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Wikileaks, El País y la guerra sucia en la oposición venezolana

Fuentes: Rebelión

Nadie duda de que el cable de Wikileaks sea cierto y que esa es la opinión que tiene el funcionariado estadounidense sobre algunas de las «personalidades» de la oposición venezolana, que con sus egoísmos y permanente lucha por la hegemonía han dado por tierra con los intentos de Washington de unir a las fuerzas antichavistas […]

Nadie duda de que el cable de Wikileaks sea cierto y que esa es la opinión que tiene el funcionariado estadounidense sobre algunas de las «personalidades» de la oposición venezolana, que con sus egoísmos y permanente lucha por la hegemonía han dado por tierra con los intentos de Washington de unir a las fuerzas antichavistas para poder derrotar a Hugo Chávez en las elecciones.

Por ejemplo, la embajada de EEUU en Caracas sostiene que el mayor problema que tiene el partido socialdemócrata Acción Democrática, por ahora el principal en el anárquico conglomerado antichavista, es su secretario general, Henry Ramos Allup, y eso no es novedad para nadie.

Pero lo que sorprende es su tipificación: fanfarrón, carente de imaginación e incluso repelente, ya que en lugar de trabajar para la unidad opositora se encarga de denostar permanentemente a los representantes de los otros grupos opositores.

Ramos Allup es grosero, brusco, arrogante y, según el funcionario estadounidense, posee un estilo no muy diferente al de Chávez. Relata, asimismo, que en una reunión con Phillip French, director de la Oficina de Asuntos Andinos de EEUU, golpeó los puños sobre la mesa, mientras denostaba a sus oponentes. Políticamente miope, su mezquindad se extiende, obviamente, a sus rivales dentro del partido, en especial los más jóvenes.

El cable filtrado por Wikileaks y publicado por el diario español El País el 13 de abril, señala asimismo que Víctor Bolívar, vicepresidente de AD – en una reunión de dirigentes opositores con altos funcionarios de la embajada estadounidense en Caracas- pidió abiertamente el financiamiento del gobierno de Washington, junto a otros favores.

El consejero político de la embajada quiso cambiar de tema, pero Bolívar y otros dirigentes de AD volvieron a la ofensiva en inglés, creyendo que no los habían entendido en castellano. Y así o relató en un cable a su gobierno el entonces embajador estadounidense William Brownfield (2006).

Lo cierto es que el consejero político estaba harto de las visitas de personeros de AD a la embajada, como Pedro Pablo Alcántara, quien demandaba permanentemente visados y becas para amigos y correligionarios.

John Caufield, consejero político, fue quien redactó en 2009 el informe sobre la reunión sostenida por él con varios dirigentes opositores, en la que Víctor Bolívar informó que etaba tratando de convencer a Ramos Allup sobre uan conveniencia de una renovación generacional de AD, con al retirada de la vieja guardia, demasiado desacreditada ante la opinión pública. Pero Ramos Allup, añadió, siempre fue reacio a sacrificar su hegemonía en el partido.

Wikileaks, por su parte, filtró otro cable en el que se sostiene que el arzobispo de Venezuela, Baltazar Porras, pidió ayuda al Gobierno de Estados Unidos para intervenir en el país y «contener las aspiraciones» del presidente Hugo Chávez, de acuerdo a un documento confidencial elaborado el 6 de enero de 2005 por el entonces embajador William Brownfield.

Porras puso a disposición de Washington las instalaciones y programas sociales de los barrios más pobres gestionados por la iglesia católica con tal de que las acciones norteamericanas fueran canalizadas y concretadas para derrocar al Gobierno venezolano. De igual manera, «se ofreció a facilitar los esfuerzos del Gobierno de EE.UU. en Venezuela a nivel de la comunidad para demostrar que la iglesia, el sector privado y otros, pueden tener un impacto positivo sobre los pobres de Venezuela».

¿Por qué filtrar sólo uno?

Lo interesante no es lo que revela el cable «revelado» por Wikileaks-El País, sino el hecho de que si bien el diario español del grupo Prisa tiene en su poder miles de ellos, sobre los que ha tomado la decisión político-editorial de invisibilizarlos.

El País, siguiendo el juego estadounidense, presenta un ataque a Acción Democrática -sin duda el partido opositor de mayor fuerza- y a quien quiere se candidato «unitario» (el aquelarre llamado Mesa de Unidad Democrática) de la oposición, Ramos Allup. No es casual: lo saca del juego.

El artículo de Juan José Aznares, el periodista de El País, no tiene la intención de informar y mucho menos denunciar el financiamiento norteamericano, sino que intenta influir en la opinión pública venezolana e internaiconal, con el fin de debilitar a AD y sacar del juego a Ramos Allup.

La pregunta que queda flotando es por qué El País elige publica ese cable que aparentemente -y solo aparentemente- parece beneficiar a Chávez y revela las miseria de la dirigencia de la oposición.

El País no es inocente. Pertenece al grupo Promotora de Informaciones SA (Prisa) adalid, junto a la prensa amarillista estadounidense, de la lucha contra los cambios políticos y sociales que se suceden en la última década en América Latina y, a la vez, defensora a ultranza de los grandes grupos monopólicos y oligopólicos en la región (españoles y trasnacionales).

Prisa visibiliza y ensalza a políticos devaluados en sus países (incluyendo hasta el mes de abril a Ramos Allup), junto a personajes retógrados como el expresidente español José María Aznar.

Pero no es ajeno a los intereses latinoamericanos, porque tiene presencia fuerte en nuestra región: ayuda a formar el imaginario colectivo de los colombianos tras comprar Radio Caracol a través del Grupo Latino de Radiodifusión, la principal de ese país, y de los bolivianos a través del diario La Razón. A su vez, el Grupo Latino de Radiodifusión opera también en México, Bolivia, Panamá, Costa Rica, Estados Unidos y Francia.

Uno de los principales accionistas de Prisa, Jesús de Polanco, tiene también sus intereses económicos en Venezuela, al ser accionista del poderoso grupo económico que lidera Gustavo Cisneros. Y también por eso tiene la mira puesta en este país.

¿Por qué publica esta filtración de Wikileaks, y sólo ésta? La madeja es compleja, sin dudas, pero forma parte de lo que, a más de año y medio de las elecciones presidenciales en Venezuela, esta´sucediendo en el país, situación que incluye una «limpieza» dentro del MUD.

Manuel Rosales, el ex gobernador del estado Zulia y ex candidato presidencial opositor, es quien pivotea el financiamiento a los diferentes grupos. Pese a que está asilado en Perú, se reúne con dirigentes del MUD también en Panamá, sopesando las diferentes alianzas posibles para enfrentar a Chávez el año próximo.

A Rosales, vale recordar, lo busca la justicia venezolana por enriquecimiento ilícito ejerciendo cargos públicos: no pudo demostrar cómo obtuvo 15 fincas y terrenos en el Estado Zulia ni refutar pruebas concretas en donde hacia transacciones por millones de dólares en el Bank of America.

Manuel Rosales tiene «línea directa» con Aznar y la Fundación FAES, refugio de la derecha más recalcitrante del viejo y nuevo continente, y fuente de financiamiento de distintas «aventuras» como el lanzamiento de la publicación Sexto Poder, a la que aportó 300 mil euros que se sumaron a los 800 mil dólares entregados por la embajada estadounidense en Perú.

El financiamiento de Sexto Poder (publicación que no cuenta con avisos publicitarios y es dirigida por Leocenis García, quien supo estar preso por difamación) fue gestionado por el propio Rosales, quien tiene en mente utilizar este semanario como soporte de su campaña para las elecciones presidenciales.

Detrás de la «información» de El País está la mano de Manuel Rosales, quien comienza -con una pequeña ayuda de sus amigos estadounidenses- una Operación Limpieza con la eliminación del juego de Ramos Allup, con el único fin de apoderarse del caudal de votos de la masa crítica mayoritaria de Acción Democrática.

La «tarjeta roja» lo tomó desprevenido a Ramos Allup, quien no se esperaba esta puñalada, sobre todo cuando en la última reunión que sostuvieran en Panamá acordó con Rosales la estrategia para enfrentar a Chávez en el 2012. Parece que a Rosales se le olvidó decirle que él ya no participaba del juego y que él prefería negociar con Primer Justicia, más derechistas, más escasos, pero más confiables. Al menos para él.

Este juego sucio recién comienza. Hay quienes ya alquilan balcones.

* Álvaro Verzi Rangel es sociólogo, periodista e investigador venezolano, colaborador de Question

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.