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Entrevista a Ginna Marie Salamán, periodista, docente (hispanista) y escritora hispano-puertorriqueña

«Mi identidad étnica la tengo más marcada y definida ahora que vivo fuera de Puerto Rico»

Fuentes: Rebelión

Ginna Marie Salamán (Puerto Rico) es periodista, docente y escritora. Salamán estudió periodismo y educación en la Universidad de Puerto Rico (B.A., 2007), y escritura creativa en la Universidad del Sagrado Corazón (M.A., 2011). Actualmente, estudia su doctorado en Literatura Hispana, Periodismo y Estudios de Género en la Universidad de Missouri. Ginna tiene dos novelas, […]

Ginna Marie Salamán (Puerto Rico) es periodista, docente y escritora. Salamán estudió periodismo y educación en la Universidad de Puerto Rico (B.A., 2007), y escritura creativa en la Universidad del Sagrado Corazón (M.A., 2011). Actualmente, estudia su doctorado en Literatura Hispana, Periodismo y Estudios de Género en la Universidad de Missouri. Ginna tiene dos novelas, Más invisibles que Dios (2018) y Partitura en tiempo Al-Origen (2015), y entre otros escritos, un libro de cuentos cortos, Relevo de emociones sin ruta (2013). Salamán ejerce la docencia de español en la Universidad de Missouri, en Columbia. Ginna ha respondido a mis preguntas, y todas sus respuestas son para compartirles con vosotros.
– Wilkins Román Samot (WRS, en adelante) – Recientemente, ha publicado su última novela intitulada Más invisibles que Dios. ¿De qué trata o tratas en esta novela y cómo recorres entre la literatura y la realidad o no ficción?

– Ginna Marie Salamán (GMS, en adelante) – Más invisibles que Dios intenta representar la difícil vida que llevan los niños huérfanos que viven en el sistema de alcantarillas, en este caso en México, explica cómo llegan ahí y cómo intentan sobrevivir el día a día. Es también una crítica directa a los políticos, poderosos, a la Iglesia, sistemas de gobierno desgastados y a otras organizaciones que conocen de la situación de estos menores y que en vez de buscar una solución que les dé techo, seguridad, alimento y educación a estos niños, se aprovechan de su necesidad para explotarlos y beneficiarse a sí mismos. Recorro entre la literatura y la realidad partiendo de un problema social que me parece grave, porque en el mundo no debería haber niños/as viviendo en las calles ni trabajando para intentar comerse un pedazo de pan. Las calamidades y abusos que sufren mis 8 personajes son invención, son historias imaginadas y a la vez reales, es una oscuridad que reconstruyo con el único fin de denunciar la miseria y el rezago que viven los más pobres de los pobres, los más vulnerables en la sociedad. A su vez, la no ficción recae en que los datos que incluyo en la novela sobre el mundo de la delincuencia, drogas y la falta de interés por parte de los gobiernos por esclarecer o hacer justicia a víctimas de violaciones sexuales, asesinatos, secuestros y otras formas de violencia son cifras reales, estos números no me los inventé, sino que realicé una investigación periodística para tener los porcentajes reales. Lo hice así porque no encontré la necesidad de inventarlos, los números reales de la violencia sobrepasan cualquier ficción.

– WRS – ¿Cómo surgió la oportunidad de trabajarle? ¿Qué relación tiene de Más invisibles que Dios con vuestro trabajo creativo anterior y hoy?

– GMS – La idea surge de una nota informativa que leí en el periódico cuando tenía 19 años. Fue una noticia que me quebró por dentro porque no entendía cómo era posible que las instituciones hegemónicas supieran sobre la existencia de «los niños ratas», como eran señalados en la noticia, y que estas no hicieran nada por acabar con este problema social. Me impactó saber que el hogar de estos niños eran alcantarillas y desde ese momento supe que tenía que escribir sobre el tema, intentar captar el dolor, la rabia, el odio que se va albergando en los corazones de estos niños/as, denunciar los efectos de la deshumanización.

Esta novela se diferencia de mis otros dos libros anteriores Relevo de emociones sin ruta (2013) y Partitura en tiempo Al-Origen (2015) en que no hay humor, no hay aventura, no hay ciencia ficción ni elementos fantásticos; pero, a su vez se parecen en que predomina el tiempo sicológico. Más invisibles que Dios es el fluir de conciencia de Gael, el personaje principal, quien desde el encierro nos lleva a la retrospección de su vida, nos va revelando todas sus tragedias y de cómo estas van formando su personalidad, sus ideales y sus sentimientos. Me atrevo a decir que esta novela se puede clasificar como neo-picaresca. Recuerdo que una persona me dijo que la novela picaresca era un género gastado; sin embargo, pienso que mientras haya huérfanos, refugiados o niños trabajando en la calle haciendo lo que sea para poder sobrevivir, mientras esto continúe ocurriendo, la picaresca no perderá su valor literario como género narrativo.

– WRS – Si compara su crecimiento y madurez como persona y escritora, ¿qué diferencias observa en su trabajo creativo-narrativo o no de entonces (previo) con el de hoy?

– GMS – Hoy puedo reconocerme como una autora con más conciencia social y de género. Los autores y autoras no vamos formando mediante la lectura, la experiencia y la observación. Aunque la idea principal de esta novela surgió hace 15 años, el tomar cursos de literatura, el estudiar otras culturas, el vivir entre comunidades de inmigrantes, el trabajar con y para minorías, el viajar a otros países, todo esto te regala experiencias y conocimiento que no tenía antes, son experiencias de primera mano que te transforman la visión de mundo y como escritor/a quedas trastocado/a para siempre. Por ejemplo, Más invisibles que Dios tiene como contexto a México, pero en realidad me decidí por ubicar la historia en México porque es un espacio con el que estoy más familiarizada, conozco la cultura y el léxico de los mexicanos mejor que el de otros países en los que también hay niños viviendo en alcantarillas. Por eso, en el «Prólogo» de la novela especifico que la obra no es un ataque a ninguna nacionalidad, porque la crueldad que retrato puede ser Serbia, Macedonia, Perú, Malasia, lugares en los que vi a menores trabajar y mendigar en las calles hasta altas horas de la madrugada, menores de hasta 3 años siendo burlados, abusados, maltratados por extraños. Asimismo, observé niños refugiados de guerras en Líbano, Montenegro y Francia durmiendo sobre cartón; estas son cosas que como escritor/a las puedes imaginar, pero cuando las ves descubres que no has logrado imaginarte nada. También, verlos por mí misma me reveló cuán normalizada está la miseria y este reconocimiento de la incapacidad de las hegemonías de poder, del desinterés y de la falta de empatía de los poderosos no lo tenía hace 15 años.

– WRS – Ginna, ¿cómo visualiza su trabajo creativo con el de su núcleo generacional de escritores con los que comparte o ha compartido en Puerto Rico y fuera?

– GMS – Mi trabajo creativo coincide con el de mi núcleo generacional en que hay un reconocimiento de necesidad urgente de cambio. Nosotros heredamos sistemas de gobiernos fraudulentos y de políticas oxidadas y no estamos conforme con el rumbo (el fracaso colectivo) al que nos llevan. Por eso, como escritores/as somos muy críticos e intentamos reeducar con nuestro trabajo literario. Cuando leo la obra de compañeros/as autores/as, me doy cuenta de que hay un genuino compromiso, de que además de escribir, ellos y ellas también son gestores sociales.

– WRS – ¿Cómo concibes la recepción a su trabajo creativo dentro de Puerto Rico, y la de sus pares, bien sean escritores de novela u otro género?

– GMS – Hasta el momento solo podría hablar de la recepción de los primeros dos libros, pues Más invisibles que Dios lleva apenas tres meses en el mercado y únicamente podría hablar de resultados a muy corto plazo. El primer libro, Relevo de emociones sin ruta, tuvo una recepción muy positiva, creo que la variedad de temas y de géneros (terror, erotismo, eco-ficción, humor, suspenso, entre otros) me permitió acercarme a diferentes tipos de lectores/as (ávidos y no ávidos, jóvenes y adultos, puertorriqueños y extranjeros). Además, siempre les pedía su retroalimentación. Les preguntaba qué les impactó más, qué cosas mejorarían, qué aprendieron o apreciaron al leer mi obra. También, cuáles fueron sus 3 cuentos favoritos y de esa manera involucro a mis lectores/as en mi trabajo. Me interesa saber qué piensan, cómo me evalúan porque así logro crecer como escritora. Mi segundo libro, Partitura en tiempo Al-Origen tuvo buena recepción entre colegas y académicos porque es una novela de humor, aventura y ciencia ficción. En Puerto Rico se trabaja muy poco el género ciencia ficción y eso creó mucho interés por parte de otros colegas escritores. Recuerdo que un día me llamó un estudiante para pedirme que fuera parte de su comité de tesis y que me escribía porque mi nombre había sido sugerido como autora del género ciencia ficción. Me sorprendí mucho, no sabía que mi nombre era conocido en la academia. ¡Por supuesto que acepté!

– WRS – Sé que vos es de Puerto Rico. ¿Se considera una autora puertorriqueña o no? O, más bien, una autora de literatura, sea esta puertorriqueña o no. ¿Por qué?

– GMS – Sí, me considero una autora puertorriqueña. Pienso que no importa de qué se escriba, siempre quedará reflejada nuestra experiencia de vida y en mi caso, en su mayoría recae en Puerto Rico, ahí nací y me eduqué, de ahí son la mayoría de mis amigos/as, colegas y modelos a seguir o modelos que me inspiran a ser mejor autora y ser humano; es con ellos y ellas que hablo y discuto sobre literatura, sobre los problemas sociales a los que nos enfrentamos. Soy una arqueóloga de historias o de fragmentos de historias, si algo aprendí del periodismo es a tener los oídos atentos a lo que los demás tienen que decir, porque solo así logras salirte de tu microcosmos para acceder a nuevos espacios en los que ocurren cosas inesperadas, absurdas, románticas, divertidas, tristes, injustas, conmovedoras… de todo tipo. En realidad, yo escribo de cualquier tema o idea que me parezca interesante, de temas que entiendo que ameritan ser transformados y escritos, y en ese proceso, jamás he dejado de verme como autora puertorriqueña.

– WRS – ¿Cómo integra su identidad étnica y su ideología política con o en su trabajo creativo?

– GMS – Mi identidad étnica la tengo más marcada y definida ahora que vivo fuera de Puerto Rico. La experiencia de ser minoría (mujer, hispana y negra) y extranjera (siendo ciudadana americana) te hacer comprender cuán vivo está el racismo y la urgencia de acabar con este. En Puerto Rico no percibía la magnitud del problema como lo veo ahora, tal vez porque los ataques no eran tan constantes como lo son aquí o porque puede que haya sufrido menos violencia racial por ser negra de tez clara. Quiero enfatizar que en Puerto Rico sí existe el racismo, aunque éste quiera negarse. En mi experiencia personal, me di cuenta de ello cuando salí de la Isla, pues a veces, dentro de nuestros países se dan cosas que culturalmente son erróneas y que se han normalizado al punto de que no se cuestionan porque no se les ve como una falta. No es hasta que estás afuera, hasta que empiezas a mirar desde la periferia que logras alcanzar otro punto de vista. En la Isla, al igual que muchos otros lugares, hay racismo, se puede ver hasta en el uso del lenguaje cotidiano, en expresiones como: «es negro, pero buena gente», «pelo malo», «es una negra fina», etc. Son expresiones culturalmente heredadas, pero totalmente racistas. Sin embargo, aunque en momentos de mi vida fui víctima del racismo, en la Isla, jamás temí por mi vida por el hecho de ser negra. Si un policía me detenía, mi primer pensamiento no era «me va a disparar y matar por ser negra». Estas experiencias negativas que he vivido aquí me han llevado a repasar la cuestión racial en Puerto Rico, a ser más crítica y a reflexionar sobre mi identidad étnica. También, he visto la necesidad de desprenderme de cualquier expresión o idea aprendida que sea dañina y a señalar las microagresiones que sufrimos a diario las personas negras. Pero sobre todas las cosas, he aprendido a defender mi etnia, a demostrar orgullo, a promover en mi trabajo la diversidad y el respeto hacia los demás. Soy muy enfática en la necesidad de acabar con cualquier manifestación del discrimen y en denunciar a sus promotores.

– WRS – ¿Cómo se integra su trabajo creativo a su experiencia de vida? ¿Cómo integra esas experiencias de vida en su propio quehacer de escritora hoy?

– GMS – Yo sabía que quería ser escritora desde que estaba en quinto grado. No sabía cómo lo iba a lograr, pero siempre traté de dirigir mi vida hacia esa meta. Con el tiempo, entendí que era necesario hacer de la escritura un estilo de vida. Los cuentos, novelas, ensayos o poesía, la literatura no se escribe por sí misma de manera mágica, sino que hay que tener disciplina, hay que sentarse a escribir de forma periódica, hay que hacer tiempo y establecerse horarios, y ya establecidos, hay que respetarlos. Para mí no hay diferencia entre vivir y escribir. Esto se puede interpretar de varias formas; la primera, en que, al escribir, se vive la historia que se intenta construir, te la imaginas, la estudias, la ríes, la lloras, la sufres y hasta haces locuras con tal de encontrar la palabra perfecta o la descripción exacta; la segunda, en que no dejas de ver en todas partes la posibilidad de una historia a narrar o de un elemento a integrar en una narración. A veces, una palabra, un sonido, un sabor, un lugar te dan una clave, una oración, una idea, un título o simplemente funcionan como agente catalítico de la creatividad o despiertan en ti más ganas de escribir; tercero, en que el arte de escribir es vida, pues escribir para mí es una de las razones principales de mi existencia, no logro imaginarme en el mundo sin ejercer la escritura. La creación literaria es tan parte de mí, está tan integrada en Ginna Salamán la autora como lo están mis manos, mi carácter o mi risa.

– WRS – ¿Qué diferencia observa, al transcurrir del tiempo, con la recepción del público a su trabajo creativo y a la temática del mismo? ¿Cómo ha variado?

– GMS – La recepción ha variado en el sentido de que ahora cuento con lectores/as de otros países. En el 2013, la mayoría de mis lectores/as eran de Puerto Rico. Ahora me leen personas en Colombia, España, Perú, México, Argentina, Honduras, Guatemala, Estados Unidos y otros países, esto no solo internacionaliza un poco mi trabajo literario, sino que también me permite buscar en qué cosas coinciden mis lectores/as de diferente origen. Siempre que escribo pienso en ellos/as porque al final, se escribe para el deleite y aprendizaje de quien te lee. En cuanto a la temática, los asuntos sociales, políticos, los temas de género y la desigualdad de clase pueden verse repetidos en mi obra porque son temas que afectan a muchas personas en el mundo entero. Es responsabilidad de todos y todas de mejorar el mundo y busco que mi trabajo literario siempre refleje esa necesidad colectiva ya sea en narrativa fantástica o realista. Ahora, debo admitir que en Más invisibles que Dioshe maximizado el llamado a acabar con toda desigualdad e injusticia, pues la historia se da en un contexto de extrema pobreza y con personajes totalmente vulnerables y desamparados.

– WRS – ¿Qué otros proyectos creativos tienes recientes y pendientes?

– GMS – Actualmente, trabajo en mi próximo libro de cuentos. Aún no logro hallar el título perfecto, pero el libro trata de citas desastrosas y encuentros sexuales memorables, pero en su expresión negativa. Con este libro busco establecer alertas o banderitas rojas que no debemos ignorar cuando salimos con una persona o iniciamos una relación. También, busco crear conciencia de género, porque hay mucha desinformación sobre qué debe definirse como una relación sexo-afectiva saludable; también hay desinformación sobre la sexualidad femenina, sobre la sexualidad en sí. De esta forma, busco reeducar porque todavía vivimos en un sistema machista y patriarcal en el que el placer sexual de la mujer es condenado, en una sociedad que no respeta el cuerpo de la mujer y yo quiero cambiar eso; quiero que amemos nuestro cuerpo y que lo disfrutemos. Sin embargo, este libro tardará un poco porque también trabajo en mi tesis doctoral. Mientras, intento decidirme si este libro aún sin título debe publicarse también en inglés.

Wilkins Román Samot, Doctor de la Universidad de Salamanca, donde realizó estudios avanzados en Antropología Social y Derecho.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.