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Verdades secuestradas

Fuentes: Rebelión

En este mundo, la vida de unas personas no vale lo mismo que la de otras. Son incontables las privadas del derecho al trabajo cuando no sometidas a la miseria de la precariedad y de la explotación esclavista. Se cuentan por cientos de millones las personas desplazadas y refugiadas cuando no exterminadas o ahogadas en el mar. Existe la exportación de la pobreza y los daños ecológicos a los países empobrecidos para garantizar el bienestar de las minorías privilegiadas en los países enriquecidos. Hay paraísos fiscales y mafias empresariales y financieras que controlan los estados. Existe la tortura policial y carcelaria. Se practica la lobotomía con la publicidad televisiva. Operan los escuadrones de la muerte. Nos gobierna un complejo militar-industrial que mueve la economía mundo, organiza las guerras y financia la mayoría de la producción científica y tecnológica… Todas estas y muchas otras son verdades que existen independientemente de quien las nombre. Sin ellas no sería posible el actual “orden social”.

Para desenterrarlas, resulta necesario ignorar quién las nombra pues si ahondamos en la biografía de quienes refieren estas verdades, descubrimos que la intencionalidad al hacerlo, la interpretación de su génesis y consecuencias a menudo sirven de justificación para utilizarlas, convirtiéndolas en objeto de consumo y dominación. Es decir, para secuestrarlas y hacer pagar una deuda permanente a las incontables víctimas de los genocidios institucionalizados que provocan, condenándolas al olvido y la manipulación.

Pero las verdades existen más allá de quién y para qué se nombren y, por suerte, cuando se desvelan y se las libera de sus secuestradores, es cuando se hace imparable su capacidad de actuar como revulsivos transformadores que se imponen. Actúan más allá de cualquier intención y posibilidad de asesinarlas, de venderlas como cruel mercancía política o publicitaria que trata de continuar produciéndolas y reproduciéndolas a través de espejismos supuestamente humanitarios, reformadores y buenistas.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.