larga experiencia en lo que hace a la defensa de los derechos humanos y castigo a los culpables. De esta manera intercambiamos saberes y experiencias.
– ¿Además de investigar y buscar la sanción de los culpables, ustedes se plantean también recuperar las historias de vida y el legado de lucha de esos jóvenes que insurgieron en Venezuela?
González: Claro que sí, de hecho el artículo 10 de la ley contra el olvido, expresamente dice: «Reivindicación al honor y a la dignidad», y en su parte final dice: «el reconocimiento público que permita visibilizar nombres y acontecimientos en los que las víctimas participaron». Esta ley busca saldar cuentas de la sociedad venezolana con los luchadores revolucionarios. Ellos no son víctimas inocentes, sino revolucionarios que un buen día decidieron rebelarse contra una situación de injusticia que existía en nuestro país, y que asumen el compromiso histórico con la clase, con los sectores explotados.
Todas las burguesías latinoamericanas aplicaron la doctrina de la seguridad nacional. Por eso, militares y policías fueron entrenados por los norteamericanos en la Escuela de las Américas para cometer crímenes. Se les enseñaba a torturar, y la desaparición era utilizada para producir terror entre los luchadores populares.
– En este momento se está produciendo en Venezuela una nueva ofensiva económica y paramilitar contra la Revolución Bolivariana. ¿Cómo creen que va a responder el pueblo bolivariano a estos continuos ataques que generan la oposición y el imperio?
Castillo: Creemos que el crecimiento ideológico de nuestro pueblo y del colectivo de poder popular, ha sido gigantesco. Una vez que el Comandante Chávez se instaura en el poder, comienza su labor social de reivindicar los beneficios sociales para el pueblo venezolano, sino que además inicia una labor de formación educativa e ideológica sobre cuáles son los derechos de todos los ciudadanos y ciudadanas. Ellos saben que esos derechos se conquistan peleando, y por eso estamos convencidos de que no van a permitir que retrocedan todos los logros que la Revolución les ha otorgado en estos 14 años.
Lógicamente, el imperialismo y la burguesía no van a cejar en su interés de mantener sus privilegios y seguir explotando a nuestros pueblos. Sin embargo, creemos en el compromiso de quienes desde abajo sostienen la Revolución Bolivariana.
González: Definitivamente el pueblo esta consciente desde los inicios de este proceso revolucionario, que la burguesía y el imperio iba a dar respuesta, y eso se ha visto en la amenaza constante. Todos sabemos la cantidad de veces que se denunciaron planes de magnicidio contra el Comandante Chávez, y ahora esto mismo se repite con el presidente Maduro. De hecho, Atilio Borón ha venido denunciando que hay bastantes probabilidades de que la enfermedad del Comandante Chávez haya sido inducida. Por eso, la obligación de Nicolás Maduro es cuidarse y mantenerse con vida, pero el proceso no depende de una sola persona. Si el imperialismo llegara a atentar y lograr su objetivo de la desaparición física de Nicolás y de cualquier otro dirigente, el pueblo venezolano tiene suficientes reservas morales y personales para dar continuidad a este proceso, que le aseguro que es irreversible. En Venezuela decidimos construir un mundo donde no hayan clases sociales, donde impere el socialismo y todos seamos iguales. Como decía nuestro Libertador, un sistema que garantice la mayor cantidad de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y de hermandad entre las personas.
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