El programador sueco Ola Bini, detenido en abril, supuestamente por atacar sistemas informáticos, salió en libertad luego de un pedido de Habeas Corpus. El proceso en su contra continúa y él debe presentarse todos los viernes ante la Fiscalía. En esta entrevista habla de su estadía en la cárcel, de su proceso judicial y de una posible acción judicial en contra del Estado ecuatoriano.
Ola Bini es sueco, mide cerca de un metro noventa, tiene el pelo rapado a cada lado de la cabeza, pero largo y castaño hacia la nuca. Sus uñas son largas y negras, al igual que el resto de su ropa. Me recibe en la sala de reuniones de un lujoso edificio en el centro norte de Quito. Llega acompañado de una amiga, dice, y de la persona que ha manejado sus relaciones públicas desde su detención. Instalan una cámara de video para grabar la entrevista y nos sirven dos vasos de agua.
Empecemos con la situación dentro de la cárcel. Usted estuvo detenido precisamente cuando en el país hay una crisis carcelaria insostenible. ¿Cómo eran las condiciones en las que usted se encontraba?
Eran absolutamente horribles. Sé que vi solamente una parte de lo que está pasando. Después me he enterado de los problemas en otras cárceles. Estuve en un bloque de celdas llamado El Placer, y ese bloque es solamente para las personas que no han pagado pensiones alimenticias. Me ubicaron en el lugar más seguro que pudieron encontrar. Estuve allí rodeado de gente que fue fantástica conmigo, me protegían y fueron muy buenos.
Cuando llegué éramos cerca de 95 personas en el bloque. Teníamos 17 celdas, 17 camas para 95 personas. En realidad, era más que 95 personas pero también había lo que se llama los «de parcial» y a esa gente se le permite salir a trabajar durante el día pero tienen que regresar a la cárcel para pasar allí la noche. Así que durante el día éramos unas 95 personas y luego en la noche unos 25 o 30 parciales más. Y todos durmiendo en 17 celdas.
¿Y cómo duermen así?
Muy muy apretado, como las sardinas en lata. En mi celda, cuando fuimos la mayor cantidad de gente, dormíamos ocho o nueve personas.
¿En cuántas camas?
Teníamos una cama y luego teníamos un colchón en el suelo así que la gente que dormía en la cama no tenía ninguno colchón. Éramos, básicamente dos personas durmiendo en la cama como cruzados, cerca uno del otro.
Yo estuve durmiendo debajo de la cama, directo en el suelo. Y luego había cinco o seis personas que estaban alineadas, uno cerca del otro, con sus cabezas en el colchón, con las piernas por fuera, porque querían un poco de la suavidad del colchón. Dormí en el suelo el primer mes, no había luces en la celda, solamente en el corredor.
No sé por qué eso era así, por alguna razón el director decidió que no habrían bombillas de luz. No teníamos ningún acceso a agua caliente, no teníamos ningún acceso a agua potable.
De hecho, nuestros amigos y familiares tenían que traer botellones de agua potable, si no conseguimos agua potable que traía nuestra familia nos deshidratábamos porque la comida y la bebida que teníamos como parte del almuerzo no era suficiente.
En realidad, no teníamos agua durante la mayor parte del día, teníamos agua durante pocas horas y después generalmente se cortaba. Usábamos todas las botellas que para recolectar el agua de los grifos y guardarla para así poder lavarnos o botar el agua del baño.
¿Cómo era la comida?
No es nutritiva para nada. Pienso que había tres razones por las que la gente se enferma todo el tiempo. La primera es la insalubridad. La segunda, porque vivíamos hacinados, y la otra es que la comida no tenía los nutrientes suficientes. La gente pierde mucho peso. La gente que está ahí por treinta días pierde entre diez y quince libras.
¿Usted ha perdido peso?
No sé, no he comprobado. Ni siquiera quiero pensarlo desde esa perspectiva, pero durante dos semanas, las dos primeras semanas yo literalmente moría de hambre porque la prisión no podía darme ninguna comida que pudiera comer.
¿Por qué?
Soy vegetariano desde hace muchos años. Si como carne, como he sido vegetariano por tanto tiempo, podría enfermarme o quizás incluso morir.
¿No había comida vegetariana?
Intentaban darme comida vegetariana pero era tan baja en nutrientes que yo moría de hambre. Estaba, literalmente, acostado en la cama sin ser capaz de reflexionar. Eso era muy muy aterrador. Pensé que eso me estaba lastimando mucho y que quizás podría morir.
¿Pensaba que podría morir?
Si, claro, porque estaba comiendo quinientas o setecientas calorías por día, eso no es lo que necesita alguien para sobrevivir.
¿Cómo encontró una solución?
Finalmente nuestros amigos de fuera hicieron un trato con el director para que pudieran proporcionarme comida adecuada y con eso mejoraron mis circunstancias. Pero sí quisiera mencionar algunas cosas más. La cárcel de El Inca está construida para mil personas máximo, pero adentro estábamos más de 2400 personas. Hay un hacinamiento extremo.
Podíamos ver la luz del sol y tener un poco de aire fresco unas 4 o 5 horas por semana. Teníamos una visita por semana de dos personas máximo, por un tiempo máximo de 3 horas.
Lo que nuestros familiares tenían que hacer para ingresar a la cárcel era extremadamente horrible, era muy insultante y muy denigrante en todas las formas posibles . Había mucha violencia adentro pero durante el día teníamos solo 8 guardias para 2400 prisioneros. De hecho cuando llegué allí, al inicio estaba muy sorprendido porque vi prisioneros cargando llaves.
En muchos casos los guardias les dan las llaves a los internos para que se ocupen de sí mismos porque los guardias no pueden ocuparse de todos. Y sé que El Inca no es el peor lugar, y El Placer era probablemente el lugar más seguro para estar.
Aún así es inhumano y no está acorde con el respeto a ningún derecho humano. Ninguna persona, ni yo, ni nadie es tratado ahí como debería ser tratado un ser humano.
Al inicio de su detención, sus abogados dijeron que usted había sido amenazado. ¿Qué pasó?
Nunca fui específicamente amenazado pero el personal de la prisión me dijo que había visto terribles amenazas en contra de mí posteadas en Facebook, y también que habían escuchado amenazas por parte de los otros internos.
Era obviamente un ambiente amenazador y la gente me reconocía y decía cosas, pero personalmente nunca escuché ninguna amenaza.
¿Y usted estaba asustado?
Pongámoslo así: siempre tuve más miedo del Gobierno que de los prisioneros .
Tenía miedo de que no me dejaran en libertad. Estaba asustado porque no respetaron ninguna ley cuando me pusieran en prisión, así que me daba mucho miedo. Claro que estar en la cárcel también te asusta, pero al mismo tiempo mis compañeros de bloque me ayudaban y me protegían mucho. Aunque nunca me sentí seguro del todo, ellos me ayudaban a sentirme lo más seguro posible en esas circunstancias.
¿Por qué lo protegían?
Son gente buena. Pienso que la gente subestima a los prisioneros. Son personas también y el hecho de que hayan cometido un crimen, o quizás no, hay personas que, como yo, son inocentes, y no dejan de ser seres humanos a los que les importa otros seres humanos.
No son gente que viven para ser horribles con los demás. Esas personas, la mayoría de ellos, la gente de mi celda, estaban ahí porque son pobres. Ese era su crimen, ser pobres.
Estar dentro no les impide ser buenas personas. Y creo también que estaban frustrados y tristes por mi situación, entendían que mi situación era muy injusta, así que mucha gente buena allí fue muy solidaria conmigo. Había un sentido de comunidad y pienso que sin eso habría sido mucho más duro para mí estar allí dentro.
Usted ha sido acusado de haber atacado sistemas informáticos del Ecuador y su defensa ha dicho que hubo abusos durante su detención e irregularidades en el debido proceso. ¿Podría decirnos en detalles que paso el día de su detención hasta que fue transferido en la cárcel?
Quiero solo mencionar una cosa que es interesante. No he sido formalmente acusado, estoy siendo investigando y no me han dicho qué es lo que he hecho.
Llevamos dos meses preguntando y la fiscalía todavía no nos ha dicho qué sistemas he atacado, cuándo lo he hecho, cómo lo he hecho, por qué y dónde lo he hecho.
De hecho, en otra entrevista, el periodista nos dijo que había hablado con María Paula Romo y que María Paula Romo ha dicho que obtendrán evidencias. Entonces no tienen evidencias ahora mismo, aparentemente obtendrán evidencias. Eso me asusta, me asusta que puedan plantar evidencias .
¿Usted piensa que eso podría pasar?
Absolutamente. La forma en que me trataron durante este proceso ha sido completamente ilegal en todo sentido, así que estoy muy asustado de que puedan hacerlo.
Cuando piensa en esa posibilidad, ¿piensa también en si puede hacer algo para evitarlo?
Estamos hablando con mi abogado para intentar definir la mejor estrategia pero hasta que suceda, va a ser muy difícil saber porque depende del tipo de evidencias que planten o cómo lo hagan.
A propósito de la ilegalidad en mi detención tengo que señalar la petición del Habeas Corpus que se me otorgó prueba que esto no es solo algo que mis abogados están diciendo, es algo que el tribunal del Habeas Corpus en realidad ha dicho: que mi detención era ilegal e irregular de muchas maneras.
Mencionaron varias cosas que fueron ilegales pero hay otras que podemos demostrar también.
El día de mi detención yo estaba esperando mi vuelo, estaba parado en la puerta y alrededor de las 3 y 10 de la tarde se me acercó un agente. Me dijo que mi equipaje había sido seleccionado para una inspección aleatoria de drogas. Me llevó hacia esa oficina y ahí algunas personas se me acercaron, dijeron que eran policías pero nunca me mostraron ninguna identificación. Me dijeron que tenían una orden para retenerme y luego me llevaron hacia una oficina en la zona de oficinas de migración.
Nunca me dijeron por qué, nunca me dijeron mis derechos, nunca me permitieron el acceso a un traductor sueco, no me dieron acceso a un traductor inglés lo suficientemente competente como para poder traducir correctamente.
Durante todo este tiempo pedí que se me permitiera llamar un abogado y me lo negaron varias veces. Cuando finalmente tuve acceso a mis abogados, me mintieron sobre el sitio al que íbamos, así que mis abogados fueron a la Fiscalía pero la Policía me mantuvo en el aeropuerto.
El programador sueco afronta un proceso judicial. Fotografía de María José Ramos para GK.
Ola Bini habla en inglés, reflexionando un poco después de cada pregunta. De vez en cuando se detiene para tomar un poco de agua, entrelaza sus manos, luego las separa y cierra un poco los puños. De vez en cuando mira a su amiga, sentada enfrente a él.
¿A qué hora tuvo acceso a sus abogados?
La primera vez hablé con ellos por teléfono, era alrededor de las 4 o las 5 de la tarde. En ese punto, no tuve acceso a un sitio en el que pudiera hablar solo con ellos porque apenas sonó mi teléfono llamaron a una persona que entendía inglés, y no me permitieron hablar con mis abogados hasta que la persona que entendía inglés estuviera presente.
Claramente querían saber todo lo que yo iba a decir. Nunca contestaron a ninguna pregunta sobre qué había hecho, nunca me permitieron ver una orden que dijera lo que había hecho.
¿Y usted preguntó si era una detención?
Dijeron varias veces que era un orden de retención, pero no me explicaron lo que eso significa desde un punto de vista legal, ni cuál era la diferencia.
Mis abogados están convencidos que, como la orden de detención no estaba en el marco legal adecuado fui ilegalmente detenido por 30 horas antes de tener una audiencia.
¿Detenido sin orden de un juez?
Exactamente, al fin del día, alrededor de las 11 de la noche, el fiscal y una decena de gente llegaron y empezaron a leer algo en español. Nuevamente les dije que no entendía.
Pedí ver el papel, no me lo permitieron, no tenían traductor, y luego intentaban traducir de diferentes maneras mis derechos legales pero lo hicieron tan mal que yo no entendí cuáles eran.
Después intentaron presionarme para que firme los papeles diciendo que entendía mis derechos legales pero me rehusé.
¿Querían que firmara un documento que decía que usted entendió sus derechos?
Exactamente. Y como no entendí, no firmé.
En ese punto, yo tenía derecho, según la Constitución, a tener un traductor sueco.
No lo sabía en ese momento pero de todas formas no me lo proporcionaron. Luego me llevaron a un carro de la Policía.
¿Qué hora era?
11:30 de la noche. Me senté al interior del carro, esposado, y estuve ahí, sentado en el estacionamiento durante 3 horas. Desde las 11 y 30 hasta las 02 y 30 de la mañana.
¿Qué estacionamiento?
Afuera del aeropuerto.
¿Qué estaban haciendo allí?
No lo sé.
¿Estaba solo?
Estaba solo en la parte de atrás del carro de la Policía, esposado, así durante tres horas. Pedí varias veces la presencia de mis abogados. Pregunté varias veces sobre lo que estaba pasando.
¿Pero le dejaron en el auto solo?
Estaban afuera la mayor parte del tiempo, parados alrededor, hablando. Creo que uno de los hombres estaba coqueteando con una mujer.
Nunca me dijeron lo que estaba pasando.
Lo que cuenta parece una broma
Sí. Yo estaba asustado. Quiero decir, estaba sentado allí a las 2,30 de la mañana en un aeropuerto.
¿Y su celular?
Me quitaron todo cuando el fiscal llegó. Además estaba esposado, así que no podía hacer nada.
Estaba asustado porque habían hecho tantas cosas ilegales y, de repente, estás sentado allí en el medio de la noche en el aeropuerto y sin saber qué pasaba.
Me preguntaba si me llevarían a otro lugar y, no sé, dejarme en una tumba en algún lado.
¿Pensó realmente que podrían matarlo?
En ese punto también tuve miedo de eso, porque para ese momento ya había estado sentado durante más de diez horas sin acceso a un abogado y me habían negado cada derecho que yo sabía que tenía. Tenía miedo y no entendía por qué estaban haciendo eso, ni por qué no me decían qué es lo que estaba pasando.
¿Pero en ese momento sus abogados ya habían sido advertidos que usted estaba detenido o retenido?
No.
Pero usted dijo que había podido hablar con sus abogados como a las cinco de la tarde.
Verdad. Y en ese momento estaban llegando al aeropuerto.
Cuando mis abogados llegaron al aeropuerto lo que pasó es que la persona que estaba encargo de mi detención, les dijo a mis abogados que yo no tenía el derecho de tener un abogado.
Esa es una de las cosas que mi abogado de ese momento, David Artieda, describió eso en su testimonio durante la audiencia del Habeas Corpus. Siempre tienes derecho a un abogado en Ecuador, pero es lo que le dijeron.
Luego le dijeron que me iban a llevar a la Fiscalía alrededor de las 6 o 6 y 30. Entonces mi abogado fue a la Fiscalía para esperarme allá.
¿Pero usted estaba en el aeropuerto?
Estaba en el aeropuerto y me mantuvieron en el aeropuerto.
Creo que la última vez que supe de mis abogados fue hacia las ocho y media de la noche. Y allí nos dijeron a mí y a mis abogados que íbamos a la Fiscalía, pero me mantuvieron en el aeropuerto. Desde entonces hasta las ocho de la mañana del día después, mis abogados no supieron dónde estaba.
El hecho de que estuviera sentado en ese carro de Policía también fue uno de los argumentos del Habeas Corpus para demostrar que fui retenido de manera totalmente ilegal. No puedes retener alguien en un lugar que no es un centro de detención adecuado.
Estaba asustado. Luego me llevaron hacia las dos y media de la mañana a mi departamento en Quito. Me dijeron que tenían una orden para entrar en mi apartamento. Nunca me mostraron la orden y me preguntaron si los ayudaría voluntariamente a entrar.
Yo les dije que necesitaba a mis abogados para poder contestar a eso. Desde ahí no me contestaron más, simplemente cerraron la puerta del coche y se fueron.
Aparentemente después de eso entraron a mi departamento. Todavía no sé si tenían una orden para entrar pero yo nunca vi la orden.
¿Pero abrieron la puerta?
Sí, entraron.
¿Y usted dónde estaba?
Estuve en el carro de Policía todo el tiempo. Mi departamento está en el cuarto piso, ellos ya habían entrado al edificio pero querían que les ayude a entrar en mi departamento. Yo no vi eso pero es lo que mis abogados me dijeron que había pasado.
¿Qué pasó luego?
Luego me llevaron en la oficina de la división técnica de la Policía Nacional y me retuvieron allí.
¿En la Unidad de Flagrancia?
No, no, en un edificio diferente en algún lugar en la Mariscal. Un lugar donde mis abogados no iba a poder encontrarme. Me retuvieron allí desde las tres y media de la mañana.
¿En la oficina?
Si, hasta las ocho de la mañana. Y luego a las ocho de la mañana hablaron finalmente con mis abogados y les dijeron que íbamos hacia Flagrancia.
Me llevaron a Flagrancia y pude ver a mis abogados por primera vez pero no pude hablar en privado con ellos.
La primera vez que pude hablar en privado con mis abogados fue a las diez y media u once de la mañana del viernes 11. Estamos hablando de que tuve acceso a ellos más de 19 horas después de mi detención.
Era la primera vez que tenía acceso a mis abogados realmente.
¿Y qué estaba hacía en esa oficina en la Mariscal? ¿Estaba solo o había alguien con usted?
No, la Policía estaba allí, trabajando, haciendo papeleos, ese tipo de cosas.
¿Y usted estaba ahí, sentado?
Estaba sentado allí, esposado, desde las 03 y 30 hasta las ocho de la mañana.
¿Y ahí tampoco le dieron explicaciones sobre por qué estaba allí?
No, pregunté todo el tiempo, repetidamente, qué estaba pasando, por qué estaba allí, qué había hecho, y que tenía que ver y hablar con mis abogados.
El cónsul sueco también llegó hacia las diez de la mañana del viernes. Me dijo que había sido notificado dos horas antes, sobre las ocho de la mañana.
Eso también es totalmente irregular porque cuando un extranjero es detenido, la Embajada o el Consulado deben ser notificados inmediatamente. Eso es un otro argumento del habeas corpus.
Finalmente, fui a Flagrancia. Estuve en la celda de espera hasta la tarde cuando finalmente se instaló la audiencia, y el juez decidió que debía ir a prisión preventiva durante 19 días a partir de este momento.
Luego, el día después a las cuatro de la tarde me movieron a El Inca. A mis abogados no se les informaba si es que estaba en El Inca o en Latacunga, o donde sea.
Hasta el lunes a las diez de la mañana yo estaba siendo escondido de mis abogados. Así que eso es algo que ha sido muy consistente.
Intentaron negarme todos mis derechos, negarme el acceso a mis abogados y aislarme, sin nunca decirme lo que había hecho.
Ola Bini: «Me asusta que puedan plantar evidencias». Imagen de María José Ramos para GK.
De acuerdo con la Fiscalía, usted ha pagado entre 2000 y 3000 dólares por un servidor alojado en Telconet durante 4 años. ¿Por qué ha pagado tanto?
Son entre 4000 y 5000 dólares por mes lo que pagaba. Estaba haciendo eso desde 2015, es correcto.
Primero quiero decir soy un profesional de la computación. Trabajo con softwares y he hecho eso desde hace 20 años, es mi trabajo, mi pasión y mi vida.
Cuando se aloja un servidor se puede ponerlo en su casa, ¿verdad? Pero no es muy bueno, entonces se lo puede poner en un centro de datos, lo que es mejor ¿pero qué centro de datos escoges y qué tipo de servidor pides? Primero que nada, los centros de datos en Ecuador son bastantes caros en comparación con el resto del mundo. Pagué por una conexión a internet, por una buena conexión internet, que sea rápida.
¿Sabe que hay tres cables que salen desde Ecuador, debajo del mar, hacia el resto del mundo? Si uno de esos cables se daña, yo pago para que mi conexión de Internet pase hacia otro de los cables.
¿De tal modo que su conexión a Internet nunca se detenga?
Exactamente, eso es importante. Pagué para tener electricidad y también para tener dos fuentes de electricidad si una falla. Pagué por una consola completa, lo que significa que nadie más puede tocar mi servidor.
Las otras personas que tienen un servicio con Telconet pueden ingresar pero si yo tengo mi propio rack nadie más puede tocar a mi servidor. Pagué por una buena seguridad, así que soy el único que tiene el permiso de entrar.
Y también pagué por la ubicación, que es el centro de datos de Telconet en Quito. Primero, quería que estuviera en Quito para poder tener acceso, pero Quito tiene problemas con los terremotos. De hecho, el centro de datos de Telconet está en la misma ubicación que el de CNT porque es el lugar más seguro contra terremotos en todo Quito. Es el único lugar en el que las montañas son realmente estables.
Entonces, sumando todo esto, y si se quiere un buen servicio, hay que pagar por todo eso. Pude haber elegido otro centro de datos y pagar menos pero eso habría significado también que si hay un terremoto o si la conexión internet se cae o si la electricidad se corta, yo estaría en problemas.
Entonces, ¿eso es norma con el tipo de trabajo que usted hace?
Sí, absolutamente. Por las cosas que hago, sobre todo si miras desde un estándar internacional, absolutamente.
Hay miles o quizás cientos miles de personas que harían el mismo tipo de cosas que he hecho, así que las consideraría completamente normales.
¿Este servicio del que estamos hablando lo pagaba usted o lo pagaba la empresa para la que usted trabaja?
No, era yo personalmente.
¿Tiene clientes propios? ¿O por qué paga usted personalmente?
Pues personalmente sí tengo gente con quien trabajo y tengo una organización de ayuda y también tengo proyectos que trabajé personalmente.
Entonces sí, es por eso que lo he pagado personalmente.
¿Usted ha tenido alguna relación, o trabajado, con algún exsecretario de Inteligencia del Ecuador? Porque también se ha hablado de una supuesta relación allí.
¿Sabe cuál es el nombre de la persona que me está hablando?
Hablo en general, pero podría ser Rommy Vallejo o Pablo Romero Quezada, ambos exsecretarios de Inteligencia.
Ok. Pues nunca he tenido y no tengo ahora ningún tipo de relación con la Senain, en ningún sentido, ni como organización.
Nunca he conocido a ninguna de esas personas que ha mencionado. No los conozco en cualquier cargo, nunca me he comunicado con ellos. No sé quiénes son.
Y ha negado la relación con Ricardo Patiño también, ¿no?
Absolutamente, nunca en mi vida he conocido a Ricardo Patiño.
Pero leí que la primera vez que vino a Ecuador fue para hacer un taller con Senescyt. ¿Es la única institución con quien ha trabajado, una institución pública aquí en Ecuador?
Sí, eso es correcto.
Cuando hago la siguiente pregunta gira un poco los ojos hacia arriba, como quien está cansado de responderla, ríe un poco y mueve la cabeza. Finalmente contesta, amablemente.
Bini: «Abandonar Ecuador no es una posibilidad». Imagen de María José Ramos para GK.
Hablemos de su conexión con Julian Assange. ¿Es amigo de Julian Assange? ¿Ha trabajado con él? ¿Cómo es la conexión que todo el mundo menciona?
Parece como… ¿Conoce la expresión hacer un huracán en una taza de té? Básicamente es eso, como una taza de té o un vaso de agua, es muy pequeño y luego tiene como un huracán dentro.
Porque la razón es que no hay nada aquí y luego hacen una tormenta de eso. Solo soy su amigo. Nunca he trabajado con él en cualquier cargo. Nunca he trabajado con WikiLeaks. Nunca fui miembro y no soy miembro ahora de WikiLeaks.
La verdad es muy aburrida. Solo soy su amigo.
¿Pero piensa que por el discurso público se podría pensar que hay una relación entre su detención y Julian Assange? ¿Qué piensa de eso?
Lo que quiero decir es que los funcionarios públicos dijeron muchas cosas y no han proporcionado ninguna prueba de nada.
Y de hecho, sabemos que María Paula Romo ha estado mintiendo sobre mí.
Lo sabemos porque ha dicho cosas públicamente, en la televisión que contradicen su versión de hace dos semanas. Entonces lo que ha dicho en su versión, su versión legal, no es el mismo que ha dicho en público. Y eso significa que en uno de esos casos tiene que estar mintiendo.
¿Dónde están las contradicciones?
La más grande contracción es que ha dicho públicamente que hay evidencia de que yo pirateé. Mientras que en su versión en realidad dice que no tienen ningún indicio de que haya cometido ningún delito.
Entonces, ¿por qué usted estaba detenido?
Esa es mi pregunta también.
Y me gustaría que los periodistas de investigaciones en Ecuador pudieran averiguar eso porque, si en realidad llegamos a conocer la verdadera razón por la que estuve detenido, quizás entenderíamos el porqué de todas esas cosas ilegales.
Usted también ha dicho que había una persecución en su contra. ¿Quién lo quiere en prisión? ¿Tiene alguna idea? Quién está detrás? ¿Por qué?
No lo sé, no lo sé. Yo absolutamente no sé por qué.
Quiero decir, podría hacer especulaciones que alguien siendo amigo de Julian es alguien que ha sido perseguido estos días.
Pero no sé si esa es la razón o si tienen razones totalmente diferentes. Lo que sé es que eso no es solo el enjuiciamiento porque María Paula Romo, como funcionaria pública, ha salido en televisión y mentido sobre mí. Esto es un caso político .
Yo considero que fui un prisionero político. Me considero como una víctima de persecuciones políticas. Pienso que en realidad eso está muy claro si se miran las pruebas de todo lo que ha pasado durante mi detención.
¿Pero si piensa que este es un caso político, cómo puede confiar en la justicia?
Eso es muy difícil. No lo hago ahora, esperamos poder confiar en la justicia y quiero pedir a los ecuatorianos ayuda con eso.
Al fin del día, he recibido mucha ayuda internacionalmente y he recibido un apoyo fantástico desde Ecuador también. Estoy muy agradecido con todos los que ha creído en mí.
Creo también que la gente de Ecuador merece tener un sistema legal confiable. Es algo que es importante para el país, es importante para todos. Necesitan poder confiar en este sistema.
Lo sé pero hay un gran problema de confianza en la justicia aquí en Ecuador hace muchos años. No es algo que se vaya a resolver con su caso.
No, pero necesita mejorar y, en mi cabeza, el sistema legal no se salvará o no se salvará completamente por mi caso, pero lo que esperamos es que por lo menos la población ecuatoriana pida a los funcionarios del Gobierno que se mantengan fuera del proceso legal.
No pido un tratamiento especial, solo pido que las leyes se respeten y sé que probaremos que soy inocente, que no he cometido ningún crimen.
Me gustaría tener confianza en el proceso legal.
Ahora usted tiene que presentarse ante la Fiscalía todos los viernes mientras continúa el proceso, ¿no?
Sí. Tengo que hacerlo, y lo he hecho por primera vez este viernes.
¿Entonces su única opción es confiar en la justicia o tiene alguna otra opción? Porque, probablemente lo ha visto, hay muchos políticos que dicen que no tienen confianza en la justicia y huyeron, evitando enfrentar procesos legales. Así que tiene dos opciones: escapar y violar la justicia o quedarse y confiar en la justicia.
No voy a salir del Ecuador. Esta es mi casa, me encanta estar aquí y quiero seguir viviendo aquí. No voy a salir del Ecuador y voy a seguir las instrucciones legales.
El juez, el tribunal del habeas corpus, me dieron lo que merecía, que es el respeto a mis derechos humanos, mis derechos constitucionales. No me han hecho un favor.
De acuerdo con todos los observadores legales, hicieron exactamente lo que deberían haber hecho como poder judicial.
Entonces, eso significa que todavía hay jueces en los que se puede confiar que harán lo correcto. Y nosotros tendremos que confiar en que esos jueces serán parte del proceso. Nos gustaría confiar en que podremos probar que el lado político ha hecho parte del proceso.
Y tenemos que confiar que los ecuatorianos pedirán a su Gobierno que deje de ser parte del sistema legal.
¿No piensa que es un poco ingenuo creer que eso pasará? Porque como le decía antes, el tema de la relación entre política y justicia es un gran problema en Ecuador.
¿Pero qué opción tengo?
Esa era mi pregunta. ¿No tiene ninguna opción?
No voy a irme de Ecuador. Eso no es una opción para mí. Soy inocente. Vamos a dar cada paso que podamos en ese proceso para probar mi inocencia y seguir probando mi inocencia.
Eso es la única cosa que podemos hacer.
Siempre he seguido la ley, toda mi vida, y no voy a dejar de hacerlo ahora. No he hecho nada malo. Y si no podemos probárselo a los políticos, tenemos que probárselo al pueblo ecuatoriano. Quienes lo defienden dicen que usted es un activista en favor de la privacidad, pero por otro lado, se levantan suspicacias, por ejemplo, sobre lo que tiene tan secreto en sus aparatos electrónicas que necesita ser protegido. ¿Por qué no quiere que la fiscalía sepa lo que hay allí? ¿Por qué ha preferido estar 70 días en la cárcel en lugar de permitir a las autoridades de ver lo que hay en sus aparatos?
Primero que nada: cada vez que la fiscalía me pedía entregar mis contraseñas, le decía que si me dice qué, cuándo, cómo lo y dónde lo he hecho, consideraré ayudarles con mis dispositivos.
Nunca he dicho que no lo haré. He dicho que considero ayudarlos si me muestran el mínimo de decencia al decirme lo que piensen que he hecho.
Pero en términos de lo que tengo que proteger, creo que la privacidad para todos es un derecho extremadamente importante. Creo que la intimidad es necesaria para la democracia.
Pero no es solo a propósito de la intimidad, es también sobre la seguridad de la gente. Como lo mencionaba en muchas entrevistas, a veces doy consejos de seguridad a grupos internacionales alrededor del mundo.
Por ejemplo, a veces, ayudo a periodistas que exponen ejecuciones extrajudiciales por parte de sus gobiernos. Esa gente corre un gran riesgo para su vida. Yo tengo una obligación con ellos de no revelar ninguna de sus informaciones.
Esa es una obligación, sin importar lo que me suceda a mí, que nunca irrespetaría.
¿Y eso es parte de la información que tiene que proteger?
Ese es un ejemplo del tipo de información, sí. Lo siento, pero no puedo ser más específico, incluso en esta entrevista.Necesito proteger a las personas que han confiado en mí para ayudarles.
Otro ejemplo, que es un poco complicado. Le he dicho que trabajé en código abierto como programador, y en código abierto regalamos software a todo el mundo. Ese tipo de software que construí es software que te ayuda a proteger tu seguridad y privacidad.
Ahora, no lo sé. Si eres una persona que quiere usar mi software, ¿cómo saben que soy yo quien realmente escribió el software? ¿Cómo saben, cuando lo descargan, que nadie más se interpone y lo cambia, o que la seguridad no es suficiente?
La forma en que lo hacemos es usando la criptografía y usamos lo que se llama firmas digitales, así que tengo una clave y la uso para producir una firma digital. Y eso mantiene seguros a todos los que usan mi software.
Esta es una muestra típica de algo que necesito para proteger esta clave, porque si no la protejo, todas estas personas que confían en mi software podrían estar en peligro.
Ola Bini explicó sus supuestas relaciones con funcionarios del Gobierno pasado. Imagen de María José Ramos para GK.
¿Así que incluso si hay un juicio, la Fiscalía nunca tendría acceso a sus dispositivos por el nivel de seguridad?
Están tratando de entrar a mis dispositivos, es posible que tengan éxito, es absolutamente posible.
Lo que más me asusta es que si tienen éxito (o incluso si no lo tienen, porque no todos mis dispositivos están encriptados) es una posibilidad real de planten pruebas.
¿En sus dispositivos?
Sí. Porque ayer nos dijeron que María Paula Roma ha dicho que van a obtener pruebas y a nosotros nos parece que como no han encontrado ninguna prueba, van a crearla y la van a poner en mis dispositivos.
Eso es realmente aterrador.
Repite mucho el nombre de María Paula Romo. ¿Le tiene miedo?
No le tengo miedo, pero no entiendo por qué me está haciendo esto.
Estoy confundido, bueno, tengo miedo de la situación y creo que ella es parte de esta situación.
No entiendo por qué me persigue, no entiendo por qué miente sobre mí.
Eso es muy frustrante. Por momentos me enojo, pero también es que yo soy un ciudadano común y hay un gobierno que va tras de ti que te está procesando, y eso es realmente aterrador.
En la primera conferencia de prensa de su defensa, los abogados dijeron que no fueron pagados por usted, sino por muchas organizaciones. Dijeron que dirían en el momento oportuno quién les pagaba. ¿Podemos saber quién les pagó?
Mis abogados son pagados por el Centro de Autonomía Digital, la organización con la que trabajo aquí en Ecuador.
¿Ellos también pagan a su equipo de relaciones públicas?
Sí.
Ya terminando, ¿con la posibilidad de que su caso se esté debilitando ha pensado en posibles acciones legales contra el Ecuador?
Primero debemos continuar probando mi inocencia hasta que esta investigación esté terminada.
En ese momento, voy a discutir con mi equipo legal cuál es la acción correcta: si decidiéramos demandar o tomar medidas, el objetivo principal no sería el dinero, de ninguna manera, realmente no me importa ganar dinero en este caso. Lo que me importa es que la verdad de toda esta situación sea expuesta.
No sólo para mí. Si averiguamos la verdad de lo que pasó aquí, tal vez podamos mejorar la situación. Creo que el pueblo ecuatoriano merece saber por qué sucedió esto.
¿Pero eso es una posibilidad ir en contra del Gobierno o de Ecuador como Estado?
Definitivamente es una posibilidad, sí.
¿Qué espera a partir de ahora?
Lo que espero es que la Fiscalía se dé cuenta de que no tienen pruebas y que yo las tengo, que yo soy inocente y que se archive la investigación o que el juez vea, antes del juicio, que no hay absolutamente ninguna razón para continuar…
Lo que tememos es que se puedan plantar evidencias.
¿Ese es su mayor temor?
Ahora mismo ese es el miedo más grande porque no tienen pruebas y yo no he hecho nada.
Así que la única manera de que el Gobierno gane -o trate de ganar- es si inventan alguna prueba y me persiguen.
Así que lo que temo es que continúen con este proceso y que lo prolonguen el mayor tiempo posible.