El gobierno ha comprometido más de 5 billones de dólares en 22 programas de salvamento. El total para apuntalar la economía podría llegar a 7.5 billones, la mitad del PIB de EU. En el tercer trimestre la economía se contrajo 0.5 por ciento. Pronósticos pesimistas para 2009; desplome del gasto del consumidor y precios inmobiliarios. […]
El gobierno ha comprometido más de 5 billones de dólares en 22 programas de salvamento. El total para apuntalar la economía podría llegar a 7.5 billones, la mitad del PIB de EU. En el tercer trimestre la economía se contrajo 0.5 por ciento. Pronósticos pesimistas para 2009; desplome del gasto del consumidor y precios inmobiliarios. El presidente electo Barack Obama interviene en el debate nacional sobre la crisis económica, algo que rompe la tradición. ¿Y las otras crisis mundiales? ¿Y el resto del mundo? Europa lanza un plan de reactivación por 200 mil millones de euros.
El gobierno de George W. Bush anunció este martes mecanismos de hasta 800 mil millones de dólares en nuevos préstamos y adquisiciones de deuda para buscar descongelar los mercados de crédito para los consumidores y rescatar el «libre mercado» de la peor crisis desde la gran depresión, en lo que ya es la intervención estatal en la economía más costosa de la historia de Estados Unidos.
Con esta iniciativa anunciada hoy, el gobierno estadunidense ya ha invertido y/o comprometido más de 5 billones de dólares en 22 programas para rescatar la economía, y según algunos cálculos el total podría llegar a 7.5 billones, el equivalente de la mitad del PIB de Estados Unidos en 2007 o casi el doble del costo estadunidense de la Segunda Guerra Mundial, reportó ABC News.
Mientras se registra una contracción económica en el último trimestre, con pronósticos aún más pesimistas para el próximo año, un continuo desplome en el gasto del consumidor como también en los precios del sector inmobiliario y más bancos al borde del abismo, el gobierno aparentemente está dispuesto a romper con todas las reglas del libre mercado y hacer lo necesario para subsidiar la economía.
La Reserva Federal y el Departamento de Tesoro presentaron dos nuevos programas para ampliar el crédito a fin de promover el gasto del consumidor y reducir las tasas de interés de las hipotecas, y con ello intentar resucitar dos pilares de la economía, el del consumidor y el sector inmobiliario.
Nuevo programa hipotecario
Bajo el nuevo programa, la Reserva Federal adquirirá hasta 100 mil millones en préstamos emitidos por las gigantescas hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac y también comprará hasta 500 mil millones en valores combinados respaldados por hipotecas de estas empresas. La idea, informó la Reserva Federal, es «reducir el costo e incrementar la disponibilidad del crédito para la compra de casas…».
Por separado, la Reserva Federal también lanzó un mecanismo de 200 mil millones diseñado para apoyar el crédito al consumidor, incluyendo préstamos para estudiantes, compra de autos y tarjetas de crédito.
El secretario del Tesoro, Henry Paulson, declaró hoy que los 200 mil millones sólo es el arranque de este programa, afirmando que tardará un tiempo para que empiece a funcionar «y entonces podría ser ampliado e incrementado a lo largo del tiempo». Paulson explicó que «con la economía en picada, es muy importante que el crédito esté disponible para los consumidores. Lo que estamos haciendo es apoyar el crédito al consumidor» con este mecanismo.
Estos nuevos programas fueron anunciados al empeorar aún más el panorama económico. Hoy se informó que en el tercer trimestre la economía se contrajo 0.5 por ciento, la reducción más severa en siete años, mientras que el gasto del consumidor se desplomó a su nivel más bajo en 28 años, según datos de informes gubernamentales, reportó la agencia Reuters.
A la vez, los precios de vivienda se desplomaron 16.6 por ciento en el tercer trimestre en comparación con el mismo periodo de hace un año, según uno de los índices más observados, una baja sin precedente desde que comenzó el sondeo especializado en 1988.
Por otra parte, la agencia federal que asegura depósitos bancarios, la Federal Deposit Insurance Corporation o FDIC, informó hoy que la lista que mantiene de bancos en apuros financieros se incrementó casi en 50 por ciento durante el tercer trimestre del año, de 117 bancos asegurados por el FDIC en el segundo trimestre a 171 ahora. La lista no revela los nombres de los bancos y varios que ni siquiera estaban en la lista han fracasado. Unos nueve bancos en la lista fracasaron durante el tercer trimestre. A la vez, el FDIC reportó que los bancos comerciales y los de ahorro sufrieron un desplome de 94 por ciento en sus ganancias durante el tercer trimestre.
La debilidad del sector fue comprobada con un segundo rescate de Citigroup el pasado fin de semana, donde en esencia el gobierno respaldó más de 300 mil millones en activos problemáticos de la empresa, e invirtió otros 20 mil millones además de los 25 mil millones ya «inyectados» anteriormente por Washington.
Sólo ha pasado una semana desde que el secretario del Tesoro Paulson declaró que los rescates gubernamentales habían logrado estabilizar las principales empresas financieras del país, sólo para tener que anunciar otro rescate de miles de millones en el caso de Citigroup el pasado domingo.
Dos días después se anuncian los mecanismos para comprar hasta 800 mil millones más en valores «tóxicos» hipotecarios como otro tipo de deuda. Y todos los pronósticos indican que se necesitará aún más -el propio gobierno lo supone- antes de que esta crisis toque fondo.
Y ya es la intervención estatal más costosa de la historia. Según ABC News, si llega a más de 7.5 billones, sería más que los costos combinados del Plan Marshall, la compra de Luisiana, la guerra de Corea y la guerra de Vietnam y el presupuesto total desde sus inicios de NASA.
Obama, segundo acto
Por segundo día consecutivo, el presidente electo Barack Obama intervino en el debate nacional sobre la crisis económica, algo que rompe la tradición de no participar en el debate sobre políticas en la fase final del presidente saliente. Con la intención de tranquilizar a ciudadanos, inversionistas y políticos cada vez más alarmados por la crisis en momentos de lo que algunos consideran un «vacío político» por la transición antes de que asuma la presidencia el 20 de enero, Obama afirmó hoy que «es importante, dada la incertidumbre en los mercados y dada la muy legítima ansiedad que siente el pueblo estadunidense, que se sepa que su nuevo presidente tiene un plan y actuara rápida y audazmente».
Hoy, al presentar a otros dos integrantes de su equipo económico -Peter Orszag y Rob Nabors como los principales encargados de la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca (ambos ex altos funcionarios del gobierno de Bill Clinton)-, Obama afirmó que ellos estarán encargados de cortar miles de millones de dólares de programas federales para financiar las iniciativas a fin de manejar la crisis financiera y estimular la economía.
Obama informó que su equipo económico está elaborando un ambicioso paquete de estímulo económico y aunque no ofreció detalles específicos, líderes legislativos y fuentes cercanas al proceso indican que podría ser tan gigantesco como de entre 500 a 700 mil millones de dólares, si no es que más.
¿Y las otras crisis mundiales? ¿Y el resto del mundo? Según cálculos de un nuevo informe del Instituto de Estudios de Políticas (Institute for Policy Studies, IPS) en Washington, los aproximadamente 4.1 billones de dólares que Estados Unidos y los gobiernos europeos ya han dedicado al rescate sólo de sus empresas financieras (antes de los anuncios de hoy) son 40 veces más que los fondos que esos mismos gobiernos están destinando para combatir el cambio climático y la pobreza en el mundo en desarrollo.
De hecho, según IPS, esos 4 mil millones son 45 veces más que el total de fondos de Estados Unidos y Europa destinados a la asistencia para el desarrollo el año pasado. Sólo los 152 mil millones gastados para rescatar a una sola empresa, la aseguradora AIG, es mucho mayor que los 90.7 mil millones que los gobiernos de Estados Unidos y Europa destinaron en asistencia a todos los países en desarrollo en 2007.