Repetimos, pues así nos dijeron, que el 1º de Mayo se celebra el día de los trabajadores en homenaje a los Mártires de Chicago. Sin embargo existe otra explicación que le brindaría mayor riqueza a esta fecha y al sacrificio de los mártires. Los Mártires de Chicago fueron ahorcados un 11 de noviembre de 1887 […]
Repetimos, pues así nos dijeron, que el 1º de Mayo se celebra el día de los trabajadores en homenaje a los Mártires de Chicago. Sin embargo existe otra explicación que le brindaría mayor riqueza a esta fecha y al sacrificio de los mártires.
Los Mártires de Chicago fueron ahorcados un 11 de noviembre de 1887 tras un juicio fraguado. Si el día de los trabajadores fuese en su homenaje, se hubiera elegido un 11 de noviembre. Ante esta anomalía los historiadores arguyen que no se fijó un día luctuoso sino un día de combate, pues el 1º de Mayo de 1886 se inició la huelga en EEUU por las ocho horas a partir de la cual fueron enjuiciados y ejecutados los Mártires.
Fue un Congreso de la Internacional celebrado en París en el año 1889, el que resolvió que debía celebrarse todos los años un día de movilización de los trabajadores del mundo. Sin embargo, hasta ahora no he encontrado en el debate de ese congreso que instituyera nuestro 1º de Mayo, referencias al 1º de Mayo de 1886 ni a los Mártires de Chicago. Al parecer «se propusieron en la sala fechas revolucionarias: 18 de marzo, 14 de julio, que provocaron protestas, porque se las encontró un poco burguesas. En este momento, un americano recordó que en América se había decidido una manifestación de los trabajadores para el 1° de mayo próximo. Este proyecto sedujo a otro extranjero, un joven delegado con el ojal adornado de violetas, que se hizo campeón de una idea que, según él, aseguraba el concurso de la poesía y de la primavera a las reivindicaciones de sus mandantes» (1)
En esta cita, como vemos, no se hace referencia a los mártires, pero sí a un futuro 1º de Mayo en Norteamérica, y como ya estaba resuelta para esa fecha una movilización, se supone que los delegados aceptarían de buen grado ese día y además el 1º de Mayo, tanto por la huelga del 1º de Mayo del año 86, como por los mártires asociados a ella, sería reconocido como un día de lucha.
No dudamos que esos motivos influyeran en la elección, pero pensamos que la razón fundamental fue que el 1º de Mayo traía de suyo una fuerza intrínseca que incluso determinó que fuera elegido para el inicio de la huelga de 1886, razón que explica la rara intervención de ese » joven delegado con el ojal adornado de violetas».
Los historiadores del movimiento obrero, en general anarquistas y comunistas, se han partido el cráneo preguntándose por qué habría sido elegido un 1º de Mayo para iniciar la huelga. Aunque sé que las siguientes palabras provocarán sorpresa en el lector, diré que los historiadores anarquistas y comunistas fallaron en la búsqueda del origen por su escaso interés en estudiar la historia de la magia y las religiones.
A lo sumo han llegado a detectar un hecho importante y favorable a la tesis que defenderemos. El 1 o de Mayo, al menos en Nueva York y Pensilvania, era el Moving-day , el día de la mudanza donde terminaban y comenzaban los contratos laborales, los arriendos de tierras y los alquileres de casas.
Ahora bien, estos norteamericanos adoptaron el 1º de Mayo como el día de la mudanza porque en Europa se celebraba en esa fecha un amplio día de la mudanza , la Fiesta del árbol mayo y éste es el momento en que de la mano de James Frazer y Mircea Eliade podremos valorar la fuerza que gravita en el día de los trabajadores.
Tal vez el lector sepa que un árbol no lleva en sí mismo una causa de muerte. Nosotros sí y podemos llegar a vivir cien años, momento en que nuestra mente se dejará ir, pero un árbol puede vivir eternamente sólo que, tarde o temprano, le caerá un rayo, lo ahogará una enredadera o alguien lo derribará. En nuestra psique, sepámoslo o no, el árbol encarna la vida inagotable y por eso el cosmos se simboliza con un árbol, pues al igual que el árbol, se regenera periódicamente cada primavera, una primavera que significa la resurrección de la vida universal, incluyendo en esa resurrección la vida de los hombres.
En primavera todas las fuerzas creadoras recobran su valor inicial, todo vuelve a empezar. La Fiesta del árbol mayo es una tradición celebrada normalmente un 1º de Mayo, en la que los jóvenes danzan y cantan en el bosque y traen un árbol o un tronco y lo pasean por el pueblo, mientras piden ciertos alimentos como forma de estimular la generación de la vida. A los avaros reacios al reparto se los apostrofa en verso y prosa «pues la avaricia es perjudicial para la comunidad y porque en un episodio dramático, como es la venida de la primavera, es crucial que la sustancia vital, el alimento, circule por la colectividad para poner en movimiento mágicamente el circuito de las reservas cósmicas de sustancia vital» (2)
Suelen hacerse competencias, se elige un Rey y una Reina de Mayo, se planta el nuevo árbol, se lo cubre de adornos, se quema el árbol del año anterior y se esparcen por los campos las cenizas portadoras de fuerza mágica fertilizante.
Los jóvenes que pasean el árbol mueven las energías de la abundancia y al anunciar la primavera, realizan una tarea social que requiere una recompensa, los pasteles y frutas secas que se reparten ese día. El grupo de jóvenes ve la primavera antes que los otros, la trae al pueblo, la enseña a los demás y la estimula con sus danzas, canciones y rituales.
Así como en Europa se celebra esta fiesta y otras como la Noche de San Juan, cuando se encienden hogueras en el solsticio del verano, en el resto del mundo y con infinitas variaciones se celebran fiestas de estímulo a las fuerzas de la naturaleza desde tiempos inmemoriales. No es difícil de entender que la Iglesia y los poderes laicos persiguieran estas manifestaciones paganas y dónde no pudieron eliminarlas, instauraron el mismo día una efeméride cristiana, así como se construyeron iglesias sobre los cimientos de los templos destruidos.
Según leemos en La Rama Dorada y de forma resumida en el Tratado de historia de las religiones «Un autor puritano inglés, Phillip Stubber, condena con indignación en su Anatomie of Abuses (Londres 1583) estas supervivencias paganas. Porque, dice, los jóvenes de ambos sexos pasan la noche en el bosque -con Satán por Dios-, y cuando vuelven al pueblo con el «palo de mayo» («this stinkyng ydol rather»), bailan todos a su alrededor una danza pagana. Sólo una tercera parte de las muchachas regresan a sus casas inmaculadas».
Esta tradición persistió a pesar del hierro y el fuego del cristianismo y llegada la Revolución Francesa, se transformó en el culto a los árboles de la libertad que se plantaron por doquier como símbolos revolucionarios. Según Albert Mathiez, este culto «Bajo una forma agradable daba a los señores una original reprimenda, especialmente se les recordaba su manera abusiva de medir y de cribar el trigo de las rentas, se colgaban de estos árboles los tamices, las escobas, las medidas de grano, los raseros, las plumas de las aves y, el principal adorno, las veletas, algo con que abatir el orgullo del propietario del castillo… Las plantaciones de los árboles de mayo, como un bosque que camina, descendían de Norte a Sur por los valles de la Dordogne, de la Corrèze, y de la Vézère, se esparcían por las riberas, ganaban poco a poco las laderas, proclamando a los cuatro vientos la decadencia del feudalismo» (3)
La preexistencia del culto a los árboles regeneradores hizo que el culto a los árboles de la libertad ganara rápidamente el favor popular. Por decreto se castigaba con cuatro años de prisión a quien los dañara, y en ocasión de la muerte de uno de ellos, se lo cubrió con una sábana negra y se lo condujo al Ayuntamiento precedido por músicos y acompañado por 9.000 hombres armados.
La celebración del árbol emigró a Norteamérica y así tenemos como testimonio el cuento de Hawthorne llamado El mástil de mayo de Merry Mount , en donde los puritanos azotan, marcan a fuego y cortan las orejas de quienes celebraban la fiesta del árbol mayo, y esta fiesta determinó el «Moving-day» , el día de la mudanza, el fin del invierno y de la muerte y el principio de la vida y la primavera, y por eso los obreros norteamericanos de origen europeo eligieron el 1º de Mayo para iniciar un nuevo contrato laboral, un nuevo ciclo (4), con ocho horas de trabajo, ocho horas de sueño y ocho horas de recreación y luego el Congreso de la Internacional celebrado en Europa adoptó este día popular asociado con la regeneración de las fuerzas vitales y con el bienestar colectivo, pues como muy bien dijo el joven delegado con el ojal adornado de violetas, quien seguramente había participado en las fiestas del árbol mayo y solicitado frutas secas y apostrofado en verso y prosa a los avaros, esa fecha » aseguraba el concurso de la poesía y de la primavera a las reivindicaciones de sus mandantes».
No en vano Mircea Eliade afirma que trasmutado a los nuevos tiempos, el 1º de Mayo que ahora nosotros celebramos «conserva el mito de la regeneración y del mejoramiento del bienestar colectivo».
Amigo lector, sospecho que te ocurre lo mismo que a mí al sentir algo especial cada 1º de Mayo. Acaso, el contemplar la ciudad como dormida nos lleve a pensar que los trabajadores movemos el mundo, y como dijera un huelguista que en cierta ocasión dio un discurso a los estudiantes defendiendo el control obrero del ferrocarril: «todo lo que vemos, el vidrio de las ventanas, el hierro de los marcos, las puertas, las ropas que llevamos y hasta los lápices y cuadernos, han sido hechos por un trabajador».
Acaso también, sin que seamos conscientes, y a pesar del uno por ciento de avaros que nos ha arrebatado el noventa por ciento de todo, de alguna manera sepamos que ese día somos parte de un movimiento cósmico, como si una celebración realizada por miles de años por millones de personas quedara guardada en nuestra memoria genética, un ritual para invocar mágicamente las fuerzas creadoras que nos lleven a una primavera para los hombres.
¡Salud!
Notas
(1) Gustave Dommanget. Historia del 1º de Mayo .
(2) Mircea Eliade. Tratado de historia de las religiones . Véase también de James Frazer, La rama dorada.
(3) Albert Mathiez. Los orígenes de los cultos revolucionarios (1789-1792)
(4) En rigor, los trabajadores norteamericanos habían avisado con antelación que el 1º de Mayo comenzarían a regir las 8 horas y en aquellas fábricas donde no se aplicara, se lanzaría la huelga.
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