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2016: el mundo rumbo al desastre

Fuentes: Sputnik mundo

La reciente advertencia del Jefe da las Fuerzas Armadas de Suiza, general André Blattmann para que la población se prepare ante inminentes disturbios en toda Europa adquiriendo armas de fuego, hecho que coincidió con la exhortación del presidente de EE.UU. Barack Obama a los norteamericanos para que no compren armas ya que la población posee […]

La reciente advertencia del Jefe da las Fuerzas Armadas de Suiza, general André Blattmann para que la población se prepare ante inminentes disturbios en toda Europa adquiriendo armas de fuego, hecho que coincidió con la exhortación del presidente de EE.UU. Barack Obama a los norteamericanos para que no compren armas ya que la población posee más de 300 millones de diferente calibre, hace pensar que el mundo está en vísperas de cambios bruscos y profundos. Por algo el mismo día del pedido de Obama, más de un millón de armas de fuego fue adquirido por sus compatriotas.

Estamos en el mundo, pero con los ojos en la noche

(Jacobo Fijman, 1898-1970)

Todo indica que el año 2016 complicará aún más la difícil situación en nuestro planeta. Actualmente el Sistema Económico Globalizado dominado por el capitalismo neoliberal representa prácticamente un desastre. Frente a la caída de los precios de petróleo, la devaluación de la moneda china el yuan, el colapso de las bolsas de valores, especialmente en China y EE.UU., los analistas económicos han quedado perplejos y mudos, indecisos de formular un pronóstico certero o algo cercano a la certeza. Inclusive la prensa globalizada dejó de hablar de la globalización como un camino hacia el progreso universal. Tampoco hay serios análisis de los 5,080 «think tanks» existentes a nivel mundial sobre el rumbo que está tomando la actual crisis mundial.

La locomotora económica norteamericana está estancada. A pesar de la aseveración del economista jefe del banco UniCredit, Harm Bandholz de que la «economía estadounidense marcha muy bien», los pronósticos del Banco Mundial (BM) y de la Organización para la Coopeación y el Desarrollo Económico (OCDE) para EE.UU. en el 2016 fueron rebajados ya dos veces al 2.4 de crecimiento y también hay indicios de nuevas rebajas. Los datos de US-CNS News publicados el 6 de noviembre pasado, muestran que los 94,513,000 norteamericanos del total de 251,541,000 en la edad laboral no tienen trabajo, es decir el 37.6 por ciento está desocupado, lo que desmiente cualquier aseveración de Washington indicando que «la economía está marchando bien».

La vieja Europa con sus jóvenes socios del este, ex integrantes del campo socialista, hasta ahora no puede salir de la crisis que se contagió de EE.UU. a partir del 2008, como tampoco sabe aminorar los problemas asimétricos dentro de la Unión Europea donde viven 500 millones de habitantes pertenecientes a 28 países que hablan en 23 idiomas. Según los datos de la Comisión Europea, en el 2011 Alemania tuvo un superávit de 200 mil millones de dólares mientras la Unión Europea registró un déficit equivalente a la misma cantidad de dólares.

El Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la revista Forbes pronostican para Europa un crecimiento de 1.9 por ciento en 2016, que seguramente también será rebajado a medida que pasa el tiempo. En un reciente artículo de Timoshy Garton Ash, publicado en la revista Foreign Affairs, el analista afirma que «Europa está atrapada en un triángulo entre la Política Nacional (de cada país), la política Europea y el sistema de los Mercados Globales». Habrá que agregar que el socio norteamericano de la «vieja Europa», que le traspasó su propia crisis económica, sus burbujas financieras y la convirtió finalmente en su títere, no muestra ningún interés, ni tampoco tiene la capacidad para tenderle la mano.

China, la segunda economía en el mundo a punto de convertirse en la primera, superando su PBI de 17,632,014 millones de dólares en 2014 a él de EE.UU. que era de 17,416,253 de millones de dólares está tratando de salir de tres burbujas. La primera, está relacionada con sus dos bolsas bursátiles: la de Shanghai y la de Schenzen, cuyos índices subieron en el 2014 en 120 por ciento y en el 2015 colapsaron dramáticamente afectando con ello la salud financiera del país. La segunda burbuja fue el resultado del exceso del «bono basura» corporativo (bonos de alto riesgo y baja calificación emitidos por las corporaciones para recaudar el dinero con el fin de expandirse). La tercera burbuja que sigue afectando la economía de China es la del gobierno local cuya deuda pendiente se incrementó en los últimos dos años en un 80 por ciento.

Según los informes económicos de la sucursal del Deutche Bank en China, el gobierno local se convirtió en el primer comprador y vendedor de las tierras utilizando los bonos cuyo valor actualmente supera 1,6 millones de millones de yuanes. Debido a estas burbujas la deuda total de China creció entre 2007 y 2015 de 7,7 millones de millones de dólares 28.4 millones de millones, lo que está frenando seriamente la economía del país. Los dirigentes chinos están tratando actualmente de lograr una transición hacia la economía de servicio y del consumo para mantener un crecimiento alrededor de un cinco por ciento.

Si la economía mundial se está haciendo trizas, la geopolítica internacional está experimentando uno de los peores momentos de su existencia. Los globalizadores «iluminados» lograron profundizar el proceso iniciado por Jimmy Carter para desestabilizar el Medio Oriente y posteriormente gran parte de África con el fin de balcanizarlos y así obtener un fácil acceso a su riqueza nacional, principalmente de sus hidrocarburos. Para este propósito sus estrategas «iluminados», utilizando el pretexto de democratización y de la promoción del humanismo, crearon y diseminaron las revoluciones de colores, el «caos programado» y las guerras híbridas. Donde pisaba la bota de los soldados norteamericanos y la de sus satélites incondicionales destruían a su paso todo lo que representaba la herencia, cultura, las tradiciones y los valores nacionales de cada país.

Como resultado de esta política, Irak, Afganistán, Libia, Siria, Yemen están en ruinas. En el otro lado del planeta, Ucrania está ardiendo contagiada por un fervor fascista implantado desde Washington y que en algún momento podría expandirse a toda Europa. Actualmente, las condiciones son propicias para el asomo del fascismo en Europa debido a los problemas que trajo al continente el flujo del primer millón de los refugiados árabes y africanos, empujados por las guerras «programadas» en sus respectivos países por el departamento de Estado norteamericano. Si tomamos en cuenta que todavía faltan unos 12 millones de refugiados más podremos imaginar las dificultades que tendrá que solucionar la Unión Europea.

Precisamente este factor utilizó el Jefe de las Fuerzas Armadas de Suiza el general André Blattman cuando advirtió a sus compatriotas europeos que «el peligro de terror está creciendo, las guerras híbridas están abarcando a todo el mundo, las perspectivas económicas son sombrías y los flujos migratorios de las personas desplazadas y refugiadas han tomado dimensiones no esperadas». Ya se sabe que entre los refugiados acogidos en Europa hay cientos si no miles de combatientes del Estado Islámico y que en algún momento oportuno mostrarán sus garras. Teniendo en cuenta que el actual Estado Islámico es la creación de todos los presidentes norteamericanos, comenzando con Jimmy Carter, no es de extrañar que su propósito será también producir cambios en Europa, Euroasia y China, de acuerdo a los diseños y necesidades de Washington.

Por lo pronto, los líderes del Estado Islámico (EI) tienen contactos y obtienen armas en Ucrania. También se está observando un lento desplazamiento de los militantes terroristas del EI hacia la frontera de Rusia, China e India. A la vez, el rol del «Golden Boy» (chico de oro) de la CIA, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, cumpliendo órdenes de EE.UU. en el desarrollo y el crecimiento del Estado Islámico y también en la avalancha de los refugiados del Medio Oriente a Europa ya no necesita ninguna prueba. Tanto Barack Obama como Erdogan actúan sincronizadamente y a la par. Recientemente se divulgaron las imágenes de una columna de más de 10,000 camiones cisterna de los terroristas del EI, estos estaban protegidos desde el aire por los aviones militares norteamericanos dirigiéndose desde Irak a Turquía. Debido a la actuación de los aviones de guerra rusos en Siria, este país representa un riesgo para el negocio de oro negro, mientras que en Irak el estado Islámico tiene un apoyo real de Norteamérica.

La simple lectura del Presential Study Directive-11 (PSD-11) de 18 páginas auspiciado y firmado por el presidente Barack Obama en el 2010 confirma la directa implicación del gobierno norteamericano en la creación del Estado Islámico y el terror que se desató en el Medio Oriente. Fue Barack Obama quien insistió que para hacer cambios en el Medio Oriente se tenía que estudiar la experiencia de los movimientos revolucionarios en América Latina y los levantamientos populares en Europa oriental y Asia. Así se establecieron en Estados Unidos 22 centros de entrenamiento primero, para los militantes del movimiento Hermanos Musulmanes y posteriormente para los wahabistas, salafistas etc. radicales. Están auspiciados por el Banco de los Hermanos Musulmanes y por el North American Islamic Trust (NAIT). Uno de estos centros de entrenamiento, llamado «Islamville» está ubicado en Dover, Tennessee a 51 kilómetros de la base militar de la División Aerotransportada de Asalto 101 (Screaming Eagles) «Fort Campbell».

Por eso no es de extrañar que las 23,144 bombas que lanzaron los bombarderos norteamericanos en el 2015 dizque contra el EI en Irak, Siria, Afganistán, Paquistán, Yemen y Somalia, no le hicieron ningún daño al Estado Islámico sino a la infraestructura económica y a las fuerzas armadas de estos países. Este ha sido el propósito real de Washington. En resumidas cuentas, los «iluminados globalizados» están promoviendo una geopolítica de desastre a vista y paciencia de todo el mundo y que se deja a «torcer el brazo» voluntariamente con la rara excepción de Rusia e Irán. Ya es hora que Europa despierte de su estado zombi y que China deje de ser tan cautelosa para apoyar activamente a Rusia en su lucha contra el Estado Islámico «made in the USA».

Parafraseando a Winston Churchill que decía «Me siento solitario sin guerra», Vladimir Putin debe también sentirse abandonado luchando solo contra la guerra. ¡Ojalá la palabra «juntarse», como decía José Martí, sea «la palabra del mundo» para parar todas la guerras y para mandar al retiro a todos los guerreros «iluminados» globalizados con ansias de dominar el planeta y enriquecimiento sin límites, sólo así se podrá cortar el camino al desastre al que está marchando el mundo.

Fuente: http://mundo.sputniknews.com/firmas/20160113/1055662807/2016-mundo-rumbo-desastre.html